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TEMPERAMENTVM ISSN 169-6011

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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El enemigo en casa

Antonio Bazán Herrero
Enfermero, Hospital da Costa. Burela (Lugo), España

Manuscrito recibido el 12.3.2013
Manuscrito aceptado el 3.4.2013

Ética de los Cuidados 2013 ene-jun; 6(11)

 

 

 

Cómo citar este documento

Bazán Herrero, Antonio. El enemigo en casa. Ética de los Cuidados. 2013 ene-jun; 6(11). Disponible en <https://www.index-f.com/eticuidado/n11/et9488.php> Consultado el

 

 

 

Sr. Director: Soy profesional del cuidado, hasta el mes de Junio, enfermero del Servicio de Salud del Principado de Asturias. A día de hoy ningún compañero de esta comunidad autónoma tiene representante. En el organigrama de la dirección de servicios sanitarios nadie vela por los enfermeros, es decir, no hay un nombre que represente la enfermería de mi comunidad, por lo tanto nadie cuida de mis compañeros. Nadie los guía. Somos invisibles a los ojos de nuestro gobierno.

Sorprende pensar que hasta la más pequeña de las comunidades en nuestro país quiera tener representación en los órganos de gobierno ya sea local, del barrio, en el ayuntamiento... ¿por qué? porque así sienten que tienen voz, sienten que hay alguien que mira por sus intereses. Si esto es tan importante para todas las capas sociales, ¿por qué los enfermeros no tenemos máximo representante?, y peor: ¿Por qué no estamos reclamándolo?

Dejamos que otros, que no saben a lo que nos dedicamos o cuales son nuestras necesidades, tomen decisiones que nos afectan en gran medida. Y si las saben no les dan prioridad o no les dan importancia porque total nadie nos representa.

Yo creo que sé el porqué. Somos nosotros mismos los que creemos que no sirven para nada, que no hacen nada, que no nos representan, que nunca han hecho nada por nosotros, que nosotros sepamos.

La historia está para cambiarla y deberíamos entre todos intentarlo. Una cosa es lo que venía sucediendo y otra cosa es perder la oportunidad de que alguien aparezca y nos represente tan bien, que nos lleve al nivel en que nos correspondería estar. Sin nuestro trabajo sería imposible (y digo bien: imposible), que ningún profesional de la cadena sanitaria se pudiera volver a poner una sola medalla. Sin nosotros nadie cumpliría objetivos, pero nadie nos representa. No creemos de verdad la importancia que tenemos, no queremos representante porque no sabemos qué es lo que nos estamos perdiendo. Pero creo que sin uno, lo estamos perdiendo todo.

Las direcciones de enfermería cambian a menudo. Con suerte, saben las necesidades que tiene el área o el hospital al que van a representar, e intentan mejorar las cosas que se necesitan. O con mala suerte llegan para desarrollar su proyecto personal: algún trabajo para publicar, algún plan innovador para cambiar de nombre a la profesión. Pero la gente que cuida seguimos sin decir nada. La estrategia de actuación para enfermería ¿quién la lidera? ¿Hacia dónde tenemos que ir? La sensación es que mientras no molestemos mucho, id donde queráis.

Por eso estamos viendo que quien nos gobierna nos inventa cada año, cada dos años, o cada cuatro, un nombre. No vale el de enfermero. Tiene que ser otro nombre como: Referente, Principal, De enlace... ¿De qué? Mi opinión personal es que en realidad lo hacen para tenernos entretenidos y simular que se preocupan por la profesión, pero esto sólo nos perjudica cada día más.

Debemos saber que hay gente que está trabajando intensamente abriendo caminos, que saben hacia dónde tenemos que ir, que nos pueden llevar a nuestro sitio, donde los enfermeros tenemos que estar: liderando el cuidado, obteniendo mejores resultados en salud. El potencial existe, que ya no es potencial sino una realidad. ¿Nadie quiere recoger este guante?, ¡Qué poco inteligentes!

En el país más desarrollado del mundo, EEUU, saben que los hospitales más seguros, donde se muere menos gente, son aquellos donde trabajan más personas que cuidan, todos los que intervienen en el proceso del cuidado. Nosotros vamos para el lado contrario. La población debe saber que cuantos más profesionales del cuidado lo cuiden, menos posibilidades tiene de sufrir complicaciones relacionadas con su problema de salud incluyendo la peor complicación posible: la muerte.

En la actualidad, los únicos resultados que nos están pidiendo son los Económicos: despedir enfermeras, no cubrir las vacantes, amortizarlas... ¡total, para lo que hacen! Pero lo curioso es que quién firma estas acciones somos nosotros mismos, los enfermeros. Y los justificamos con vehemencia incluso. La sensación es como al que está de paso por esa dirección no le importa... firma cualquier cosa sin pensar en las consecuencias, seguro porque las desconoce; porque si las conociera y las justificara, ya fuera porque no le interesa cuidar a nadie, no le interesa la profesión de enfermero.

Da miedo pensar como pasaran estos próximos meses nuestros pacientes. Los que los van a cuidar están cansados por el aumento de las carteleras, los cambios en las mismas, las mermas en las sustituciones. Y los sustitutos son cada vez menos y asumen el doble de trabajo de lo habitual. ¡Qué alguien nos ayude, no quiero caer enfermo!... ¡Ah, eso sí!, tranquilos, porque hay una cantidad ingente de personas y responsables en los servicios de calidad y certificación. ¿Qué es lo que certifican?: Lo mal que lo hacemos y/o lo mucho que mienten.

Somos nosotros mismos los que cada día vamos a la deriva con mayor rapidez porque nadie maneja el barco, porque nadie coge el timón y las administraciones no están interesadas en que los profesionales del cuidado cojan las riendas de su profesión.

La pertenencia es importante, saber quién eres y cómo te llamas es fundamental para cualquier desarrollo personal y/o profesional. El sentido de pertenencia nos hace más fuertes, más estables, conscientes. Mantenerse en ese estado de ignorancia es una condena. Necesitamos el coraje para entrar a fondo a pelear lo propio, porque hay que hacer mucha limpieza en nuestra propia casa.

A todo esto ¿dónde está nuestra representación sindical? ¿Hola? En alguna parte, reclamando lo que es importante. ¡Ah, sí!: está firmando algo que se llaman días griposos. ¿Me lo explican? Con esto lo digo todo en lo que se refiere a nuestros representantes sindicales. ¿Y el Colegio de enfermería qué dice?: la callada por respuesta. ¡Qué poco tenemos que decir!

Reclamar una dirección profesional, independiente y con presupuesto económico propio para dirigir la profesión, ahí deberíamos estar. Sin ir contra nadie. Simplemente dejando de ir en contra de nosotros mismos. Desarrollando lo primero que se enseña sobre nuestra profesión en las escuelas de enfermería. Nuestras funciones: gestoras, asistenciales, docentes e investigadoras.

Amo lo que soy y a lo que me dedico. No soy vocacional, soy profesional. Tengo un compromiso con mi trabajo. El trabajo de los enfermeros es: gestionar el cuidado, cuidar de los pacientes, cuidar a los que cuidan pacientes, enseñar a los que van a cuidar tanto a pacientes como a otros enfermeros, e investigar si los cuidados que ofrecemos son de la mejor calidad. No podremos ofrecer un cuidado de calidad cuando no nos los ofrecemos a nosotros mismos.

"Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo". Friedrich Nietzsche

Respeta tu profesión. Respétate a ti mismo.

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