ENTRAR            

 


 

Revista Tesela ISSN 1887-2255

 

 

CARTAS A LA DIRECTORA

Comentar este trabajo

Documentos relacionados

 Sumario

Documento anterior

Documento siguiente

Enviar correo al autor 

 

 

Contra el optimismo no hay vacunas

Francisca Gasco Fernández
Hospital de Alta Resolución de Écija - Empresa Pública Sanitaria Bajo Guadalquivir. Écija (Sevilla), España

Correspondencia: C/ Severo Ochoa 16, 41400 Écija (Sevilla), España

Manuscrito aceptado el 21.12.2010

Tesela [Rev Tesela] 2010; 8

 

 

 

Cómo citar este documento

Gasco Fernández, Francisca. Contra el optimismo no hay vacunas. Tesela [Rev Tesela] 2010; 8. Disponible en <https://www.index-f.com/tesela/ts8/ts7475.php> Consultado el

 

 

 

Sra. Directora: Es poco el tiempo que llevo en esto de la Salud Laboral, pero he podido comprobar que los sanitarios somos unas personas muy optimistas, de ahí que no nos vacunemos porque, como bien dijo Mario Benedetti: "contra el optimismo no hay vacunas".

Somos optimistas porque no percibimos los riesgos a los que estamos sometidos en nuestra práctica diaria, nunca enfermamos y si lo hacemos es cuestión de mala suerte.

Es bien sabido que el personal sanitario constituye un grupo de riesgo de adquisición y de transmisión de determinadas enfermedades infecciosas, diariamente se enfrenta a un riesgo biológico en su trabajo sin embargo no tiene un conocimiento profundo sobre las vacunas y su importancia. Tampoco tiene conciencia real de peligro frente a estas enfermedades y en muchos casos no asume ninguna política de prevención hasta que, en cierto modo, se le exige que lo haga.

La vacunación del personal sanitario está condicionada a unas normas generales de demostrada eficacia, y que han sido recogidas en el año 98 por el Centro de Control de Enfermedades (C.D.C.) de los EE.UU.

Existen estudios sobre el coste de la inoculación accidental1 y llama la atención como se incrementa el gasto dentro de los Servicios de Salud si la persona accidentada no está vacunada.

Cabe también mencionar el impacto económico para una Administración Sanitaria de la gripe. En España causa cada año unas pérdidas aproximadas de 60 millones de horas de trabajo y origina alrededor de 3.000 fallecimientos, por ello sigue siendo uno de los problemas epidemiológicos más importantes de nuestra época,2 y pese a ello el índice de cobertura de dicha vacuna por el personal sanitario es uno de los más bajos.

Aunque existen suficientes evidencias científicas sobre los beneficios de la vacunación, la mayoría de los sanitarios siguen con las creencias de que las vacunas no son efectivas ni seguras. Este tipo de actitud viene dada, quizás, por la duda sobre la efectividad de las vacunas, por el miedo a las reacciones adversas y como no, como buenos sanitarios, miedo a los pinchazos.

Esto es debido a que actualmente la percepción de riesgo se minimiza e incluso a la falsa creencia de algunos sanitarios de que la exposición continuada a los microorganismos les hace inmunes a su adquisición.

Así pues, podemos afirmar que la vacunación es un acto primordial para favorecer la salud colectiva potenciando la individual y que para conseguirlo hacen falta coberturas vacunales elevadas.

Si hacemos referencia a los programas sobre Seguridad del Paciente, tan de moda ahora en todos los centros sanitarios, podemos afirmar que junto a todas las medidas de higiene de manos, evitar infección de la herida quirúrgica, etc., la correcta vacunación de los profesionales puede evitar el desarrollo de una infección nosocomial en una unidad hospitalaria. Son numerosas las publicaciones que hacen referencia a brotes intrahospitalarios de infecciones como sarampión, gripe, etc.

Si seguimos con el ejemplo de la gripe, infección comunitaria de elevada morbilidad y que cada invierno genera un número importante de hospitalizaciones, se observa que la cifra de casos de adquisición nosocomial no es despreciable. En el 17% de los pacientes hospitalizados con gripe, ésta es de origen nosocomial. Algunos brotes intrahospitalarios ocurridos en los últimos años en España ponen en evidencia la trascendencia del problema.3

Creo que desde Salud Laboral debemos apoyar los programas de vacunación con acciones informativas y de sensibilización para aumentar el grado de aceptación de la vacuna por parte de los profesionales. Para que estos tengan éxito, es fundamental desarrollar programas, más que educacionales, concienciadores de la importancia que tiene la vacunación en el personal sanitario, el cual debería sustituir las actitudes de rechazo a la vacunación de carácter individualista por sentimientos de protección colectiva, consiguiendo de este modo varios objetivos, por un lado, proteger al trabajador de los riesgos de infecciones transmitidas por los pacientes, y por otro, evitar que el trabajador sea una fuente de infección para los pacientes que atiende.

Como conclusión podemos afirmar que la vacunación es uno de los asuntos pendientes del personal sanitario, lo cual es algo llamativo ya que disponemos de un método eficaz, efectivo y eficiente para prevenir la mayoría de las enfermedades que podemos adquirir en nuestro trabajo y, sin embargo ¿por qué no se vacuna el personal sanitario?.

Bibliografía

1. Solano VM, Hernández MJ, Montes FJ, Arribas JL. Actualización del coste de las inoculaciones accidentales en el personal sanitario hospitalario. Gac Sanit [online]. 2005, 19(1): 29-35. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112005000100007&lng=es&nrm=iso [Consultado el 09.4.2010].
2. Quintas C. Importancia de la gripe en la salud laboral. Vacunas 2002; 3(Supl 1): 35-37.
3. Campins Martí M. La vacunación del personal sanitario. Recomendaciones y realidades. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2006; 24: 411-412.

Principio de p�gina 

error on connection