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Presencia 2007 jul-dic; 3(6)

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Entrevistas y Reportajes

¡A corazón abierto!
Entrevista con Tadeo S. M. Ciudadano etiquetado como �enfermo mental�

Germán Pacheco Borrella1.
1Enfermero especialista en Salud Mental. Antropólogo. Director de Presencia Revista de Enfermería de Salud Mental.

Cómo citar este documento:
Pacheco Borrella G. ¡A corazón abierto! Entrevista con Tadeo S. M. Ciudadano etiquetado como �enfermo mental�. Rev Presencia 2007 jul-dic;3(6). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n6/86articulo.php> [ISSN:1885-0219] Consultado el


 

Presentación

    Cuando contaba con 19 años, tuve la fortuna de conocer a un chico, dos años mayor que yo, quien, con el paso del tiempo, habría de convertirse en uno de mis mejores amigos. Desde entonces, hemos vivido momentos muy intensos: hemos reído y llorado juntos. Ambos hemos descubierto la amistad, la lealtad y tantos otros valores. Hemos coincidido en muchas cosas y también hemos tenido grandes desencuentros en otras tantas. Sabemos el uno del otro, virtudes y defectos, grandezas y miserias. pero aquí seguimos.

Tadeo es un hombre de 56 años. Tiene una hija de 30 años con su primera esposa. Tras su separación conoció a su segunda esposa, de la que también se separó y con quien tiene un hijo de 21, que vive con él. Poco después de nacer su hijo hizo acto de presencia el trastorno mental que padece.  Ha sufrido varios brotes psicóticos, como él mismo dice, desde que apareciera el primero en 1986.

    Fue internado en varias ocasiones en el Hospital Psiquiátrico de Sant Boi de Llobregat y en la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, ambos en la provincia de Barcelona. Sus brotes fueron cortos en el tiempo (entre 10-15 días) pero muy fuertes, muy intensos, tal como apunta. Primero fue diagnosticado de esquizofrenia y posteriormente de psicosis reactiva. Lleva más de 15 años sin brotes (desde 1992). Ha desempañado varios trabajos, hasta que se incorporó como administrativo a las oficinas del Banco Central, donde ha prestado servicios más de 25 años.

    Su generosidad ha hecho que hable públicamente acerca de su experiencia vital con el trastorno mental, porque ha querido hablar para otros y por �los otros�: los que no suelen tener voz. Así, un día de julio del pasado verano, ambos nos trasladamos desde su pueblo de origen (donde pasamos juntos unos días de vacaciones) a Taberno, un pueblecito del Valle del Almanzora, en la provincia de Almería. Allí, sentados en una terraza, a la sombra de un hermoso árbol repleto de pajarillos, que también nos cobijaba a nosotros, con un café y la grabadora por delante, Tadeo habló ¡a corazón abierto!

Pregunta. Cuéntame. ¿Qué ha representado para ti la experiencia vital de padecer un trastorno mental?, ¿cómo crees que ha repercutido en tu vida y a qué niveles?

Respuesta. ¡Uf! � ¡Ha sido duro! Yo creo que� ha repercutido a varios niveles: a nivel social, familiar y personal� Ha sido una etapa de sufrimiento importante, por el dolor psíquico que me ha producido la enfermedad y todo el proceso� aunque, a pesar de todo, también he llevado una vida bastante plena en lo personal, por el disfrute de muchísimas cosas, que en otros momentos pues, quizás, no valoraba� desde el cine, la música, la pintura, las relaciones personales con los amigos�

