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TEMPERAMENTVM ISSN 169-6011 2015; 21: t2103

 

 

EDITORIAL

 

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Isabel Zendal, una enfermera de novela

Francisco Sandoval Verea
Archivo Histórico Provincial de Ourense. Ourense, España

Temperamentvm 2015; 21

 

 

 

Cómo citar este documento

Sandoval Verea, Francisco. Isabel Zendal, una enfermera de novela. Temperamentvm 2015, 21. Disponible en <https://www.index-f.com/temperamentum/tn21/t2103.php> Consultado el

 

 

 

        La reciente publicación de la novela A flor de piel de Javier Moro ha vuelto a poner el foco de los medios de comunicación sobre la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna contra la viruela que, bajo el patrocinio de la corona española, distribuyó gratuitamente ese remedio por América y Asia entre 1803 y 1814. Aun así, el conocimiento general sobre esta expedición por parte de la sociedad española está lejos del nivel de notoriedad que merece una epopeya sanitaria de tal trascendencia. Y lo mismo puede decirse de sus protagonistas, empezando por su director, el cirujano real Francisco Xavier Balmis, y siguiendo por la enfermera, Isabel Zendal Gómez, que se ocupó de cuidar a los 48 niños que portaron la solución contra esa mortífera enfermedad sin que se rompiese la cadena de vacunaciones durante la expedición.

La figura de Isabel, personaje central de la novela de Javier Moro, ha sido objeto de atención de quienes han estudiado la expedición Balmis (Díaz de Yraola, Smith, Tuells, Ramírez Martín, etc.) y ha aparecido en diversas novelas que la recrean (Y llegó la vida, 1950, La soledad de Balmis, 2005, Para salvar el mundo, 2007, Los hijos del cielo, 2011 y Ángeles custodios, 2012). Sin embargo algunos aspectos relevantes de su biografía, como su verdadero nombre, su lugar de origen o su condición de madre soltera eran una incógnita hasta hace bien poco. Los periodistas coruñeses Antonio López Mariño y Joaquín Pedrido rastrearon por distintos archivos las huellas documentales de los gallegos que participaron en la expedición. Antonio López le ha dedicado especial atención a Isabel Zendal, hasta localizar datos biográficos determinantes para zanjar especulaciones que giraban en torno a los apellidos y origen de la enfermera. Sus pesquisas han visto la luz en varios reportajes periodísticos, algunos galardonados con premios de prestigio. El titulado "La rectora Isabel, al descubierto", publicado en el diario La Opinión de A Coruña en abril de 2013, recibió el Premio Prismas que conceden los Museos Científicos Coruñeses (Ayuntamiento de A Coruña) al mejor artículo periodístico del año 2014; y en abril de 2015, la Diputación Provincial de Ourense lo ha distinguido con el premio de periodismo que otorga anualmente esta institución por el reportaje "La madre de todas las vacunas", también publicado en el diario La Opinión en noviembre de 2014.

El hilo del que pudo tirar López Mariño para adentrarse en la vida de esta enfermera lo encontró en un el libro de altas y bajas del Hospital de la Caridad de A Coruña en el que se había anotado en agosto de 1796 el lugar de origen de un hermana de Isabel, María Zendal Gómez. Se trataba de la parroquia de Santa Mariña de Parada, perteneciente al actual Ayuntamiento de Ordes, provincia de A Coruña. A partir de esa pista y tras la consulta de documentos conservados en distintos archivos históricos pudo llegar a conocer la procedencia y reconstruir el entorno familiar y la trayectoria de Isabel Zendal hasta el momento de su partida rumbo a América en la corbeta "María Pita" el 30 de noviembre de 1803.

Nacida en el seno de una familia campesina "pobre de solemnidad", Isabel habría abandonado su aldea para trabajar como sirvienta en la ciudad de A Coruña. En 1796 fue madre soltera de un niño -que la acompañará a América- y cuatro años después, en 1800, consiguió el puesto de rectora del Hospital de la Casa de Expósitos de esa ciudad. La entrega y eficiencia que demostró en el desempeñó de este empleo le valió para que Balmis se fijara en ella y la contratase como cuidadora de los veintidós niños elegidos para portar la vacuna de la viruela al otro lado del Atlántico, doce de ellos procedentes de la Casa de Expósitos regentada por Isabel. Demostró ser una mujer con arrojo y determinación cuando aceptó participar en esa azarosa aventura, rodeada de tripulación masculina y a cargo de una jauría de chiquillos asilvestrados.

Después de que se documentase el origen y apellidos de Isabel, el enfermero Jesús Pedreira Mirás, como concejal del Ayuntamiento de Ordes ha promovido desde principios de 2015 varias iniciativas destinadas a homenajear la figura de Isabel Zendal como vecina ilustre de este municipio. En febrero de este año inició el procedimiento para su nombramiento como hija predilecta, y en marzo, la Asociación Cultural Inquedanzas de la que Pedreira es miembro, organizó una jornada de conferencias destinadas a divulgar la biografía de esta enfermera entre los vecinos de Ordes. También está previsto erigirle sendos monolitos en el parque infantil de esta localidad y en su parroquia natal. Nadie más merecedora de tales reconocimientos que Isabel, una mujer de extracción humilde, hecha a sí misma, que con esfuerzo, carácter y valentía se convirtió en ejemplo de entrega a una misión tan loable como arriesgada.

Fuera del ámbito de la historia de las actividades sanitarias, Isabel Zendal sigue siendo una gran desconocida tanto en España como en su Galicia natal, a pesar de que el propio Balmis reconoció el importante papel desempeñado por ella en la expedición, dedicando en sus escritos grandes elogios a su abnegada entrega en el cuidado de los niños inoculados con la vacuna. Este desconocimiento persiste a pesar de que, en su momento, lograron consolidarse poderosas iniciativas que reivindicaron la figura de Isabel: en 1950 fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud como "primera enfermera de la historia en misión internacional", y desde 1974 el Premio al Mérito en Enfermería de México -país en el que pasó el resto de su vida, una vez concluida la expedición- se llama Enfermera Isabel Cendala Gómez. También la escuela de Enfermería de San Martín Texmelucan (Puebla, México) lleva este nombre y en la ciudad de A Coruña se le ha dedicado una estatua y una calle con una de las variantes de sus apellidos (Isabel López Gandalia) que están lejos de parecerse a los verdaderos.

En definitiva, Isabel Zendal es un personaje histórico tan interesante como poco conocido y sobre el que tenemos más incógnitas que certezas, por lo que sería deseable profundizar en el estudio de su biografía, en particular sobre la etapa mexicana de la que lo desconocemos casi todo. Cabe esperar que la tarea de recuperación de su memoria que en los últimos años han promovido algunos historiadores, periodistas y novelistas se mantenga viva y tenga eco en las instancias oportunas para darle a esta enfermera la relevancia que merece por su decisiva contribución al éxito de una hazaña sanitaria tan trascendental.

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