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Profesionales sanitarios ante la violencia dom�stica

 

 

 

EDITORIAL

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La mulata, de Enrique Grau, 1940 

 

Los profesionales sanitarios ante la violencia doméstica

Marta Aguar Fernández
Médica Residente de Medicina Familiar y Comunitaria, Granada, España

Index de Enfermería [Index Enferm] 2000; 30:7-8

 

 

 

 

 

 

 

Cómo citar este documento

 

 

Aguar Fernández M. Los profesionales sanitarios ante la violencia doméstica. Index de Enfermería [Index Enferm] (edición digital) 2000; 30. Disponible en <https://www.index-f.com/index-enfermeria/30revista/30_articulo_7-8.php> Consultado el

 

  

 

     El abuso contra las mujeres en todas sus facetas (agresión sexual, abuso físico, psicológico o emocional, acoso sexual, etc) constituye una violación de los derechos humanos. Ha sido considerado, durante mucho tiempo, un problema privado que ha sido ignorado socialmente1. Más concretamente, la violencia en la familia se consideraba un hecho infrecuente y era visto como un problema de psicopatología de los individuos en lugar de como un problema social2.
     En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
3, proclamada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1993, se define la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas para tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada". Esto incluye la violencia que se produce en la familia, como malos tratos, abusos sexuales de las niñas en el hogar, violación por el marido, actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia y otras. Así, se habla usualmente de Violencia Doméstica (VD), o Malos Tratos (MT), a la violencia de la que son víctimas las mujeres en el ámbito privado de la familia, de la pareja o en cualquier otro tipo de convivencia4.
     A pesar de la gravedad del problema de la VD, se desconoce su dimensión real; la mayoría de los datos de los que se dispone se basan en estimaciones o corresponden a registros (denuncias, atención en servicios de urgencias, homicidios, etc), quedando la mayoría de los casos ignorados. Según Naciones Unidas
4, estudios en diferentes países arrojaron datos de entre un 17% a un 38 % de mujeres agredidas por su marido o compañero, llegando hasta un 60 % o más en otros países; las tasas fueron muy superiores cuando los estudios se realizaron mediante encuestas anónimas, y a nivel nacional. Datos variables también se obtuvieron acerca de las agresiones sexuales a mujeres y a menores de edad. En España, según información del Ministerio del Interior y del Instituto Andaluz de la Mujer6, en 1997 al menos 91 mujeres fueron asesinadas por sus maridos o compañeros, de las cuales el 90 % ya habían roto la relación e iniciado trámites de separación o divorcio; 3 de ellas fueron asesinadas con fuego.
     En las últimas décadas la agresión entre los miembros de la pareja se está configurando como una importante cuestión de salud pública, debido a su creciente incidencia y a la diversidad de consecuencias físicas y psicológicas que conlleva
7-12. Por ello, los profesionales de la salud constituyen un punto clave, no sólo de intervención, sino de identificación y prevención de la violencia doméstica. Sin embargo, el personal sanitario raramente está entrenado en este tipo de casos o no tiene en cuenta la posibilidad de malos tratos conyugales13-15. Si no se va más allá del tratamiento médico o quirúrgico, la VD pasa desapercibida entre otras maneras de enfermar más convencionales. En este sentido el personal sanitario se encuentra en una posición privilegiada para indagar su existencia, reconocerla y prevenir nuevos episodios si ya se ha producido.
     No existe un prototipo de la mujer que sufre maltrato, ya que la VD se presenta en todos los grupos raciales, religiosos, socioeconómicos y étnicos. Sin embargo, existen diversas "pistas" que pueden hacernos pensar en que una mujer es maltratada
16,17. Las "pistas" más obvias son las físicas (hematomas, cortes, quemaduras, contusiones, fracturas, hasta signos de violación, agresión por arma blanca o arma de fuego); el tipo de lesión, localización, periodicidad o cronicidad, y las lesiones en mujeres embarazadas orientan a plantear la VD como un posible diagnóstico. Otras "pistas" que pueden presentar las mujeres maltratadas están directamente relacionados con el estrés psicológico de vivir en una relación de abuso. Son síntomas psicosociales, pero muy diversos, relacionados con la ansiedad, depresión, baja autoestima, la somatización o el síndrome de estrés postraumático. Entre los síntomas de somatización, que pueden presentarse con bastante frecuencia, están las cefaleas, dolores crónicos y síntomas anodinos que no responden al tratamiento convencional; dolor abdominal o problemas gastrointestinales, dolor torácico, disnea o palpitaciones; dolor en pelvis o genitales; cambios en el apetito o el sueño; problemas de disfunción sexual, y así una larga lista de síntomas físicos inexplicables que no mejoran con tratamientos farmacológicos. Cabe destacar que algunas de estas mujeres han sido catalogadas por su sintomatología como neuróticas, histéricas o hipocondríacas.
     Aunque muchas de las mujeres víctimas de malos tratos no lo expresan de forma abierta y voluntariamente, sí es posible que lo reconozcan si se les pregunta sobre el tema
18. Es fundamental no establecer juicios preconcebidos de la situación; la actitud del profesional de la salud hacia la víctima y hacia el tema de VD influirá sobre la mujer para que hable de lo sucedido, ya que es frecuente que estas mujeres se sientan juzgadas y que no se les crea. Se les debe transmitir confianza y sensación de seguridad y apoyo, asegurándoles que se preservará su intimidad. Esta actitud les da sensación de autonomía y de  poder para tomar decisiones, y así ser capaces de recuperar el control de su vida. Para investigar los malos tratos es recomendable introducir el tema de forma sutil o mediante preguntas indirectas, para que no se sientan incómodas, aunque posteriormente sea importante hacer preguntas directas y específicas. No olvidar escuchar y dejar a las mujeres maltratadas hablar del tema, ya que pueden necesitar únicamente desahogarse o alguien que les escuche y oriente. Así mismo, es fundamental "validar las experiencias" de la mujer que ha sufrido VD y hacerle saber que no está sola, que la violencia no ha sido por su culpa y que nadie merece recibir malos tratos. No se debe recomendar a la mujer víctima de malos tratos que abandone a su pareja, ya que ésta es una decisión únicamente de ella. Tampoco se debe intentar tratar el tema con el agresor de forma individual ni con la pareja ya que podría empeorar la situación de malos tratos y aumentar la severidad de éstos.
     En Instituto de la Mujer y los Organismos Sanitarios han establecido instrucciones que regulan la asistencia sanitaria a mujeres víctimas de malos tratos y agresiones sexuales. Entre estas recomendaciones se incluye el deber profesional de informar a la mujer sobre la existencia de otros recursos extrasanitarios que pueden proporcionarle ayuda, consejo y apoyo tanto psíquico como legal.
     Aunque aparentemente la mujer no parezca receptiva en la entrevista o no se dé ningún cambio en la situación de VD después de este encuentro, es seguro que recordará esta experiencia de un modo diferente si ha sido tratada con respeto, tomada en serio, y se le ha ofrecido la posibilidad de apoyo o un plan de seguridad. Hay que entender que lleva mucho tiempo y muchas intervenciones hasta que las mujeres maltratadas pueden romper con este tipo de relación y sentirse libres.
     En conclusión, el personal sanitario debe estar preparado para saber enfrentarse ante cualquier situación relacionada con la violencia doméstica. Debe saber identificar a las víctimas y estar capacitado para diagnosticarlas, tratarlas y asesorarlas, cumpliendo siempre con sus obligaciones éticas, morales y legales. Tenemos la oportunidad de proporcionar apoyo y orientación a estas pacientes, y procurarles una recuperación física y psíquica lo antes posible, para una pronta reinserción a su vida cotidiana.

