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		V Centenario del Nacimiento. Andrés Vesalio (1514-1564) Nuevo paradigma aún vigente en la enseñanza de la Medicina José María Urkía Etxabe Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco. Bilbao, 2015. 129 Págs. Autor del comentario: Francisco Herrera Rodríguez Temperamentvm 2015; 21
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Herrera Rodríguez, Francisco. V Centenario del Nacimiento. Andrés Vesalio (1514-1564). Nuevo paradigma aún vigente en la enseñanza de la Medicina, de José María Urkía Etxabe [comentario de texto]. Temperamentvm 2015, 21. Disponible en <https://www.index-f.com/temperamentum/tn21/t2105.php> Consultado el

    José María Urkía Etxabe, profesor titular de Historia de la Medicina de la Universidad del País Vasco, es de sobra conocido en el panorama bibliográfico de la Historia de la Ciencia en España. En su trayectoria publicística encontramos que ha prestado especial dedicación a temas como la epidemia de gripe de 1918, el colegio de Médicos de Guipúzcoa, los balnearios, el cuarto de Socorro de San Sebastián, literatura y medicina, y ha realizado también trabajos monográficos sobre la vida y obra del doctor José Carrasco Pérez-Plaza, el doctor Eizaguirre, Gregorio Marañón y muy especialmente debe destacarse su Barriola íntimo: un médico humanista vasco en su diario. Ha coordinado obras dedicadas a José de Arteche o a la carta como texto y fuente documental, entre otras muchas aportaciones.

En esta ocasión el profesor Urkía dirige su mirada, con el libro que reseñamos, a la figura de Andrés Vesalio y el Renacimiento. No es la primera vez que el historiador donostiarra se centra en este periodo cultural, ya que uno de sus últimos libros está dedicado precisamente a la figura de Miguel Servet, médico y teólogo, en colaboración con Sergio Baches Opi.

El libro del profesor Urkía debe enmarcarse en el contexto del V Centenario del nacimiento de Andrés Vesalio (1514-1564). Y en este sentido debemos subrayar la escasa repercusión que ha tenido el acontecimiento en nuestro país, sobre todo teniendo en cuenta la vinculación del bruselense con España, ya que éste ejerció como médico de cámara de Carlos V y Felipe II. En cambio, la fecha del nacimiento de Vesalio (31 de diciembre de 1514) sí está teniendo repercusión con ediciones de libros, conferencias y exposiciones en Bruselas, Lovaina, Amberes, Paris, Atenas, Nueva York, etc.

La figura de Andrés Vesalio, no cabe duda que constituye un hito importantísimo en la historia de la medicina; su libro De humani corporis fabrica libri septem (1543), con bellísimas láminas, constituye un hito para la anatomía y también para la historia del arte. Normalmente las historias de la medicina y de la ciencia suelen concentrar los cambios históricos en una rama del saber en una figura concreta; no vamos a negar que esto tiene un valor didáctico sobre todo para facilitar el estudio de las disciplinas a los discentes, pero sabemos de sobra que los cambios de paradigma no suelen ser fruto del trabajo de una persona sino de un sedimento de pequeños detalles y aportaciones que se van produciendo en los siglos precedentes. No podemos olvidar lo que acontece en Europa, antes de la aparición en escena de Vesalio, con respecto a la anatomía en los siglos XIII y XIV, y posteriormente durante la etapa conocida como "prevesaliana". Así lo explica Laín:

En el filo de los siglos XIII y XIV, el espíritu del tiempo rompió otra vez ese tabú; y tras los ya remotos días de la Alejandría prebizantina, de nuevo volvió a disecarse el cadáver humano. Tres motivos distintos condujeron a ello. Uno anatomopatológico, la búsqueda de lesiones internas en el cuerpo de un muerto por enfermedad pestilencial (Cremona, 1286). Otro médico-forense, el propósito de decidir si la causa de una defunción era o no era el envenenamiento (Bartolommeo Varignana; Bolonia, 1302). Otro, en fin, puramente anatómico, la voluntad de conocer con los propios ojos (...) la estructura del cuerpo humano.

Este interés por la indagación anatómica, en las centurias citadas, no supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del cuerpo humano, pero sí un arranque para que en las siguientes se fueran poniendo los pilares para cuestionar el modelo anatómico de Galeno; en este asunto hay que tener en cuenta aspectos científicos, pero también legales y religiosos, que por ser suficientemente conocidos no reseñamos. En este proceso de cambio es imprescindible tener muy presente a Andrés Vesalio; aunque, como precisa Urkía en el libro, su labor como gran reformador de la anatomía galénica ha sido puesta en cuestión por el profesor Barcia Goyanes, tema sobre el que volveremos más adelante.

El libro del profesor Urkía, como decimos, tiene el mérito de haber llamado la atención sobre tan importante efemérides en nuestro país. El lector que se adentre en sus páginas, llenas de bellísimas ilustraciones, encontrará capítulos dedicados a la biografía de Vesalio, a sus libros, a su labor anatómica y a la relación que tuvo con España, pero también se contempla la actualidad de su figura y como ha sido visto el bruselense por los artistas y literatos.

