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		CARTAS A LA DIRECTORA
		La dificultad para formarse Juana Ponce Domínguez,1 Gabriel Vázquez Hachero2 1Titulada Superior de Enfermería por la universidad de Huelva, 2Licenciado en Enfermería por la Hogeschool Zeeland. Distrito sanitario Huelva-Costa, España Correspondencia: Cuesta del Cristo de las tres Caídas s/n,  21003 Huelva, España Manuscrito aceptado el 20.11.2008 Tesela [Rev Tesela] 2008; 4
Cómo citar este documento
Ponce Domínguez, Juana; Vázquez Hachero, Gabriel. La dificultad para formarse. Tesela [Rev Tesela] 2008; 4. Disponible en <https://www.index-f.com/tesela/ts4/ts6747.php> Consultado el

Sra. Directora: La Formación Continuada (FC) se define, según se encuentra recogido en la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (L.O.P.S.),¹ como un proceso de enseñanza y aprendizaje activo y permanente al que tienen derecho y obligación los profesionales sanitarios (.), destinado a actualizar y mejorar sus conocimientos, habilidades y actitudes ante la evolución científica y tecnológica y las demandas y necesidades tanto sociales como del propio sistema sanitario. De igual manera, también se contempla la formación para la lex Artis en el capítulo XI de nuestro Código Deontológico de Enfermería² (artículos 69, 70, 71, 72), donde destacaremos el artículo 70, el cual cita textualmente: "La enfermera será consciente de la necesidad de una permanente puesta al día mediante la educación continuada y el desarrollo del conjunto de conocimientos sobre los cuales se basa su ejercicio profesional".

Desde esta perspectiva, en los centros sanitarios donde venimos desempeñando nuestro trabajo, se llevan a cabo diversos programas anuales de FC dirigidos al colectivo enfermero con el fin de promocionar el conocimiento y mejorar la calidad de los cuidados que se presta al ciudadano a través de la actualización y mejora de la formación. Estos programas incluyen cursos en materia de prevención de riesgos laborales, investigación, personalización de los cuidados, metodología enfermera, continuidad de cuidados, etc., destinándose un determinado presupuesto para ello.

Desde luego, no ponemos en duda que la formación en estas áreas es necesaria ya que así se encuentra recogido en el actual Contrato Programa y que, además, está suponiendo, en estos últimos años, un cambio revolucionario en relación con la manera tradicional de trabajar de los profesionales de enfermería. Sin embargo, realizar actividades de FC supone, en no pocas ocasiones, una dificultad: ¿Cuántas ocasiones no hemos tenido que cambiar el turno con otros compañeros para poder asistir a un curso? ¿Cuántas veces hemos realizado un curso fuera de nuestro horario de trabajo en detrimento de nuestro tiempo de descanso que deberíamos dedicar a nuestra familia, por ejemplo? ¿De qué manera podemos compaginar la triada familia, trabajo y actividades de FC si ya es difícil compaginar tan sólo las dos primeras? La verdadera realidad es que superar todos estos obstáculos para formarse resulta, en bastantes ocasiones, una tarea agotadora. Sin embargo, debemos tener presente que promover acciones formativas que consigan una conciliación real de la vida familiar (e-learning, flexibilidad horaria.) es una de las líneas de acción que pretende llevar a cabo el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para la creación de valor a través de sus profesionales.³

Es por ello que muchos compañeros nos preguntamos por qué en un buen número de centros de trabajo todavía no se gestionan aspectos tales como: la asistencia a cursos facilitando permisos por formación, realización de éstos dentro de la jornada laboral, cobertura del profesional en la unidad mientras se está formando, asignación de más ayudas y becas en casos que así lo requieran para desplazamientos, estancias, pagos de matrículas. No obstante, también tenemos constancia de que en algunos centros de nuestro sistema sanitario público ya se está empezando a tomar conciencia de la importancia que tiene la formación como herramienta de mejora de los cuidados prestados por los enfermeros y sí están "premiando" o facilitando el acceso a la FC. Al fin y al cabo, la organización, además del profesional y el usuario, también se beneficia de esta inversión en formación.

Sin embargo, parece que todavía tiene mucho que llover para que esta necesidad sentida por muchos enfermeros reciba los apoyos que merece de forma generalizada en la mayoría de los centros, por lo que algunos profesionales tiran la toalla y desisten en formarse mientras que otros, que aún no hemos llegado a una situación de desgaste profesional, apuramos fuerzas para poder asistir a alguna actividad que nos resulte interesante y sirva para mejorar nuestro trabajo.

A modo de conclusión, podemos afirmar que, en la actualidad, hay una desigualdad de oportunidades a la hora de llevar a cabo actividades de formación y se dan pocas facilidades para ello, lo cual incide negativamente en los enfermeros, que vemos como la formación es costosa en tiempo y dinero y casi siempre a nuestras expensas.

Bibliografía

1. Ley 44/2003, de 21 de noviembre de ordenación de la profesiones sanitarias B.O.E. nº 280 de 22 de Noviembre. Disponible en: <https://www.boe.es/boe/dias/2003/11/22/pdfs/A41442-41458.pdf> [Consultado el 30 de Mayo de 2008].
2. Código Deontológico de Enfermería resolución nº 32/89: por la que se aprueban las normas deontológicas que ordenan el ejercicio de la profesión de enfermería de España con carácter obligatorio. Disponible en <https://www.terra.es/personal/duenas/codigo.htm> [Consultado el 30 de Mayo de 2008].
3. Pérez Hernández, RM et al. Cuidarte: Una estrategia para los cuidados en la Andalucía del siglo XXI. Sevilla: Consejería de Salud, Servicio Andaluz de Salud; 2007.