Bibliografía

1. Plan de Actuación del Gobierno Andaluz para la erradicación de la Violencia contra la Mujer. Sevilla, 1.998.
2. Council on Scientific Affairs, American Medical Association. Violence against women: relevance for medical practitioners. JAMA. 1.992; 267: 3184-3189.
3. Asamblea General de Naciones Unidas. Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. 20 de Diciembre de 1.993; resolución 48/104, artic. 1 y 2.
4. Naciones Unidas. Situación de la Mujer en el Mundo, 1995. Tendencias y Estadísticas. Nueva York, 1995.
5. Instituto Andaluz de la Mujer. Situación Social de la Mujer en Andalucía. Sevilla. 1.990.
6. Instituto Andaluz de la Mujer. Día internacional de la mujer. Informe 1998. Sevilla, 1998.
7. Flitcraft A. Learning from the Paradoxes of Domestic Violence. JAMA. 1997; 277:1400-1401.
8. McCauley J., Kern D.E., Kolodner K., Dill L.,Schoeder A.F. The "Battering Syndrome": Prevalence and Clinical Characteristics of Domestic Violence in Primary Care Internal Medicine Practices. Ann Intern Med.1995; 123:737-746.
9. Mullen P.E., Romans-Clarkson S.E., Walton V.A., Hrbison G.P. Impact of sexual and physical abuse on women´s mental health. The Lancet. 1988; 1:841-845.
10. Douglas A., Talley N.J., Leserman J., Olden K.W., Barreiro M.A.. Sexual and physical abuse and Gastrointestinal Illness. Ann Intern Med.1995; 123:782-794.
11. McCauley J., Kern D.E., Kolodner K., Dill L.,Schoeder A.F,DeChant H.K. Clinical Characteristics of Women with a History of Childhood Abuse. JAMA.1997; 277:1362-1368.
12. Setin MB, Walker JR, Hazen AL, Forde DR. Full and partial Posttraumatic Disorder: Findings from a Community Survey. Am J Psychiatry 1997; 154:1114-1119.
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15. Council on Ethical and judical Affairs, American Medical Association. Physicians and Domestic Violence; Ethical Considerations. JAMA 1992; 267:3190-3193.
16. Parnell T. F. Domestic Violence: How Do You Know and What Do You Do?. ACP-ASIM- Florida Chapter- Domestic Violence CME.  Online: https://www.acponline.org/chapters/fl/cme/toc.htm
17. Ambuel B., Hamberger L.K. Family Peace Project, Family & Community Medicine, Medical College of Wisconsin. 1.995. Online: https:// www.family.mcw.edu/ahec/ec/medviol.html
18. McCauley J., Yurk R.A., Jenckes M.W., Ford D.E. Inside "Pandora´s Box". Abused women´s experiences with clinicians and Health Services. J Gen Intern Med 1.998;13:549-555.
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