El libro de Urkía tiene dos vertientes: la del cronista que ha visitado las exposiciones más relevantes que se han llevado a cabo en Bélgica como homenaje a la figura del gran anatomista, en este sentido se recoge el viaje personal del autor a Lovaina, Bruselas y Amberes (enero de 2015); y luego la del historiador que reflexiona sobre la vida y obra vesaliana, incluso haciendo una síntesis de los autores que a lo largo de los siglos han mostrado interés por su figura como, por ejemplo, Hermann Boerhaave y Bernhard Siegried Albinus, sin olvidarse de los enciclopedistas franceses o de la crítica de Victor Daremberg o la hagiografía de Burggraeve, o de otros autores como Charles Donald O'Malley, Harvey Cushing, Leboucq, Frédericq, Lindeboon, van Hee, Vons y Velut, Barón Fernández, Vanpaemel, Theo Dirix, etc. Sin olvidarse de Juan José Barcia Goyanes que en 1994 hizo una crítica frontal a la obra anatómica del bruselense en El mito de Vesalio, que contrasta con la imagen hagiográfica que Pedro Laín dibuja en sus libros sobre el que considera "el verdadero fundador y más alto operario de la anatomía moderna". No hay que olvidar que Barcia Goyanes, como recuerda Urkía, lanzó desde Valencia uno de los ataques más demoledores a la obra vesaliana, precisamente desde la ciudad en que Collado y Jimeno, discípulos de Vesalio, "alabaron, como nadie lo hizo hasta entonces entre sus contemporáneos al gran maestro belga". Barcia Goyanes fue muy crítico con los historiadores de la medicina que inmortalizaron a Vesalio "con panegíricos excesivos", de esta nómina no se escapan autores de la relevancia de Singer, Ackerknecht, Diepgen, Garrison o Laín Entralgo, que cuando leyó el texto de Barcia reconoció que la opinión acerca del famoso libro de anatomía debe ser ampliamente revisada.

La crítica a la obra de Vesalio, como se puede apreciar en este libro, no ha estado ausente desde el Renacimiento hasta nuestros días, en mayor o menor medida, pero quizás una de las más radicales, sin duda, es la que acabamos de comentar. Se puede encontrar también en la bibliografía médica española del siglo XIX alguna que otra crítica a la anatomía vesaliana, el que esto escribe ha tenido la ocasión de comprobarlo en la obra del médico y oftalmólogo gaditano Cayetano del Toro y Quartiellers (1842-1915), que en 1878, en su Tratado de las enfermedades de los ojos y sus accesorios (tomo I, pp. 34-35), escribió unas notas sobre los conocimientos de anatomía y fisiología ocular del bruselense, señalando que "sus descripciones abundan en inexactitudes graves". Por ejemplo, el médico gaditano da la razón a Juan Valverde de Amusco cuando afirma, contra lo que creía Vesalio, que el movimiento de rotación del ojo no es debido a un músculo especial "sino á las contracciones sucesivas de los cuatro músculos opuestos que se hallan dentro de la órbita, y que el músculo inferior, por su misma posición, no puede servir para la elevación de aquel órgano". Cayetano del Toro señala que Valverde pensaba que los "nervios ópticos" son sensitivos y no se insertan en el centro del ojo, mostrando así otra crítica a la obra del bruselense. Incluso el oftalmólogo gaditano apunta que en 1592 Alfonso Rodríguez de Guevara explicó los músculos de los párpados y su acción fisiológica de una manera diferente a como lo hacía Vesalio.

Bélgica, pues, en este V Centenario del nacimiento del gran anatomista se ha volcado con los homenajes, sobre todo teniendo en cuenta que en 1914, cuando se debía conmemorar el IV Centenario, la Gran Guerra y la invasión del país por Alemania lo impidió, y que en 1943, cuando se cumplían los cuatrocientos años de la edición de La Fábrica, nuevamente Alemania invadió a su país vecino. Urkía escribe que "el rastro de la guerra perseguirá la obra de Vesalio al destruirse en la biblioteca de Munich los moldes de madera de sus famosas planchas de láminas y dibujos anatómicos, que allí se conservaban, tras muchas vicisitudes. Por esto, tal vez, este 500 aniversario ha querido reparar o compensar aquellas celebraciones fallidas,...".

Queda constancia de estos homenajes y exposiciones en el libro que reseñamos, además de otros eventos vesalianos que han tenido lugar en Grecia, Francia y América. Hay pasión en este libro de Urkía por Vesalio y por su obra, pero a la vez ofrece la posibilidad de reflexionar nuevamente sobre el hecho de que hagamos recaer sobre los hombros de una sola persona un cambio de mentalidad o un cambio de paradigma, en este caso sobre el conocimiento anatómico del cuerpo humano. Y haciendo esto no se derriba la obra de Andrés Vesalio, ni mucho menos, sino que la revaloriza al situarnos ante la posibilidad de comprenderla y admirarla de una manera diferente.