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Revista Tesela ISSN 1887-2255

 

 

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El caso legan�s, portada

 

El Caso Leganés
Luis Montes Mieza, con la colaboración de Oriol Güell
Editorial Aguilar. Octubre 2008. 222 págs.

Autora del comentario:
Isabel Zaldívar Laguía (Enfermera Gestora. Licenciada en Humanidades y Enfermería Clínica Avanzada)

Tesela [Rev Tesela] 2008; 4

 

 

 

Cómo citar este documento

Zaldívar Laguía, Isabel. El caso Leganés, de Luis Montes Mieza [comentario de texto]. Tesela [Rev Tesela] 2008; 4. Disponible en <https://www.index-f.com/tesela/ts4/ts0148.php> Consultado el

 

 

 

 

    Los autores nos introducen en la historia entrelazando dos puntos de vista, por un lado Luis Montes, ex coordinador médico del servicio de urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés en Madrid, expone, como protagonista y afectado directo, de una forma rápida y con detalle, lo sucedido. A través de los sentimientos y las sensaciones íntimas, nos hace partícipes de la experiencia vivida y de las causas que provocaron su comparecencia y la de su equipo ante los tribunales de justicia.

Por otro, Oriol Güell, redactor de El País, experto en temas sanitarios, que siguió de cerca los acontecimientos, que se iban sucediendo a lo largo del tiempo, con los que se ha compuesto este relato. Hace una descripción cronológica y añade su opinión acerca de las connotaciones que este caso tiene de carácter político y de conflicto dentro de las profesiones sanitarias. "El Caso Leganés es en resumen un gran castillo de naipes creado por un grupo reducido de personas que acaban por convertir unas diferencias personales, médicas e ideológicas en el mayor escándalo que ha sacudido a la sanidad pública española en los últimos años".1

D. Fernando Soler Grande, compañero de Luis Montes, que vivió con su familia, la asistencia a los pacientes terminales en el Hospital Severo Ochoa de Leganés en Madrid durante el año 2001 y, prologando el libro, dice: "La historia está contada desde su principal protagonista Luís Montes, porque, por más que a él le incomode, se ha convertido en el símbolo de la lucha por el derecho ciudadano a una muerte digna y también de cualquier agresión, aunque se produzca desde el poder más inclemente, puede ser vencida si se le hace frente con sólidas convicciones y con sentido de la dignidad".2

El nombramiento como coordinador en el año 2000, supone que Luis Montes se plantee la gestión con objetivos que mejoren la calidad asistencial, entendiendo ésta como la atención integral de todos los pacientes y los familiares que acuden al servicio de urgencias con un problema de salud, y contando con la participación de todos los profesionales implicados. "Son tres años muy duros, pero en 2003 más o menos ya me he hecho con la situación. Me ayudan mucho los demás estamentos de Urgencias (enfermeras, auxiliares, celadores...) a los que intento implicar al máximo en la gestión del servicio".3

Las estrategias desarrolladas para mejorar la asistencia, dan sus frutos y al poco tiempo los indicadores de calidad mejoran, se escucharan ruidos ambientales y circularan frases como "Montes repartía el juego y cortaba el bacalao",4 entre los profesionales del hospital.

Los pacientes terminales del área de salud de Leganés suponían un problema asistencial. Las cuatro camas de hospitalización para cuidados paliativos instaladas en el hospital proporcionaban una asistencia insuficiente. Como gestor clínico, Luis Montes, proyectará en las nuevas zonas, un box que estará destinado a mejorar la atención de estos pacientes y de las familias. Nada al uso en el resto de los hospitales de la red pública, convertir una zona del servicio de urgencias en una unidad de cuidados paliativos.