    Por otra parte, la ruptura de la pareja, en concreto con la madre de mi hijo, porque la anterior ruptura con la madre de mi hija fue mucho antes, no había aparecido la enfermedad� esa ruptura vino a coincidir con la época más dura de mi enfermedad y, por lo tanto, ésta fue un elemento importante en la separación� pero también otras circunstancias en nuestra relación de pareja, que no vienen al caso, ayudó a generar la crisis y, de algún modo, pienso que se favoreció un caldo de cultivo que ayudó a que las crisis posteriores se produjeran. Por consiguiente, creo que fue un gran acierto separarnos� y con el paso del tiempo, creo poder decir que para mí la separación fue un elemento liberador importante. Pero con esto no estoy diciendo, en ningún caso, que la crisis fuera producida por mi pareja, en absoluto. Lo que la desencadenó fue, fundamentalmente, el asalto al Banco Central, en la oficina principal de Barcelona, que se produjo en el año 1981, junto con otros elementos personales propios que pudieran existir, así como un cambio importante en mi vida, como fue el traslado a una zona muy difícil, como lo es la zona de El Ejido, en Almería, por el viento, por el trabajo� (Solicitó el traslado a una oficina bancaria de la zona). Y con todo esto a cuestas, si encima la relación de pareja no funciona, como no funcionaba, pues� ahora, me doy cuenta que la crisis estaba servida�  

    Realmente, para mí ha sido una experiencia vital importantísima en mi vida� puesto que al tener un primer brote, que fue fortísimo, en mí se produjo una desestructuración de la personalidad muy importante, eso por un lado; y por otro, cuando una persona sufre alucinaciones visuales y auditivas� intensas� muy fuertes� es una cosa tan� para la que en absoluto estamos preparados� y llegar a saber distinguir lo que es una alucinación de lo que es la normalidad o la realidad, diría yo, del día a día, o sea distinguir�

P. Distinguir una voz real de una voz alucinatoria�

R. O� situaciones de alucinaciones� que� ¡uf!, realmente fue un proceso largo y nada fácil para todos� Yo creo que esto ha sido básico en mi proceso, podríamos decir� de curación; el saber percibir y el tener conciencia de que la alucinación existe y el saber que se me puede dar en determinados momentos y, por tanto, también tener la alarma encendida, por cosas que ya conozco de mí mismo, lo cual me permite distinguir que quizás puedo estar en el inicio de un proceso alucinatorio� saber distinguir o tener conciencia de momentos para� quizás retirarme y salir de ciertas situaciones conflictivas, que me puedan estar llevando a esa situación.

P. O sea, que has hecho un aprendizaje importante para detectar los síntomas previos al comienzo una crisis. ¿Ha habido momentos, a lo largo de estos años en los que tú has percibido que se daban esos signos de alarma y has actuado de forma preventiva para evitar las crisis?

R. Sí, eso ha sido básico, porque, por ejemplo, como tú sabes, desde 1992 hasta 2007, que son 15 años aproximadamente, no he tenido ningún ingreso, y todo eso ha sido básico precisamente para evitarlo; aunque, en muchos momentos, ha habido situaciones de la vida cotidiana, que se nos plantean a todas las personas, bastante difíciles y de riesgo, y en concreto para mí mucho más, que las he superado; y muchas he podido evitarlas saliendo de ellas� pero otras, las he tenido que superar, porque no podía abandonarlas, como por ejemplo en la cuestión de los hijos, porque no podía dejarlos abandonados, porque son relaciones personales muy próximas y no podía dejarles� han sido situaciones, en las cuales, como se dice vulgarmente, no he podido escurrir el bulto y, aún así, he sabido superarlas, teniendo conciencia del riesgo�

P. Y ¿cómo es el proceso por el cual tú te das cuenta que te tienes que cuidar y que tienes que realizar esos cuidados de tipo preventivo?

R. Para mí, sin duda, el cuidado básico es fundamental, pero diría, sin ningún tipo de pretensión, que mis cuidados van mucho más allá de eso� suponen el estar totalmente insertado en la realidad en la que vivo y asumiendo las responsabilidades y los compromisos, como los de cualquier persona, tanto de tipo intelectual como de tipo afectivo como de cualquier otro tipo, es decir, que no me impongo ninguna limitación sino que, por el contrario, me exijo� y desde ese punto de vista, me obligo también en el cuidado, es decir, no ya en lo básico del aseo o de tal, sino de estar a la altura de cualquier persona en circunstancias, podríamos decir normales: intelectuales, afectivas� de� de relación, en fin� culturales, políticas, sociales.

