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Enfermer�a Comunitaria (revista digital) ISSN: 1699-0641

 

 

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Microcréditos: ¿Préstamos a bajo interés?

Francisco Javier Castillo Montes
Servicio Andaluz de Salud (SAS). Granada, España

Correspondencia: C/ Limoneros 4, Urb. Monteluz, 18210 Peligros (Granada), España

Manuscrito aceptado el 30.5.2011

Enferm Comun 2011; 7(1)

 

 

 

Cómo citar este documento

Castillo Montes, Francisco Javier. Microcréditos: ¿Préstamos a bajo interés? Enfermería Comunitaria (rev. digital) 2011, 7(1). Disponible en <https://www.index-f.com/comunitaria/v7n1/ec7679.php> Consultado el

 

Sra. Directora: La idea principal con la que surgen los microcréditos es la de prestar pequeñas cantidades de dinero, en condiciones muy favorables a las personas más desfavorecidas para que puedan poner en marcha un pequeño negocio sin tener que pedir dinero a los prestamistas particulares (usureros) y evitar así los elevados tipos de interés y el empobrecimiento a largo plazo.1

Muhammad Yunus, padre del microcrédito, creó en 1976 este concepto para luchar contra la pobreza en su Bangladesh natal mediante la concesión de préstamos a las personas más pobres y poner fin a la negativa de los bancos tradicionales, que veían en esta concesión un alto riesgo y escaso beneficio.2

Esta idea fue acogida con gran interés y se extendió rápidamente a nivel mundial, proclamándose el 2005 como el año del microcrédito por la Asamblea de la Naciones Unidas y otorgando el Nobel de la Paz en 2006 al Grameen Bank de M. Yunus, "por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo".3

Pero mientras a Occidente sólo llegan noticias positivas, en los países del Tercer Mundo la realidad es otra. Yunus se encuentra hoy en día envuelto en una polémica relacionada con la evasión de impuestos y el desvío entre sus empresas de dinero donado, todo aderezado con tintes políticos.4 Por su parte, el microcrédito ha recibido ciertas críticas por los elevados intereses que conllevan algunos de sus programas de crédito, no obstante, este tipo de entidades, ONGs incluidas, han florecido en Latinoamérica por sus altos niveles de rentabilidad.2

El 5% de la población pobre a nivel mundial se ha acogido a algunos de estos microcréditos con las diferentes entidades que los ofrecen, pero los intereses que reclaman (en torno a un 30%-120%) y la intransigencia de los plazos han terminado por arruinar e incluso llevar hasta el suicidio a algunas de estas personas. Los elevados intereses suponen un negocio altamente rentable para las entidades ofertantes, pero la exigencia de empezar a devolverlos a partir de la primera semana hace que estas personas se vean obligadas a pedir otro microcrédito ó acudir a un usurero para hacer frente a los pagos, por lo que el endeudamiento es cada vez mayor y con mayor número de prestamistas. A pesar de todo, estos microcréditos no están solucionando el problema real pues llevan a estas gentes a caer en manos de los usureros aumentando así la problemática.

En 2007, un grupo de economistas de Bangladesh llevó a cabo un estudio sobre los microcréditos, concluyendo que las condiciones de estas personas no sólo no habían mejorado si no que en 1/3 de los casos, eran peor que antes de pedir el crédito. A raíz de los resultados y de la situación de endeudamiento que se estaba viviendo por parte de estas familias, algunas ONGs que luchan contra la pobreza, decidieron no conceder microcréditos.

Actualmente, en Jobra (Bangladesh), muy pocas personas han conseguido prosperar y después de 35 años, no existen pruebas de que la microfinanciación reduzca por término medio la pobreza.

La Cooperación para el Desarrollo mediante la adopción de una política social más favorable fue percibida por la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNCTAD) como uno de los elementos que puede mejorar las condiciones económicas y sociales de los países subdesarrollados,5 tal vez con esta idea Yunus concibió el microcrédito en su afán de liberar al mundo de la pobreza y acercar los extremos Norte-Sur, pero la realidad actual difiere mucho de la inicial, en algún punto del camino la idea fue corrompida por las personas que vieron en la visión de Yunus, él mismo posiblemente incluido, un negocio muy rentable a costa de personas que firmaban contratos sin saber leer ni escribir. En vista de los resultados sería más rentable replantear el concepto de microcrédito en busca de soluciones más creativas y aceptar que la erradicación de la pobreza es una cuestión que habría que replantearse a largo plazo.

Bibliografía

1. Lacalle Calderón M. Los microcréditos: Un nuevo instrumento de financiación para luchar contra la pobreza. Revista de economía mundial 2001; 5: 121-138.
2. Wikipedia [base de datos en Internet]. Madrid: [Actualizado el 23 de Febrero de 2011] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Cooperaci%C3%B3n_al_desarrollo Consultado el 18 de Abril de 2011.
3. De Sousa Peixera TN. Los microcréditos en la cooperación internacional. Una forma simbólica de legitimación social de la "doxa" económica. Gaceta de Antropología 2008; 24(2): 24-44.
4. Medina A. Muhammad Yunus, el hombre que revolucionó la banca. Expansión [Internet]. 2011 Mar. Disponible en: https://www.expansion.com/2011/03/09/empresas/interiores/1299626095.html?a=9a6c61213fba80f83d1eba145a19bfbc&t=1303142998 Consultado el 18 de Abril de 2011.
5. Smith Hernández R. Cooperación para el Desarrollo. CIEM 2004; 11(1): 83-91.

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