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		EDITORIAL
		Calidad de los cuidados y profesionalización de la gestión enfermera Joaquín Estévez Lucas Presidente de SEDISA. (Sociedad Española de Directivos de la Salud). Secretario General Técnico de la Fundación Ad Qualitatem. Madrid (España) Correspondencia: C/Villanueva, 24, 1º - 28001 Madrid, España Manuscrito aceptado el 21.07.07 Tesela [Rev Tesela] 2007; 2
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Estévez Lucas, Joaquín. Calidad de cuidados y profesionalización de la gestión enfermera. Tesela [Rev Tesela] 2007; 2. Disponible en <https://www.index-f.com/tesela/ts2/ts0707.php> Consultado el

Hace 30 años desde la instauración de la democracia en España, hecho que originó el "cambio total" legislativo, económico, social y "mental" en todas las estructuras del país y por tanto, entre otras, de las organizaciones y centros sanitarios.

Los ciudadanos adquirimos este nombre, dejando de ser súbditos, y nos autoimplicamos en decidir sobre todo lo que nos concierne, y entre otras cosas, sobre nuestra salud y su cuidado.

Los ciudadanos de nuestra "sociedad pluralista del bienestar" nos hemos hecho más formados, informados y exigimos un sistema de salud de calidad, con atributos de información, trato y comodidad acordes con un nivel científico técnico de excelencia.

Para dar respuesta a estas exigencias y expectativas, las autoridades político- sanitarias han tenido que responder con: legislación, inversiones en equipamiento e infraestructuras, descentralización, grandes aumentos de recursos humanos y materiales y reestructuraciones en planificación, organización y gestión.
     También a los profesionales sanitarios se nos ha exigido un mayor nivel de compromiso en identificación con las organizaciones sanitarias y una mayor dedicación a la autoformación, a la práctica asistencial y a la prestación de cuidados en el trato a los ciudadanos.

Para lograr estos objetivos de calidad total en asistencia, docencia e investigación, ha sido necesario, entre otros cambios organizativos, "empresarizar" las instituciones sanitarias, es decir, organizarlas y gestionarlas como empresas prestadoras de servicios sanitarios.

Todos los profesionales de la salud -especialmente, enfermeras y médicos- nos hemos visto obligados no sólo a tener conocimientos en ciencias de la salud, sino en técnicas de gestión y calidad (en aspectos económicos, legales, de gestión de recursos humanos y materiales, de trato, bioéticos, de marketing y comunicación...).

Los profesionales hemos participado activamente y con ilusión en el desarrollo de la profesionalización de la gestión sanitaria, y en la implantación de numerosas - exitosas- experiencias en gestión clínica y en gestión de los cuidados enfermeros.

Creo de justicia reconocer la importante aportación de la profesión enfermera a través de las Direcciones de Enfermería en la estructura de los Centros Sanitarios y en la consecución de los objetivos sanitarios y económico-organizativos exigidos a éstos en los contratos anuales de Gestión por parte de la Autoridad Sanitaria.

Consolidar estos logros se fundamenta, entre otras claves, en la verdadera "PROFESIONALIZACIÓN" de la función directiva sanitaria, en la autonomía de gestión de las unidades clínico-asistenciales, en la formación en gestión en los pregrados y postgrados en ciencias de la salud o en el desarrollo de la carrera profesional.

Pero, frente a esta consolidación han surgido unas amenazas basadas en el clientelismo, el amiguismo o la aldeización en el nombramiento y contratación de responsables o gestores sanitarios de ciudadanos sin experiencia, formación o capacitación en gestión de centros socio-sanitarios o en gestión empresarial, que empobrecen la práctica directiva y el nivel de gestión de nuestras organizaciones.

Afortunadamente, estas situaciones, están siendo escasas, pero los profesionales y centros que las sufren se resienten durante un tiempo, en sus niveles de calidad prestada, lo que perjudica a los ciudadanos receptores de esa práctica clínico- asistencial.

Los profesionales de la gestión de la salud y las sociedades científicas que representamos seguiremos luchando por una efectiva y definitiva profesionalización y por una asignación de puestos de responsabilidad a ciudadanos aptos, expertos, formados y motivados, dejando de una vez de usarse estos puestos para políticos "en paro" o "amigos" de políticos que tengan dificultades para resituarse en el mercado laboral.

Esperamos que el deseo de profesionalización manifestado en este editorial se haga efectivo a lo largo de las próximas semanas, tras la celebración de las últimas Elecciones Autonómicas y la constitución de los Equipos Directivos de las Consejerías de Salud y de Servicios Sociales.