    Sin embargo, también he de decir que� hay elementos que para mí son fundamentales como es el descanso. El sueño y el descanso es� es una cosa básica para mí. Es un indicador de cualquier circunstancia estresante, de crisis� el dormir bien para mí es ya un elemento básico, a partir del cual creo que oriento toda mi vida� y lo digo así, tal como me surge� lo oriento todo a dormir bien. Y esto que estoy diciendo en estos momentos, así, casi sin pensarlo, y además me alegra decirlo� (Sonrisas), significa el tener la conciencia totalmente tranquila para dormir tranquilo; por lo tanto, mi vida a nivel social la genero desde ese punto de vista�

    Pero además� hay otra cosa básica, que juega un papel también fundamental, que es la toma de conciencia de enfermedad por mi parte� esto me ha permitido ser muchísimo más tolerante con otras personas, en tanto que� te das cuenta de que lo mismo que tú eres enfermo y tienes esa enfermedad, otras personas pueden tener otras cosas de otro tipo� y eres mucho más comprensivo, aceptas muchas más cosas y aceptas muchísimo más a los demás� eres más tolerante con muchas situaciones y muchísimo más comprensivo, como digo, porque claro, tengo que ser comprensivo conmigo mismo� y si pido que lo sean conmigo también tengo que serlo con los demás� pero no por correspondencia, sino porque tengo la conciencia de la enfermedad y por lo tanto otros pueden tener otras de otro tipo. Esto también me genera el tener conciencia de muchísimas cosas� como la fragilidad de las personas� la fragilidad de los momentos y la fragilidad de la vida�

P. Luego, valoras y disfrutas de las cosas sencillas de la vida diaria�

    Sí, sí� Y, entonces, a partir de esto, te cambia todo el concepto real de toda la vida, en la cual valoras las cosas pequeñas, porque son realmente las que hacen la vida� Y en estos momentos estoy escuchando los pájaros, aquí sentado a tu lado, y estoy valorando el momento que estamos viviendo; y lo estoy viviendo y percibiendo de una forma bastante clara� como estoy percibiendo totalmente la brisa y la luz que existe en estos momentos a nuestro alrededor� de luces y de sombras y el fresco� y entonces, quiero decir que esto también te permite desarrollar otras capacidades que todos tenemos y que en otras circunstancias, pues no somos capaces o simplemente no valoramos� no se valora porque no hay conciencia realmente de que la muerte forma parte de nuestra vida como la vida misma y que, por lo tanto, esa idea de que somos frágiles y que en un momento determinado podemos estar bien y después podemos estar bastante mal� pues cuando se toma conciencia de eso, realmente es muy importante y puedo decir que, desde ese punto de vista, me siento un afortunado.

P. Pero junto con la �rotura del psiquismo�� con esa fractura que supone la aparición de la psicosis, independientemente del apellido que lleve, ¿qué cosas más se han fracturado en tu vida?

R. A ver� uno sabe que� la enfermedad mental como tal, como otras enfermedades, siempre ha estado estigmatizada por la sociedad�  el hecho de decir que una persona está loca o que ha estado internada en un manicomio� esto pesa� y uno sabe no sólo de la visión sino también de la interiorización que tiene la sociedad respecto a las enfermedades mentales o sobre el loco o la loca en particular� pues claro uno se da cuenta de que sus relaciones sociales con muchas personas, a partir de esta enfermedad, pues no han sido las mismas� ha habido relaciones muy negativas pero, por otro lado, he tenido relaciones con otras personas, amigos y amigas, y tú eres una de ellas, con las cuales la amistad ha seguido existiendo y ha perdurado durante el tiempo. A mí esto me supone un esfuerzo grande en lo cotidiano, en la actualidad, en tanto que mi enfermedad es pública y, además, por lo espectacular que fueron los brotes� Siempre existe un recelo claro y evidente sobre mi persona, e imagino que sobre todas las personas que tenemos este tipo de enfermedad, y que, quizás por la capacidad que he tenido para superarla o de enfrentarme a ella, no les permite hacerlo abiertamente pero� pero sí que se percibe de una forma clara� e incluso�

P. ¿Traduzco bien ese recelo si nombro la palabra rechazo? ¿Has tenido temor a ser rechazado?

R. No, yo no diría temor, es algo real, es muy real. El rechazo es real en muchos casos� y es como mantener una distancia� y de no querer mantener una relación conmigo, sí;  y en el mejor de los casos, hasta incluso te diría que es de lo más imperceptible� eso que llaman las mujeres �el techo de cristal�� es decir, que inclusive entre aquellas personas que realmente hacen el esfuerzo de estar contigo, existe también eso que dicen las mujeres de �el techo de cristal�. Hay pocas personas, percibo que hay pocos hombres y pocas mujeres que te acepten totalmente.

