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Revista Tesela ISSN 1887-2255

 

 

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Los padres como cuidadores principales de su hijo. Reto para la enfermería

Juan Jesús Cobacho de Alba
Enfermera Unidad Neonatología. Hospital Universitario de Puerto Real. Ctra. Nacional IV - Km 665, 11510 Puerto Real, Cádiz, España

Manuscrito aceptado el 4.4.2009

Tesela [Rev Tesela] 2009; 5

 

 

 

Cómo citar este documento

Cobacho de Alba, Juan Jesús. Los padres como cuidadores principales de su hijo. Reto para la enfermería. Tesela [Rev Tesela] 2009; 5. Disponible en <https://www.index-f.com/tesela/ts5/ts6977.php> Consultado el

 

 

 

Sra. Directora: Desde mediados de la década de los 80 del siglo XX y como consecuencia de la aplicación de teorías psicosociales, surge en el área materno-infantil una corriente de humanización del parto y la asistencia neonatal a nivel mundial. Desde la Consejería de Salud se están reforzando estas políticas de humanización en la atención al parto con medidas específicas que tienen por objeto dotar a los hospitales de entornos más cómodos para este proceso.

La implantación de este nuevo modelo de atención perinatal tiene cuatro áreas de trabajo bien definidas para las que hay que desarrollar medidas concretas: promoción de la lactancia materna, la naturalización del parto, la atención multicultural al embarazo, parto y puerperio y la mayor participación del hombre en la crianza son áreas de trabajo que hay que desarrollar. Estas áreas siguen líneas marcadas por el decreto 246/2005 de Atención al Niño Hospitalizado, y se concretarán en iniciativas comunes para todos los hospitales con el fin de establecer el camino hacia una mejor atención al parto, alejándolo de prácticas médico-sanitarias innecesarias y acercándolo al proceso natural que es.

Si el parto "normal" produce estados de ansiedad y estrés en los padres, aquel que es inesperado en el tiempo o llega con complicaciones produce un bloqueo en los padres y con ello un deterioro del vínculo parental. La presencia de riesgos y/o afectaciones crónicas en el recién nacido desencadena un conjunto de reacciones en la familia del menor, poniendo en acción una serie de mecanismos de adaptación que deben ser atendidos y tenidos en cuenta por parte de los profesionales del equipo multidisciplinar que los atiende. Por ello, es importante que los padres se sientan comprendidos por el personal que cuida a su hijo/a, precisando de apoyos para dar respuestas a sus propias necesidades.

Es bueno saber a qué atenerse cuando se está pasando un mal momento por no poder disfrutar de un recién nacido sano. Las enfermeras debemos hacer lo posible para que se inicie lo antes posible el primer contacto padres-hijo tan importante para el establecimiento del vínculo afectivo, punto de partida de la nombrada estrategia Coping,1-3 en la literatura actual, en las Unidades Neonatales.

La información sobre qué hacer y cómo, es importante para que los padres no se sientan excluidos del cuidado y atención de su hijo/a. Es necesario fomentar el sentimiento de competencia de los padres al colaborar en el cuidado de su hijo en ese momento, venciendo sus temores y dándoles una oportunidad de conocer las necesidades de su hijo. Hay que favorecer la vinculación afectiva invitando a los padres a hablar, tocar, acariciar a su hijo/a según los limites de estimulación que se marquen atendiendo a la inmadurez y/o fragilidad de su hijo/a, y de igual modo, propiciar el acercamiento del resto de la familia principal iniciando en ellos el sentimiento de pertenencia a la misma de un nuevo miembro. Todas estas actividades hacen aumentar el sentimiento de confianza de los padres en el equipo sanitario que cuida y vigila el bienestar de su hijo/a. Otras actividades como la no restricción de visitas, puertas abiertas para los padres o tener visitas específicas para los hermanos o abuelos se abren camino lentamente en nuestras unidades.

Todo ello contribuirá a que se sientan más tranquilos, a que su nivel de ansiedad y preocupación sea menor y por ello, se enfrenten de una manera más efectiva a la situación inesperada e indeseada que les ha tocado vivir.

En la actualidad, no sólo es importante la capacidad técnica de la enfermera neonatal sino que cobra mayor importancia la faceta educadora y formadora en cuidados de los progenitores. Para ello se precisa de un elemento crucial, difícil de conseguir y presente en todos nosotros como es la modificación de la conducta del profesional referente para dar cuidados basados en la atención al desarrollo como forma de aproximación humana para cubrir las necesidades del niño. Ello conlleva una reducción del estrés neonatal, siendo un cambio sustancial el ver a los padres como componentes del equipo asistencial, aliados nuestros y no cargas o molestias. Hasta que no eliminemos las barreras físicas en nuestras unidades y mentales en nosotros sobre los padres, todo este cambio será ficticio e imposible de realizar. Sin esta modificación de nuestra conducta no podrá realizar el Sistema Sanitario Público Andaluz lo anteriormente expuesto. De poco valdrá, que desde el Gabinete de Atención a la Dependencia en la Consejería de Salud se estén elaborando cinco Subprocesos Asistenciales (encontrándose actualmente en su última etapa), en los cuales y más concretamente en el de Atención al Recién Nacido de Riesgo se reconozca a los padres como cuidadores principales de sus hijos o que profesionales o unidades de forma aislada hayan interiorizado este cambio. Sí no es un cambio por convicción del personal, este cambio, a lo sumo, será efímero. Ahora bien, si somos capaces de hacerlo, el salto realizado será exponencial respecto a lo que actualmente somos y realizamos.

Las enfermeras debemos pues reflexionar, valorar, modificar e interiorizar este cambio. Es cierto, que todo cambio produce estrés y desasosiego. Al principio surgirán problemas y se producirán errores pero estos no deben desanimarnos. Como mejor se aprende es haciendo. Se trata pues, de impulsar un cambio en la organización basado en la implicación de los profesionales y en la capacidad de introducir la idea de mejora continua de Calidad, llevándolo a cabo desde un enfoque centrado en el usuario.

Bibliografía

1. Lazarus RS, Folkman S. The concept of coping. In: Monart A, Lazarus RS. Stress and coping: an anthology. 3ª ed. New York: (USA): Columbia University Press; 1991.
2. Gallegos Martínez J. Neonato Prematuro en Riesgo de Deterioro de Vínculo Padres-Hijo: Coping. Desarrollo Científ Enferm 2006 abril, 14(3). En: https://www.index-f.com/dce/14/14-99.php [Consultado el 12 de Octubre de 2007].
3. González Gil, T. Estrategias culturales para el afrontamiento de la muerte infantil en una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Enferm Intensiva.2008 jul-sep19 (3):113-122.

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