La obra se lleva a cabo en el año 2001, habilitará, una zona en los boxes de nueva creación para pacientes terminales, con la funcionalidad y el diseño previstos con anterioridad. "El diseño de la nueva urgencia se hace en el año 2000. ...en 2001 se hacen las transferencias y las obras se terminan...".5

Cuatrocientos pacientes terminales llegaron al servicio de urgencia en cinco años. Este hospital, como muchos otros, no contaba con una Unidad de Cuidados Paliativos, dentro del concepto actual, de atención integral al paciente terminal; con recursos, de camas y profesionales expertos (oncólogos, enfermeras, sicólogos y trabajador social), que dieran a los pacientes y a sus familiares el servicio adecuado, tanto en el hospital como en su domicilio. "Lo que teníamos era una población de 400.000 habitantes y una supuesta unidad de Cuidados Paliativos, que en realidad eran cuatro camas en habitaciones dobles y que siempre estaban al 140 o 150 por ciento de capacidad. O sea las cuatro camas ocupadas. ...El resultado era que los pacientes se morían en unas condiciones terribles. En Urgencias podían hacerlo en el pasillo, tras un biombo, sin sedar, entre ahogos y dolores y con la familia apretujándose al lado".6 Son años en los que se inician proyectos, en los centros sanitarios, de atención integral a los pacientes en situación terminal.

El servicio de urgencias asumió de forma diaria la atención y los cuidados de los pacientes terminales y sus familias. "Llegó consciente pero fatigadísimo. Habían pasado los dos días casi sin dormir. En cada ingreso le habían extraído litros de líquido pleural. La pérdida de proteínas era brutal. Y cada vez en menos tiempo se repetía la crisis. No había recuperación posible. Hablé con su mujer. No era consciente de que se iba a morir. La muerte a esas edades es espantosa, ninguna persona la quiere aceptar, todos retrasan el momento de asumirla. Nadie le había dicho con claridad lo cerca que estaba del final. Ése es el primer gran fallo de toda la red asistencial. El enfermo y la familia necesitan tiempo para ir tomando conciencia de lo que ocurre, es un proceso..es un golpe muy fuerte para un familiar. No es justo que todo esto lo tenga que asumir de repente, encerrados en un despacho en Urgencias, casi sin tiempo para hablarlo, Teníamos que hacer en una tarde lo que algún médico no había querido asumir cuando aún había tiempo".7

Desde el inicio de esta actividad, surge una polémica interna en el hospital que llevará consigo denuncias poco concretas, de pasillo primero, a través de las Comisiones de Mortalidad y Junta Técnico-Asistencial más tarde, provocando la realización de auditorías y la revisión de las historias clínicas de los pacientes. Un informe de la inspección médica desmiente todas las denuncias en septiembre de año 2003. "Dos días después de recibir el informe de la inspección médica, el 18 de Septiembre de 2003, Luis Montes remite el caso al Comité de Ética del que depende el Hospital Severo Ochoa, el Hospital de Getafe. Aclaradas las cuestiones médicas y legales del caso, el coordinador de Urgencias quiere someterse a una revisión que solvente las connotaciones éticas de las sedaciones en el box de terminales de Urgencias".8

El Comité de Ética del Hospital de Getafe en Madrid, en su informe, es claro: "Tras estudiar los detalles del caso y la documentación aportada, entre ellos las muertes en Urgencias y los informes de la Comisión de Mortalidad, El Comité de Ética concluye que las actuaciones practicadas en el Servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés para asistir, cuidar y proporcionar una atención de calidad humana y científica a pacientes terminales en situación agónica son correctas y deseables, no contraviniendo el sistema de referencia moral... ...En todos los casos en que se indicó la sedación terminal, el paciente cumplía criterios clínicos adecuados. no vulneró ningún principio, se respetaron los derechos del paciente y no existió mala praxis".9

En los primeros días del mes de marzo de 2005, a través de cinco denuncias anónimas enviadas al Ministerio de Sanidad, a la Presidencia y Consejería de la Comunidad de Madrid; y a dos organizaciones de pacientes, la Asociación del Defensor del Paciente (ADEPA) y la Asociación de Víctimas por Negligencias Sanitarias (AVINESA), desatarán el desenlace trágico de esta historia. "La denuncia anónima se convierte muy pronto en un enorme escándalo político y mediático que sale de los despachos y llega a las calles".10 La fiscalía de Madrid recibe antes del día 11 de marzo copias de las denuncias de AVINESA y de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

El 11 de Marzo de 2005 las informaciones que aparecen en todos los medios de comunicación, crean una alarma social que afectará a Luís Montes, al equipo médico y por extensión todo el equipo asistencial (180 personas), vivirán los peores momentos de su vida profesional, "La información destacaba que el 90% de los pacientes sedados por Montes, morían en menos de 24 horas. El equipo médico del doctor Montes, porque era un equipo, no solo era ese señor, no era un Doctor Muerte, era un grupo que, por lo visto compartía no se sabe muy bien que criterios, desde luego no los del juramento hipocrático.".11

