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De la guerra a la enfermería. A una milla de Huesca; diario de una enfermera australiana en la Guerra Civil española
Judith Keene y Víctor Pardo Lancina. Prólogo de Gabriel Jackson
Publicaciones de Rolde de Estudios Aragoneses. Zaragoza, 2005. 438 págs.

 Autor del comentario:
Esmeralda Fernández Fernández

Manuscrito aceptado el 28.5.2006

Temperamentvm 2006; 4

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Esta obra es el resultado de la traducción al castellano del libro Last Mile to Huesca, y consta de tres partes bien diferenciadas. La primera, escrita por Judith Keene, especialista en estudios sobre la Guerra Civil española y profesora de Historia Moderna de Europa de la Universidad de Sydney, editó el interesante diario de una enfermera australiana que se fue enamorando de España, Agnes Hodgson, la cual durante 1.937 trabajó como voluntaria en los hospitales de guerra instalados en pueblos de la comarca de los Monegros (Zaragoza).

El hispanista Gabriel Jackson, prologa el libro original complementando la experiencia española de Agnes, mediante capítulos en los que se relata al lector la realidad sociopolítica española en la década de los años 30, y realiza un análisis de las reacciones en el continente australiano ante un conflicto que tuvo una enorme proyección internacional y que fue la antesala de la II Guerra Mundial.

El libro contempla, desde una perspectiva republicana, la enorme repercusión mundial que tuvo el conflicto bélico español (centrándose más en Australia), los escasos apoyos recibidos desde el extranjero (tanto humanos, económicos, como materiales) con respecto al apoyo recibido por el bando nacional y las diferencias internas dentro del propio bando republicano (que fue uno de los motivos de la derrota).

Judith Keene profundiza en las reacciones generadas en Australia derivadas del conflicto español, donde la mayor parte de ellos eran indiferentes a la política española del momento, otros simpatizaban con el bando republicano y unos pocos apoyaban al bando nacional o fascista, éstos últimos consabidos pertenecientes a congregaciones católicas, que consideraban a Franco como hombre temeroso de Dios y al que amaba.

Para los australianos, la guerra civil española no tenía un motivo u origen claro, y en general, la visión que tenían del pueblo español era mala, pues comentaban que "eran latinos ridículos, y estereotipados ignorantes y sin sentido del orden". Nos describían como "pillos, violentos, locura de los españoles quienes libran guerras de exterminio, y que se tratan mutuamente como bestias por causas fútiles".

En Australia, los partidos afines al bando republicano recibían donaciones a través de mítines, para enviarlas a España como apoyo para la guerra. Otra consecuencia de los mítines era que enfervorecían a los asistentes, hasta tal punto que jóvenes australianos se enrolaban en el ejército republicano español para luchar. No sólo vinieron australianos a España dispuestos a combatir, sino que incluso, en ese afán por ayudar a la República española, cuatro enfermeras decidieron venir a prestar sus servicios en hospitales de campaña, una de las cuales era Agnes Hodgson. Curiosamente Agnes pudo venir de casualidad, ya que sustituyó a otra enfermera en el último momento. Fue seleccionada por su conocimiento de Europa, pues anteriormente había viajado por Inglaterra, e incluso había vivido en Italia, país con un idioma similar al español.

En la segunda parte, Víctor Pardo Lancina, periodista aragonés y estudioso de la Guerra Civil española, incorpora a esta traducción un amplio estudio, que relata los sucesos bélicos en dicha comarca. Narra el inicio de la guerra, las tácticas militares, los bombardeos, la escasez de material de guerra en los republicanos, e incluso nombra a los jefes militares republicanos, y hace una relación de los nombres de los fusilados por parte de ambos bandos en aquella zona.

La tercera, y última parte, finaliza con el diario de Agnes, donde escribe sobre aspectos personales y su relación con dirigentes republicanos de Barcelona. Su tendencia política no era el fascismo, ni tampoco una fervorosa republicana ni comunista, aunque sí simpatizaba con el bando republicano. Su no fervor o fanatismo comunista hizo que  otra enfermera australiana la acusara de espía del bando nacional, acusación no creída por los republicanos que la rodeaban. Ese fue el motivo que llevó a Agnes a la comarca de Los Monegros, separándola del resto de las enfermeras australianas.

Sobre dicha comarca, Agnes realiza una descripción epidemiológica, en la que destaca aspectos relacionados con enfermedades parasitarias, venéreas, hambrunas, ausencias de redes de saneamiento de aguas, así como la escasez de recursos materiales y médicos en los hospitales para el óptimo cuidado de los enfermos y heridos de guerra.

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