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PRESENCIA revista de enfermer�a de salud mental ISSN: 1885-0219

 

 

RELATO DE VIDA

 

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Vivencias y línea de vida de una mujer diagnosticada de anorexia nerviosa

Lidia Mena González, Noelia Sánchez Gómez
Enfermera. Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario de Puerto Real, Servicio Andaluz de Salud. Puerto Real (Cádiz), España

Correspondencia: Lidia Mena González. C/ Urano 28, 11130 Chiclana de la Frontera (Cádiz), España

Manuscrito aceptado el 22.1.2011

Presencia 2011 ene-jun; 7(13)

 

 

 

Cómo citar este documento

Mena González, Lidia; Sánchez Gómez, Noelia. Vivencias y línea de vida de una mujer diagnosticada de anorexia nerviosa. Rev Presencia 2011 ene-jun, 7(13). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n13/p7582.php> Consultado el

 

Resumen

Con este manuscrito se trata de hacer una aproximación a la historia de vida de una paciente diagnosticada de anorexia nerviosa. La protagonista nos describe algunas de sus experiencias y emociones a la hora de hacer frente a su trastorno mental. En este relato, nos narra las situaciones que sufrió durante las crisis y los largos periodos de ingreso en la unidad de salud mental del hospital general. A través de su historia, nos podemos hacer una idea de su trastorno. Nos muestra cómo ha sido su vida al convivir con la anorexia nerviosa desde que tenía trece años y cómo le ha afectado en su vida laboral y personal. A pesar de todo, logró terminar una carrera profesional y formar una familia de la que posteriormente se separó. Relata las más importantes de sus preocupaciones consecuentes de su trastorno. Se realizó una entrevista en profundidad, una trascripción íntegra de la misma y un análisis cualitativo del contenido, ordenando por periodos de su vida y por temas que marcaron profundamente a la protagonista.
Palabras clave: Anorexia nerviosa/ Conducta alimentaria/ Salud mental.

 

 

Abstract (Experiences and life line of a woman diagnosed with anorexia nervosa)

This article is about making an approach to the life history of a patient diagnosed with anorexia nervosa. The protagonist describes some of her experiences and emotions at the time of dealing with this mental disorder. She narrates situations that suffered during crisis and long periods of admission to the mental health unit of a general hospital. Through her story we can get an idea of her condition. It shows us how her life has been living with anorexia nervosa since she was thirteen and how it has affected her work and personal life. Regardless, she managed to finish a career and raise a family that later she left. She tells the most important consequential concerns of her disorder. An in depth interview was performed, a full transcript of it and a qualitative content analysis by ordering it through periods of her live and issues that profoundly marked the protagonist.
Key-words: Anorexia nervosa/ Eating behavior/ Mental health.

 

 

 

Introducción

    La anorexia nerviosa fue descrita por Gull a mediados del siglo XIX, pero no ha sido hasta la década del los años 70 del siglo XX cuando se produjeron cambios significativos en su estudio y tratamiento.1 La última década del siglo XX supuso el conocimiento a través de los medios de comunicación a la población general de este trastorno mental.

La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, afronta las presiones normales de la vida y desempeña un trabajo que repercute de forma positiva en una comunidad.2 La mayor parte de los trastornos mentales obedecen a una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. La atención a las personas con trastornos mentales es una prioridad para el Sistema Sanitario Público de Andalucía, por sus elevadas cifras de incidencia y prevalencia, por el sufrimiento personal, familiar y social que provocan, así como por la complejidad y coste que estos procesos ocasionan respecto al tratamiento y rehabilitación.3

La anorexia nerviosa se define como un trastorno de la conducta alimentaria -TCA- cuyo síntoma más evidente es una notable pérdida de peso como resultado de una reducción de la ingesta de alimentos, que puede ir acompañada de un aumento del ejercicio físico, vómito y abuso de laxantes y diuréticos. Todo ello unido a un miedo intenso al aumento de peso, así como a alteraciones de la imagen corporal, además de alteraciones biológicas, entre las que destacan las anomalías en las pruebas endocrinológicas y la amenorrea.1

En nuestro medio, más del 80% de los pacientes mentales conviven con su familia de origen,4 porcentaje muy por encima de lo estimado en países del entorno europeo.5 Los cuidadores de estos pacientes se enfrentan no sólo a los problemas que conlleva el trastorno mental que padece su familiar, sino a otros problemas específicos, como los sentimientos de culpa y de vergüenza, de duelo, resentimiento y estigmatización.

Siguiendo el enfoque de la teoría de los sistemas, en muchas ocasiones, es precisa la terapia familiar. No funciona el tratamiento dirigido tan sólo a la paciente, porque continúa inmersa en el ámbito familiar, que es el medio en el que se manifiesta su trastorno. En consecuencia, a veces, es necesario que tanto la familia como la persona diagnosticada de un TCA deban participar en la terapia sistémica.