P. Cuando se han producido esas situaciones de rechazo, ¿cómo has actuado?

R. En esto también hay una toma de conciencia como con la misma enfermedad, es decir� yo ya sé que voy a vivir toda mi vida con ese estigma y por lo tanto sé que� que no tengo que tenerlo en cuenta, porque eso va a estar ahí, y por lo tanto es como el que tiene que enfrentarse cotidianamente a una cojera por decirlo así, o le falta una mano o cualquier miembro� eso va estar permanentemente en mi vida y tengo que llevarlo de la mejor manera posible, porque tampoco me va a generar beneficios; y salvo si es una agresión, que tampoco acostumbra darse, pues no tengo en cuenta ni respondo en absoluto a esos rechazos y mis respuestas siempre intento darlas desde el plano personal en lo positivo� en lo positivo de lo que soy como persona, sin más� Tampoco quiero manifestarme ni mejor ni peor que nadie, pero siempre intento dar respuestas positivas ante hechos negativos que se dan sobre mí, con lo cual pues� muchas veces, lo que hago es dejar en evidencia a las personas por su comportamiento; y hay algunas que por su sensibilidad o su conciencia se dan cuenta y ven el ridículo que han hecho, en otros casos por su dureza o por su insensibilidad les importa un pimiento y evidentemente pues� (esboza una sonrisa irónica), a veces esto también es una forma de conocer al otro y a la otra, porque revelan nuestras miserias mutuas, porque es así, es decir�

P. Y por qué crees que llevarás el resto de tu vida ese estigma, como tú mismo lo has nombrado. ¿No crees que esto puede cambiar, que se puede suavizar, que puede llegar incluso a desaparecer, aunque parezca utópico?

R. Sí, pero yo creo que, en la sociedad en la que vivimos, hay una gran intolerancia. Y, además, históricamente existe desde hace mucho tiempo� Y más aún, si nos fijamos en colectivos importantes, como los gitanos, las mujeres, los judíos� y más recientemente los árabes o los sudamericanos� Quiero decir que siempre han existido unos colectivos más débiles, como también lo son los niños o los ancianos, sobre los cuales el poder o los poderosos siempre han descargado sobre ellos sus neuras por decirlo de algún modo; y hablo de �neuras� en plan negativo, cosa que nunca se acostumbra a hacer, porque, entre otras cosas, son fundamentalmente los neuróticos los que producen crímenes y guerras y no son precisamente los locos los que�

    Todo esto, claro está, implica plantearse muchas cosas� Por lo general, nos inclinamos siempre a excluir aquello que� que nos pueda crear incomodidad� que sea diferente; y desde esa diferencia, lo que hacemos es crear la uniformidad y, claro está, nos perdemos muchísimas cosas. Yo pienso que todo esto es un trabajo largo, muy difícil� El incluir a las personas, no el excluir, el incluir (enfatiza esta voz), creo que esto es básico y desde la inclusión tomamos riqueza y ganamos todos.

    Y te digo más� A ver, partiendo de mí mismo� que creo que es importante partir de uno mismo, porque a partir de ahí, uno se compromete� Te diría que sin dar voces ni hablar por hablar, ni con la verborrea que tienen muchos tertulianos de todo tipo que hay por ahí�, hablaría desde uno mismo, porque cuando hablamos desde nuestra experiencia, desde nuestra vida, eso es creíble� Y partiendo de ahí, diría que si a mí se me hubiese excluido, la sociedad hubiera perdido muchas cosas de las que yo he hecho y muy ricas. Luego, desde este punto de vista, el enfermo mental tiene unas características diferentes a las demás personas, de una riqueza, de una creatividad y de una sensibilidad grandísimas, que la sociedad suele desaprovechar por el hecho de la exclusión y la marginación; al igual que hace con el gitano, el judío, la mujer, el árabe o con todos aquellos colectivos que se marginan en vez de incluirlos para recuperar la riqueza que llevan consigo todas las personas, porque todas somos ricas. Y aún más, te diría que la diferencia y la pluralidad nos hace aún más ricos, en todo. La uniformidad es la que lleva a los cementerios.

