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Presencia 2006 jul-dic; 2(4)

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Editorial 

 

¿Qué hacer contra el estigma asociado al trastorno mental?

Assumpta Rigol Cuadra1

1Enfermera especialista en Enfermería de Salud Mental. Lic. En Antropología. Profesora titular. Escola d�Infermeria. Universitat de Barcelona, España.

Cómo citar este documento:
Rigol Cuadra A. ¿Qué hacer contra el estigma asociado al trastorno mental? Rev Presencia 2006 jul-dic;2(4). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n4/55articulo.php> [ISSN:1885-0219] Consultado el


    A lo largo de mi tarea docente, en no pocas ocasiones, los estudiantes me han planteado las siguientes cuestiones: ¿Qué podemos hacer las enfermeras de salud mental contra el estigma que conlleva el trastorno mental? ¿Es posible hacer prevención, promoción de la salud mental?

    Es evidente que las enfermeras tenemos mucho que aportar para el desarrollo de una buena salud mental de las personas y comunidades, pero parece que dedicamos poco tiempo a estas actividades, centrando nuestra atención de manera prioritaria en el tratamiento de la psicopatología. El por qué de esta menor implicación no radica en la falta de competencia profesional, ni en las directrices de organismos internacionales como la OMS o la organización profesional (CIE), que contemplan de manera prioritaria la prevención de la salud mental, la lucha contra el estigma y la implicación específica de los profesionales enfermeros.

    El cambio de la antigua titulación de �enfermeras psiquiátricas� por el actual de �enfermeras de salud mental�, propone a partir de un marco conceptual enfermero, que el cuidado, el mantenimiento y la promoción de la salud tendrían que ser más importantes que el tratamiento del trastorno. Esto conlleva que las enfermeras de salud mental, deberíamos llevar a cabo acciones que estén relacionadas con estos supuestos, a la vez que generar perfiles ocupacionales diversos que traspasasen los ámbitos tradicionales de la acción profesional, so pena de quedarnos ancladas en el pasado y no saber dar respuestas eficaces a las necesidades que tienen los ciudadanos. ¿Cual es la razón de que esto no sea así?

    El Consejo Internacional de Enfermería (CIE, 2001)1, al igual que la Conferencia Ministerial de la OMS para salud mental (Helsinki, 2005)2, junto con la �Declaración Europea de Salud Mental� presentan  un �Plan de Acción en Salud Mental para Europa� que justifica y orienta las intervenciones de los profesionales, entre ellos las enfermeras, priorizando los aspectos preventivos y la lucha contra el estigma, y de las que me permito destacar algunas acciones por su relación con las preguntas que planteaba al principio:

        -Diseñar sistemas de salud mental integrales, integrados y eficientes que cubran todas las áreas de atención a la salud mental. Desarrollar los servicios comunitarios sustituyendo a la atención institucionalizada.

        -Desarrollar estrategias de promoción de la salud mental. Prevenir los problemas de salud mental. Asesoramiento en salud mental a los profesionales de Atención Primaria.

        -Proveer cuidados de S.M. en otros servicios primarios, tanto comunitarios como en hospitales generales.

        -Rechazar los estigmas, la discriminación y la desigualdad de las personas con problemas de salud mental y sus familias.

    A pesar de que la atención a la Salud Mental en nuestro país, se basa en tres pilares fundamentales (unidades de agudos en hospitales generales y psiquiátricos, centros de salud mental y unidades de rehabilitación), el ámbito comunitario es seguramente el que necesita de mayor implicación, ya que es allí donde es posible establecer un mejor vínculo que asegure la continuidad del tratamiento, desarrollar estrategias de rehabilitación, enseñar habilidades psicosociales que faciliten vivir de la manera más autónoma y plena posible, dar apoyo a las familias y asesorar a las enfermeras de la atención primaria, de manera que se pueda dar una atención integral a los pacientes mentales, reduciendo el estigma; a la vez que fomentar la prevención y la promoción de la salud mental, a través de distintos programas (salud mental en las escuelas, soporte a los jovenes en salud mental y adicciones, etc.). A pesar de ello el ámbito mayoritario de actuación y definición profesional, suele ser el hospital, dado que es el que tiene mayor demostración de cargas de trabajo, debido a los tratamientos médicos que derivan intervenciones imprescindibles de enfermería.

El estigma del trastorno mental, no sólo no se ha reducido, sino que es un problema que va en aumento. Un reciente estudio de la Comunidad Autónoma de Madrid3 evidencia que los estereotipos más frecuentes son la peligrosidad y relación con actos violentos, la responsabilidad, incompetencia e incapacidad para tareas básicas de la vida diaria y las numerosas experiencias que las personas con trastorno mental grave tienen de rechazo, especialmente en el ámbito laboral, con los amigos y la familia (el 44% informa de experiencias de discriminación en el área laboral, el 43% en las relaciones con los amigos y el 32% con los vecinos). El rechazo social es, según ellos, la razón que les lleva a incrementar el aislamiento y la desesperanza.

     Como todas sabemos, las personas que sufren trastornos mentales graves se enfrentan a un doble desafío: luchar contra los síntomas y contra las incapacidades resultantes del propio trastorno y con los estereotipos y prejuicios generados por concepciones erróneas sobre los mismos (Corrigan y Watson 20024). Muchos de estos estereotipos son posibles de erradicar desde la contribución profesional, a través de la información, la educación y el aumento de las estrategias de afrontamiento para hacer frente a las situaciones de la vida diaria, y otras muchas actividades de las que las enfermeras de salud mental somos conocedoras, es decir para las que poseemos las competencias necesarias (conocimientos, habilidades y actitudes). Dadas las consecuencias que tiene para las personas con trastornos mentales y para sus familias, debería ser el ámbito comunitario el lugar prioritario de intervención, ya que es en el donde es posible realizar estas contribuciones, pero evidentemente para ello se precisa tiempo,  reconocimiento de la competencia y suficiente dotación de profesionales, otro punto que tiene en cuenta el Informe sobre Salud Mental: Establecer la necesidad de profesionales competentes en las áreas de atención. Aumentar el número y la competencia de profesionales dedicados a salud mental.