El enfoque de la terapia de conducta, basado en la teoría del aprendizaje, trata la anorexia como una fobia a la comida.6 La idea que rige esta terapia es que el hecho de comer provoca ansiedad en la persona diagnosticada de un TCA, en este caso, anorexia nerviosa. En consecuencia, el ayuno reduciría la ansiedad y se convertiría en un poderoso reforzador. La comprensión de estos principios puede ser útil para el tratamiento hospitalario de las personas con anorexia nerviosa, teniendo presente el objetivo de conseguir que ingieran alimentos.

Uno de los principales ámbito de discriminación para las personas diagnosticadas de trastorno mental es el laboral, con sus consiguientes repercusiones económicas. El trabajo es, en nuestra sociedad, uno de los aspectos más importantes de nuestra vida y no solo nos permite disponer de los recursos económicos para poder vivir sino que forma parte de nuestra propia identidad social; pero si tener un trabajo remunerado y socialmente reconocido es importante para todos nosotros, aun lo es más para todos aquellos que sufren un trastorno mental ya que son particularmente sensibles a los efectos negativos del desempleo y de la pérdida de identidad que estar en paro conlleva. Las personas con trastorno mental tienen numerosas experiencias de rechazo y discriminación especialmente en el ámbito laboral, los amigos y la familia.7

El objetivo de este manuscrito es conocer las vivencias, experiencias, sentimientos y pensamientos de una mujer que fue diagnosticada de un TCA. Para ello, hemos optado por el relato biográfico, que es una técnica de investigación cualitativa, de carácter descriptivo, en el que se privilegia la experiencia vivida por una persona. Abordar un TCA como la anorexia nerviosa, desde el punto de vista de la afectada, es importante para los profesionales sanitarios que trabajan en los distintos dispositivos de atención a la salud mental puesto que permite conocer las vivencias de la paciente.

El caso que nos ocupa, corresponde al de una mujer de 40 años de edad, a la que llamaremos Concha. Tuvo una infancia normal, sin registros de problemas de salud. Es la mayor de tres hermanos, de los que no destaca ningún dato de interés. Terminó sus estudios de medicina. Se casó y tiene dos hijos. La técnica de recogida de datos que se empleó fue la entrevista abierta en profundidad; que se produjo en la comunidad terapéutica de salud mental. El lugar y fecha fue elegido por la informante, duró 35 minutos y fue grabada, previo consentimiento informado de la misma. Durante la entrevista, se tomaron notas en el cuaderno de campo respecto al lenguaje no verbal. Concha se mostró nerviosa, se frotaba las manos continuamente, titubeaba y hacía pausas en su discurso. En ningún momento miró de forma directa a las entrevistadoras.

Los datos recogidos se transcribieron íntegramente siguiendo las normas para la elaboración de un relato bibliográfico propuesta por Amezcua y Hueso Montoro.8,9 La entrevista se analizó siguiendo estas mismas referencias. El borrador de la entrevista fue entregado a la informante quien verificó su contenido. Durante el análisis del relato, se identificaron las siguientes categorías: enfermedad, deporte, aislamiento social y negación, dependencia familiar, relación matrimonial y expectativas.

A la semana de la entrevista, se le solicitó a la informante que realizara una línea de vida [Imagen 1]. Esta es una línea de tiempo, que comienza generalmente con el nacimiento de una persona o a partir de un suceso importante, que marque su vida y los acontecimientos relevantes que haya vivido a partir de ese momento, representándose gráficamente. En la línea de vida, es significativo observar cómo Concha nos describe los hechos negativos acaecidos en su vida [Imagen 2], pasando sin detalles por los aspectos que han sido positivos. A lo largo de su relato nos cuenta su experiencia, que puede hacernos reflexionar a todos los profesionales sanitarios involucrados en la atención a pacientes diagnosticados de este tipo de trastorno.


