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		Antimanual del mal historiador Carlos Antonio Aguirre Rojas Montesinos Ensayo. Barcelona, 2007. 131 Págs. Autor del comentario: Pablo Molanes Pérez Temperamentvm 2012; 16
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Molanes Pérez, Pablo. Antimanual del mal historiador, de Carlos Antonio Aguirre Rojas [Comentario de texto]. Temperamentvm 2012, 16. Disponible en <https://www.index-f.com/temperamentum/tn16/t9110.php> Consultado el

    ¿Para qué sirve la historia? Esta es una pregunta que tanto los enamorados de Clío, como los ajenos nos preguntamos. Pudiera ser que en este "antimanual" estuviese la respuesta a esa razón de ser. Editado en Bogotá (Colombia) en el año 2002 y reeditado en España por Montesinos en 2007. Carlos Antonio Aguirre Rojas expone en pocas palabras y con un lenguaje sencillo su perspectiva de lo que es la historia y lo que debería de ser. Es profesor del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Posee una larga trayectoria investigadora, especializado en la historiografía contemporánea del siglo XIX y XX, es autor entre otras obras de Braudel y las ciencias humanas (1996), La escuela de los Annales (1999), La historiografía en el siglo XX (2004), Chiapas en perspectiva histórica (2004). En sus obras confluyen los paradigmas marxistas y annalistas, representados en las figuras fundamentales de Fernad Braudel, con su larga duración, y Marc Bloch. Discípulo de Inmanuel Wallerstein y seguidor de sus perspectiva del "world-system analysis" forma parte de un grupo de historiadores que podrían considerarse antisistémicos que buscan la refundación de las ciencias sociales.

El libro se encuentra estructurado en una introducción que justifica la necesidad de este antimanual y de seis capítulos que desarrollan su propuesta para la formación de historiadores críticos. Comienza tratando las bases de la transición histórica del siglo XXI, iniciada con la caída de la URSS y la rebelión neozapatista, iniciando el ciclo de protesta mundial que acompaña a la crisis terminal del sistema histórico capitalista, hacia la construcción de un nuevo tipo de historia y participando en la misma forma de hacer historia. Frente a una historia oficial escrita por las clases dominantes reivindica el papel de las clases subalternas y de la necesidad de reescribir la historia mediante un trabajo sistemático de crítica de la historia oficial, positivista y tradicional, cuya finalidad es la legitimación y mantenimiento del estatus quo de las clases dominantes.

En el primer capítulo hace una crítica a la visión anacrónica y limitada de la historia positivista y establece una serie de antidefiniciones con el objeto de deconstruir la visión establecida de la misma. En el segundo capítulo establece que "la mala historia es mil veces más fácil de hacer y enseñar que la buena historia crítica" y define los pecados del mal historiador. En el tercer capítulo hace una búsqueda de los fundamentos de la historia crítica en el proyecto de construcción de la ciencia histórica inaugurado por Karl Marx. En el capítulo cuarto hace seguimiento historiográfico por los aportes de los annales a la historia crítica. En el capítulo quinto establece el impacto transformador que ha tenido la revolución cultural de 1968 en la forma de hacer historia y en la aparición de nuevas corrientes historiográficas, como son la recuperación de la historia social y los aportes de la microhistoria italiana. Si bien en la corta duración los movimientos reivindicativos globales entorno al 68 fracasaron, si se analiza desde la larga duración, sus efectos aún se dejan sentir hoy día. El último capítulo, organizado a modo de epílogo de la obra, intenta derrumbar las falsas antinomias de la historia, como la de intentar aislar al individuo de su contexto o la de oponer la historia cuantitativa a la concreta, ya que como decía Fernand Braudel "la ciencia histórica es la suma de todas las historias posibles, pasadas, presentes y futuras".

Para los historiadores esta obra debería ser fundamental porque responde a la eterna pregunta de la función de nuestro trabajo, Carlos Antonio Aguirre presenta nuestra labor como fundamental en el devenir histórico, en la lucha por refundar las ciencias sociales y establecer una historia crítica, diferente a la historia positivista que se nos enseña en los centros educativos. La labor pedagógica de este antimanual no se queda en la perspectiva que nos expone, sino que hace una recopilación a modo de dossier de una lista de obras imprescindibles para la formación de cualquier historiador crítico, que abarcan todas las disciplinas humanísticas (economía, antropología, sociología, psicología, historia...) en su pretensión de unidisciplinariedad para poder aunar todas las visiones posibles de los saberes humanos. Después de leer este manual uno se replantea esa visión maniquea de que los saberes humanísticos no son productivos y se da cuenta del enorme poder transformador que puede tener una buena historia crítica y la importancia fundamental para el futuro de la humanidad.

El límite entre presente y pasado, entre la historia, política, sociología y economía es tan difuso que llegan a confundirse. La visión unitaria que nos ofrece Aguirre Rojas aporta distintos puntos de vistas que nos aproximan más fielmente a la construcción de la historia. Parafraseando a George Orwell "Aquel que tiene el control del pasado, tiene el control del futuro". Con este libro Aguirre Rojas defiende la implicación de los historiadores en el análisis del tiempo presente, dando una visión más densa de los acontecimientos históricos que nos permita hacer un análisis más allá de lo inmediato. Esto no es algo nuevo, ya desde la fundación de annales se entreveía la voluntad de convertir la historia en un saber operacional, útil a los responsables de la sociedad, acercando el pasado al presente. Aguirre Rojas solo rescata los postulados analistas, reformulándolos y adaptándolos a las circunstancias actuales.