P. ¿Quieres decir que la sociedad se está perdiendo una riqueza muy grande y que en lugar de incluirla, la está excluyendo?

R. Sí, totalmente. Y además, de hecho, la mayoría de los grandes escritores y la mayoría de los grandes pintores y la mayoría de los grandes artistas, no siempre, pero sí mayoritariamente o cuando menos en muchas ocasiones, han tenido una enfermedad importante en su vida, sea física o sea mental; es decir, que si estas personas no hubiesen podido desarrollar su personalidad, hoy, nos privaríamos de Van Gogh o de Goya�, bueno cito a estos porque son dos personajes muy conocidos, ¿no?, por no ir más allá. Las personas que tenemos enfermedades mentales� A nosotros las circunstancias nos han llevado a que nuestra mente haya ido a lugares que� que�

P. Que, por decirlo de alguna manera, de otra forma no se hubiera llegado�

R. Sí, sí, es así; lo cual no quiere decir que para que un ser humano sea productivo tenga, necesariamente que pasar por una experiencia de sufrimiento importante como la que he tenido yo, ¡ojo! Y esto tiene un lado positivo y otro lado negativo. En lo negativo que es una enfermedad y que hay momentos en que podemos llegar a confundir la realidad cotidiana y nos puede generar muchos problemas pero, por el contrario, nuestra mente también tiene una capacidad de ir más allá de donde llega el más normal de los mortales; y esto nos permite una creación a todos los niveles, desde la música, la literatura, la plástica� donde no llegan otras personas. Y si todo esto se aprovecha, y se da la oportunidad de integración, el nivel de creatividad, no siempre, pero en general, puede ser mucho más rica que la de muchos de los llamados normales.

P. Hablemos de los apoyos que has tenido... ¿Te has sentido arropado y/o respaldado por la familia y por los amigos?

R. Sí, sí, yo he tenido una suerte muy grande, por tener una familia que me ha apoyado en todos los sentidos y tener unos amigos y unas amigas que han estado siempre conmigo, y esa ha sido la mayor suerte que he tenido en mi vida; porque es básico y ha sido básico en todo. Y te digo más� delante de la exclusión, los amigos, las amigas y la familia, han estado ahí, por lo tanto, solamente el estar contigo es fundamental, porque lo peor que pueden hacerle a una persona sea del tipo que sea, y por eso acabo de hablar de otros colectivos, es excluirla, apartarla, el no hacerle sentir que forma parte de� Esto es lo peor que puede hacer la sociedad.

P. Hay otra cosa sobre la que me interesa conocer tu opinión, porque creo que es interesante, y es ¿cómo has vivido tú el hecho de la jubilación siendo tan joven?

R. Bueno, en mi caso no fue del todo así, sino que me vi abocado a ello. Y me explico� Faltaban cinco o seis meses para que me hubiese prejubilado, como cualquier otro trabajador del banco� pero por unas circunstancias que serían largas de explicar, a través del médico de empresa, que profesionalmente no fue correcto, ni ético, en el departamento de recursos humanos del Banco Central se enteraron de mi enfermedad; y, a partir de ese momento, empezaron a presionarme al máximo para que yo me fuese, para evitarse el pagar mi jubilación, dicho lisa y llanamente, Y así, me vi obligado, entonces, ante esa situación, de muchísima presión� me presionaron muy intensamente, antes de que me prejubilara como otros compañeros de mi misma edad� ¡uf!, fue una presión psicológica muy fuerte para que me fuera del banco y que la Seguridad Social asumiera mi pensión, o sea que�

P. Otra forma de exclusión�

R. Sí, efectivamente otra forma de exclusión y, además, de evitarse el pagar unos 70 u 80 millones de pesetas la época� Y, sin embargo, me vi obligado a recurrir a la Seguridad Social, cosa que no quería� yo no quería salir así del banco, pero si ya estaban ejerciendo esa presión tan intensa, no quiero ni pensar que hubiesen llegado a hacer durante esos cinco o seis meses� Y lo peor de todo es que, en cuanto cometiera el más mínimo error, o yo perdiera los nervios� podía caerme encima el despido� Es decir que estuve trabajando, estuve en activo, hasta lo que cualquier compañero estuvo en ese momento... Eso por un lado. Y por otro, llegas a darte cuenta de que esto también forma parte de la enfermedad, es decir, no es mejor ni peor� o sea, el hecho de que tengas una paga o no, forma parte de lo que ya sabes: que quieras o no quieras llevas escrita una cruz, por decirlo así, una equis, aunque no sabes dónde está escrita, porque no la ves, pero tu eso ya lo sabes y por lo tanto, pues es una cosa� ¡no me preocupa! No me preocupa y, por otro lado, podría decirte que�

P. ¿Te entiendo mal si interpreto que formaría parte de ese estigma del que me hablabas antes?

R. Sí, forma parte ya de todo eso, pero que yo lo vivo de una forma que no me preocupa en absoluto, ni le doy la importancia� y si alguien me viniera un poco con �mala follá�, por decirlo así, entraría a saco; es decir, yo no me he aprovechado en absoluto de nada que tenga que ver con mi enfermedad, cosa que podría haber hecho si hubiese querido, pero yo he estado trabajado activamente e incluso, en un puesto de gran responsabilidad en una de las oficinas de los más importantes en la banca nacional.

P. Quiero plantearte una última cuestión. En estos momentos, ¿tú consideras que tienes capacidad para amar y trabajar? Y al decir amar, no me estoy refiriendo al amor entre dos persona, sino en un sentido amplio: en el de si consideras que tienes capacidad para la vinculación afectiva;  y al decir. trabajar, lógicamente no me estoy refiriendo a un trabajo remunerado de ocho horas en cualquier empresa, sino en el sentido más amplio de la palabra, tanto en cuanto puedes desarrollar muchas actividades...

R. Sí, te entiendo perfectamente. En estos momentos, no sólo me siento capacitado sino que te diría, sin ninguna pretensión, por esa conciencia que tengo de tantas cosas, de la enfermedad, de la vida, de la exclusión� por toda esa toma de conciencia, me siento mucho más capacitado, y así me atrevo a decirlo, que muchísima gente, que la mayoría de hombres y de mujeres, porque amo y valoro mucho más lo que es un árbol, un niño, una comida, un momento cualquiera� que es del disfrute de la vida, por decirlo así. Tengo mayor conciencia y, desde este punto de vista, sé mucho mejor lo que es un beso, una sonrisa, una estancia agradable, un árbol, una planta� (Enfatiza) tengo mayor conciencia y por eso me siento mucho más capacitado, porque lo valoro más que la inmensa mayoría.

P. ¿Y en cuanto al trabajo?

R. Pues igual. Es decir, yo no tengo ninguna limitación y de hecho, en la práctica, lo he demostrado; es decir, desde el trabajo en el banco, hasta todo lo que he realizado a través de la pintura, pasando por la rehabilitación de la casa de mis padres o el cuidado y mantenimiento de los olivos, que tiene mi madre en un campito en mi pueblo� o sea que yo no me siento limitado en absoluto y ahí está todo lo que he hecho� De hecho (sonríe socarronamente), sé que mucha gente se sorprende de que yo esté podando los olivos y sepa hacerlo, después de haber estado con una persona que me ha enseñado a hacerlo; evidentemente no sé hacerlo como esa persona que viene haciéndolo toda su vida�

P. Pues muy bien, te agradezco que me hayas autorizado grabar la conversación para publicarla en PRESENCIA; y además decirte que ha sido un enorme placer compartir este rato contigo� Y que seguiremos luchando en la vida, tú desde tu puesto yo desde el mío, tú desde tu cotidianidad y yo desde la mía, e intentando seguir siendo personas motivadas, personas a las que de algún modo nos impulsa la ayuda hacia los demás.

R. Gracias a ti por entrevistarme� porque es darme voz y dar voz a otras y a otros; y, desde este punto de vista, es por lo que te doy aún más las gracias. ¡Te deseo lo mejor!

P. Gracias. Igualmente.

Taberno (Almería), Julio de 2007.

  

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