Imagen 1. Línea de vida

Relato de vida

Enfermedad

    Comencé con los primeros síntomas a los 13 años. La anorexia fue para mí una manera de control, de seguir controlando yo mi ambiente y mi entorno a través de la comida. Poco a poco comencé a darme cuenta de que me funcionaba esa manera de actuar. Comencé suprimiendo alimentos (pan, chocolate, etc.). Mi madre me observaba pero no le daba importancia, supongo que pensaba que eso era normal, además eran otros tiempos y tenía otras preocupaciones en la cabeza. Con mi padre era diferente, en mi niñez apenas hablábamos, él iba a lo suyo y cuando era una adolescente no confiaba en él. Mis hermanos ni caso, eran pequeños. Esta era mi manera de expresarme. Yo sentía coraje, impotencia, una frustración o algo así y lo que hacía era desquitarme con la comida en lugar de hablarlo o expresarlo. Sentía como que no me podía escudar, empecé a tener trastornos más graves mentales y emocionales por la anorexia y empecé a bajar y bajar de pes, y cuanto más bajaba, más gorda me veía. Eso es muy raro pero así es. En fin, que a lo mejor restrinjo calorías o dejo de comer por estar más delgada. No logro verme bien, Cuando empecé era una persona delgada, nunca fui gorda. Yo fui siempre una mujer muy delgada y bueno ya ha llegado un límite que no paso hambre claro y entonces pues, en fin, que la cosa está difícil. Me afecta la enfermedad, pues a diario, a mí me ha trastocado, la vida me la ha puesto patas arriba.

Podemos observar que la escasa relación con la familia es lo que agrava su situación, aunque ella se define como una mujer insegura. Concha refiere que el inicio de los síntomas fue a una edad relativamente temprana. Se comienzan a ver rasgos de la personalidad de nuestra informante: caprichosa, exigente. Por otro lado, se evidencia una mala relación familiar, donde no hay resolución de conflictos: se evitan los conflictos en vez de enfrentarlos, los problemas no son negociados ni resueltos. Padre lejano y sin una relación afectiva con su hija.

Deporte

    Voy al gimnasio y camino todos los días, al principio solo le dedicaba un rato al día, luego me he obsesionado y le he llegado a dedicar todo el día, teniendo incluso heridas y quemaduras en los pies de andar por la playa, pero esto me hacía sentirme bien. Ahora solo ando un par de horas al día. Si no como y hago deporte me siento bien. Sé que esto que digo es difícil de entender, ni yo misma a veces me entiendo, pero lo que tengo claro es que no puedo dejar de hacerlo para sentirme mejor.

En estas líneas, Concha muestra cómo llegó a obsesionarse con el ejercicio físico y cómo continúa, aunque con menor ritmo. La persona que padece anorexia nerviosa puede obsesionarse con el ejercicio, al conseguir reducir la ansiedad provocada por la comida. Existen estudios en los que se han descrito que  las actividades aeróbicas podrían disminuir el apetito y con éste, la ingesta de alimentos.10 Para la persona que padece anorexia nerviosa realizar deporte y no ingerir alimento es un triunfo, como bien describe nuestra informante.

Aislamiento social y Negación

    Nunca he tenido amigos, soy una chica rara. Empecé a perder el interés de todo no me interesaba nada. Hice un esfuerzo enorme para terminar mi carrera de Medicina. Luego me casé y tuve dos hijos, pero la cosa fue a peor, llegué al punto que no quería vivir, relacionarme, sólo me sentía a gusto en mi casa y conforme fue avanzando mi enfermedad incluso ya ni en mi casa me sentía a gusto. Sentía que no pertenecía ni siquiera a mi propia familia. Entonces, pues yo misma me aíslo y. no sé explicarlo pero me siento como distinta vamos, que no encajo con los demás. Veo a las demás madres que también tienen hijos y me duele ver la relación que puede tener madre e hija cuando yo no puedo tenerla por mi enfermedad. Para mí, la unidad de salud mental es como un manicomio. Veo los demás pacientes y yo no soy como ellos. Ellos están mal yo no. Nunca llegaré a estar como ellos.

En esta parte del discurso, el relato de Concha denota aislamiento, soledad y sentimientos de alienación. Concha nos informa sobre su sentimiento de ser diferente, de no poder ser comprendida por los demás. Muestra dificultad en reconocer sus emociones. Estos síntomas de baja autoestima y aislamiento social han sido referenciados ampliamente en la anorexia nerviosa, así como la negación del trastorno por el paciente.

Dependencia familiar

    Cuando era adolescente, mi relación con mis padres nunca fue buena, mi padre es una figura que estaba allí pero no intervenía en nada solo trabajaba y apenas hablábamos, con mi madre siempre ha habido una relación fría y distante aunque sé que me quiere y lo ha pasado mal. Actualmente está enferma de Alzheimer. Mis hermanos se casaron y nunca hemos tenido relación ni prestaron atención a mi enfermedad puesto que viven fuera de Andalucía. Ahora me doy cuenta que sin mis padres no lo habría superado y con mi padre ha mejorado la relación hasta el punto de que vivo con él para no recaer. Me siento más controlada. Estoy más a gusto allí con él. Él siempre es una ayuda, me tiene muy vigilada, y no deja que me sobrepase en nada, en cuanto que ve que algo no va bien, ya está encima de mí. Se encarga de todo lo que tiene que ver con médicos y todo eso, cada día me alegro más de tenerlo a mi lado, no sé qué haría si él no estuviese conmigo.