    A pesar de no contar con un estudio riguroso sobre la necesidad de enfermeras en salud mental, contamos con algunas evidencias sobre la carencia de profesionales, que podrían explicar en parte, el por qué de una menor dedicación a las actividades señaladas. El estudio realizado por el Colegio de enfermeras de Barcelona5, aporta datos similares a otros realizados en el estado español6 y subraya que en quince años faltarán 6000 enfermeras, ocupando en la actualidad el ranking más bajo de los países europeos (5,4 enfermeras por 1000 habitantes en Catalunya y 5,6 en España), cuando debería haber un mínimo de 8,25 enfermeras para llegar a la ratio de los estándares europeos.

    También pone de manifiesto el citado informe, que las enfermeras a pesar de ser un colectivo responsable, un 81%, considera que no tiene capacidad de influencia en su organización y la mitad se considera poco valorada por sus propias instituciones. Quizás uno de los motivos de reflexión del por qué una gran parte de las nuevas especialistas abandonan la salud mental tras finalizar su formación.

    Esta falta de profesionales, añadido a la falta de competencias reconocidas y definidas en el ámbito de la salud mental, con poca capacidad de influencia y poca capacidad para desarrollar un rol autónomo más centrado en los aspectos preventivos y de fomento de la salud, es quizás uno de los obstáculos para desarrollar nuevas aportaciones y el que estemos más vinculadas a ámbitos tradicionales, que en el desarrollo de nuevos desafíos.

    ¿Que podemos hacer ante esta situación? En primer lugar es importante dar visibilidad a estos obstáculos con los que nos enfrentamos, sobre todo porque deja sin cobertura necesidades importantes de las personas a las que atendemos, además de que dificultan el desarrollo del rol profesional. Paralelamente no podemos dejar de exigir una formación acorde a las competencias que debemos adquirir (dos años de formación es banal) y su reconocimiento en la práctica.

    Otro aspecto a enfatizar es la investigación, priorizando la prevención y la promoción de la salud mental, la lucha contra el estigma, entre otras, que evidencien las necesidades de cuidados y la eficacia de las intervenciones enfermeras, de manera que sea posible justificar los profesionales necesarios para llevarlas a cabo.

    Desde el ámbito de la formación de las especialistas, es importante incluir y priorizar la atención comunitaria y las estrategias que ayuden a identificar y desarrollar nuevos roles y nuevas acciones que respondan a las necesidades reales de la población.

    Esto considero que es acorde con algunas de las directrices que tiene en cuenta el informe de la Conferencia Ministerial de la OMS para salud mental:

        -Crear suficientes y competentes profesionales: La Reforma de salud mental pide nuevos roles y responsabilidades profesionales. La formación debe responder a las necesidades de capacitaciones nuevas en los profesionales.

        -Crear una fuerza de profesionales expertos que diseñen e implementen una formación adecuada de Especialistas de salud mental para todos los trabajadores en salud mental.

        -Evaluar la efectividad y generar nuevas evidencias. Las investigaciones prioritarias incluyen (...), evaluaciones de programas de promoción de salud mental, prevención y nuevos modelos de servicios de salud mental.

Bibliografía

1.Hoja informativa del CIE: Salud mental:  abordar los problemas, 2001.

2.OMS 2005 La Conferencia Ministerial de la OMS para salud mental (Helsinki, 12-15 Enero 2005).

3.Universidad Complutense de Madrid y Obra Social Caja Madrid �Estigma y Enfermedad mental: análisis de las Actitudes de Rechazo Social y Estigmación que sufren las personas con enfermedad�, Plan de Atención Social a las Personas con Enfermedad Mental Grave y Crónica 2003-2007 Comunidad Autónoma de Madrid.

4.Corrigan, P.W. e Watson, A.C. Understanding the impact of stigma on people with mental illness. World Psychiatry, Vol.1, No 1, 2002, pp.16-20.

5.Infermeres avui. Com som i com voldriem ser. Conclusions de l�estudi sociològic 2004. Col.legi d�Infermeria de Barcelona. Barcelona 2004

6.Salvador, I (Coordinador). El Observatorio de Salud Mental: Análisis de los recursos de Salud Mental en España. Madrid: AEN, 2003.

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- Martínez Ques, Angel Alfredo; Fernández Romero, Flora. Fallo de rescate: la línea que traspasa el factor humano. Evidentia. 2006 jul-ago. Año 3(10). Revisión, artículo. [Enlace]

-Martínez Ques, Ángel Alfredo. Enfermería basada en la Evidencia: un activismo plausible para hacer frente a la ignorancia. Evidentia 2005 mayo-agosto; 2(5). En: /evidentia/n5/122articulo.php [Enlace]

-Redacción Evidentia. Lo que los pacientes deben saber de los servicios de salud: sobre enfermar o morir. Evidentia 2005 mayo-agosto; 2(5). En: /evidentia/n5/116articulo.php [Enlace]

 - Gálvez Toro, Alberto. Reducción de la mortalidad en hospitales que prestan cuidados de enfermería de calidad. El Hospital Magnético [Aiken LH, Smith H & y Lke, ET. Lower Medicare Mortality Among a Set hospitals Known for Good Nursing Care. Medical Care, 1994; 32(8):771-787]. Index Enferm (Gran) 2003; 43:80-82. [Enlace]

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