Los pacientes que acuden al servicio de urgencias notarán las consecuencias de algunas decisiones que se tomaron a raíz de este conflicto: "Deciden, por ejemplo, retirar la morfina de Urgencias. Es un grave error, porque la morfina se utiliza para muchas dolencias: un infarto de miocardio, un cólico, accidentados.al cabo de una semana ante las quejas de los trabajadores, rectifican y vuelven a mandar morfina al servicio".12

El Caso Leganés llega a los juzgados el día 24 de mayo de 2005. Será el 21 de Mayo de 2008 cuando la Audiencia Nacional destruye el Bulo de Leganés. "El auto limpia el nombre de Luis Montes y su equipo y ordena retirar cualquier mención a la supuesta mala práctica médica del proceso".13

No me gustaría terminar sin hacerles una mención especial del Luis Montes que he descubierto en este libro, tiene una forma poco frecuente de entender la medicina y las relaciones médico-paciente: "La relación medico-paciente tiene que ser sana y establecerse a partir de la autonomía del enfermo y la responsabilidad del médico",14 es consciente de que las personas enfermas y sus familias son vulnerables y define la idea de que la comunicación de los médicos con los pacientes debe incluir valores como la honestidad y el respeto, reconociendo el miedo y la ansiedad de las personas enfermas: "Da igual que lo que tenga sea una tontería, la gente esta asustada, se siente vulnerable, y entonces caen todas las máscaras y sale todo lo que una persona lleva dentro: miedos, relaciones de familia, talante, formación, manera de ver las cosas.".15

Defiende sin condiciones la Sanidad Pública, piensa que los fines del Sistema Sanitario Español, son la equidad, la universalidad y la sostenibilidad: "Para fortalecer la Sanidad Pública solo hay que hacer dos cosas: gestionar bien y planificar mejor. Gestionar y Planificar. Solo hay que hacer estas dos cosas, pero hay que seguirlas a rajatabla y al que se mueva un milímetro de la línea le destituimos o lo metemos en la cárcel. Hay que gestionar y planificar bien para garantizar la sostenibilidad del sistema, porque nos la estamos jugando, estamos a punto de entrar en un proceso que va a ser irreversible y luego miraremos atrás y soñaremos con volver donde estamos ahora".16

Para finalizar esta reseña, las letras, de nuevo D. Fernando Soler Grande, en su prólogo resume: "Este libro narra ese conflicto que se ha dado en llamar Caso Leganés. A ojos de quienes lo hemos vivido en toda su intensidad la narración puede parecer incompleta, necesariamente fragmentaria, sugiriendo colores con rápidas pinceladas allí donde la inmediatez del trazo no permite detalles... ...Es, desde luego un libro necesario aunque seguramente no suficiente. Harán falta años para poder valorar en toda su extensión y profundidad lo que ha significado el Caso Leganés. No es ese análisis final ni finalista la intención que percibo en él; más bien, la crónica inmediata, casi al pie de los acontecimientos, de una gesta humilde y colosal a la vez, que nos ha tocado vivir a un puñado de trabajadores de un pequeño y antes desconocido hospital al sur de Madrid".17

Notas

1. Introducción. Pág.: 16.
2. Prólogo. Pág.: 10.
3. Capítulo IV. Pág.: 49.
4. Introducción. Pág.: 12.
5. Capítulo IV. Pág.: 50.
6. Capítulo IV. Pág.: 52.
7. Capítulo VII. Pág.: 79.
8. Capítulo VIII. Pág.: 87.
9. Capítulo VIII. Pág.: 89.
10. Capítulo V. Pág.: 55.
11. Capítulo XVII. Pág.: 167-168.
12. Capítulo IX. Pág.: 110.
13. Capítulo XIX. Pág.: 211.
14. Capítulo VII. Pág.: 78.
15. Capítulo VII. Pág.: 77.
16. Capítulo XIV. Pág.: 147.
17. Prólogo. Pág.: 10.

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