Según refiere la informante, la relación familiar era casi nula, faltaba comunicación entre todos los miembros de la familia. En la actualidad, ha mejorado su relación con el padre, ya que lo ve como algo imprescindible para su bienestar. Esta mejora se ha producido tras su internamiento en la unidad de salud mental del hospital general de referencia.

Relación matrimonial

    La relación con mi familia es cero, terminé separándome de mi marido y un auto judicial me quitó la custodia de mis hijos, así que están con el padre y entonces pues, cuando estuve en la unidad de agudos de salud mental, durante esos cuatro meses vinieron 10 minutitos a verme, los dejaron solamente 10 minutos. Bueno los veo a lo mejor una vez al año, poquísimo. Prácticamente no hablo con ellos por teléfono, porque el padre no, no está dispuesto, y bueno mucho menos a verlos, ni siquiera puedo asomarme al colegio porque en el colegio tienen dicho, encargado, que no me acerque por allí, porque tienen que estar las visitas bajo la tutela de algún familiar mío, o mi padre, tienen que estar delante de los niños, y eso mi ex marido lo hace cumplir a rajatabla y no, no los veo. Lo que no estoy viviendo con mis hijos no va a volver atrás, bueno es roce, es afecto, es cariño, conocerles como van creciendo, y eso todo me lo estoy perdiendo. Me acuerdo de ellos en cada momento y los echo muchísimo de menos, eso es lo más doloroso de todo. Se está pasando el tiempo, y respecto a mis hijos es un tiempo robado. Tengo miedo a que se aprovechen de mí. Tengo miedo a que me vuelvan a hacer daño a nivel sentimental.

En las pacientes con anorexia nerviosa se presentan sentimientos de inadecuación general, inseguridad y la sensación de no estar en control de sus propias vidas. Se encuentran en una sensación de alienación y de rechazo general a establecer relaciones cercanas, que ha sido identificado como un rasgo importante en el desarrollo y mantenimiento de la anorexia nerviosa.11 La relación de pareja en la persona que padece anorexia nerviosa suele tener ciertas similitudes: fuerte necesidad de control, tendencia a la perfección, restricción de los placeres sexuales. Todo ello puede originar conflictos de pareja.

Expectativas

    Lo ideal sería desde luego encontrar una pareja. La verdad es que sí sería un buen plan de futuro encontrar una pareja estable y seria, claro, porque no me gustan las aventuras, bueno con los hijos, y ¿el trabajo? Hombre si lo pudiera compaginar con los hijos vale, pero desde luego poco trabajo, poder estar en la casa, con ellos y cuidándoles. Además me gustaría que los médicos confiaran en mí, yo sé que a veces engañaba a todo el mundo, trataba de engañar a los terapeutas, psicólogos, médicos., aunque la que se estaba engañado era yo; hasta que llegué a un punto que ya había que perder todo, literalmente mi manera de llamar la atención y de manipular mi medio ambiente ya no me funcionaba. Para mí la manera de controlar y manipular y obtener lo que quería era por medio de la enfermedad, su compasión y les decía estoy enferma yo no puedo hacer esto mamá yo no puedo hacer esto papá, porque estoy enferma. Incluso en la escuela sacaba ventaja ya que por mi enfermedad decía que faltaba y me perdonaban la falta y los exámenes me perdonaban todo y yo le veía muchas ganancias a todo esto o sea que de pronto mi familia tarde o temprano se dio cuenta que era una manipulación de mi parte, ya que lejos de hacerme bien me están perjudicando, engañado, pero ya estoy mejor y necesito mas independencia para poder ir haciendo mi vida.

Tener una baja autoestima, falta de seguridad, ser demasiado perfeccionistas, tener autoexigencias desmedidas, preocuparse en exceso por lo que los demás piensen de uno, percibir que se tiene poco control sobre la propia vida, ser poco habilidosos en las relaciones sociales, etc., hacen que la persona no tenga confianza en sí misma. Es ella misma quien ha de hacerse responsable de su proceso de curación. Debe saber que es un camino con baches y cuestas, pero es su camino, y todo esto forma parte de su sanación. Reconocer y ser consciente de los beneficios que les ha reportado su trastorno es un primer paso, al igual que no responsabilizar o creer que la solución viene de otros. Concha deberá aprender a quererse y a valorarse para no mirarse en el espejo de los demás. Encontrando sus deseos y opiniones logrará tener cada vez más seguridad, afrontar mejor sus problemas, tomar sus propias decisiones y mostrar su autonomía. Para salir adelante deberá aprender a sentir y a reencontrarse con su cuerpo y consigo misma.


Imagen 2. Momentos malos de la línea de vida

Bibliografía

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