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PRESENCIA revista de enfermer�a de salud mental ISSN: 1885-0219

 

 

ENTREVISTAS Y REPORTAJES

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Reflexionar acerca de las intervenciones terapéuticas
Entrevista al Dr. Giuseppe Riefolo
Doctor en Medicina. Psiquiatra. Director del Servicio de Salud Mental de Roma, Miembro de la Sociedad Psicoanalítica Italiana

Germán Pacheco Borrella,1 Antonio Pérez Jiménez2
1Doctor en Enfermería por la Universidad de Alicante. Enfermero especialista en salud mental. Antropólogo. Director de Presencia Revista de Enfermería de Salud Mental. 2Enfermero. Antropólogo. Doctorando en ciencias médico-sociales y documentación clínica, de la Universidad Alcalá. Miembro del Comité de Redacción de Presencia Revista de Enfermería de Salud Mental, España

Manuscrito aceptado el 21.5.2011

Presencia 2011 ene-jun; 7(13)

 

 

 

Cómo citar este documento

Pacheco Borrella, Germán; Pérez Jiménez, Antonio. Reflexionar acerca de las intervenciones terapéuticas. Entrevista al Dr. Giuseppe Riefolo. Rev Presencia 2011 ene-jun, 7(13). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n13/p0170.php> Consultado el

 

    El Dr. Riefolo es un psiquiatra italiano de reconocido prestigio, que ha editado importantes obras literarias y científicas. Además, su pasión por el cine le ha llevado a utilizar este medio para dar a conocer tanto las intervenciones profesionales como la situación de los pacientes y familias, que atiende en su trabajo cotidiano. Fue invitado a participar como ponente en el XXVIII Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental, celebrado en la ciudad de Tarragona desde el 13 al 15 de abril de 2011. Durante su estancia en este foro enfermero accedió a ser entrevistado para Presencia.

Pregunta: ¿Cuál es el estado actual de la atención a la salud mental en Italia?
Respuesta: Tras el impulso promovido por Franco Basaglia (a través de la conocida ley 180 o "ley Basaglia" de 1978), se externaron a los pacientes que residían y eran atendidos en las instituciones psiquiátricas. Esta externación fue positiva, debemos reconocer ahora; sin embargo, no estábamos plenamente preparados para dar una atención de calidad en el ámbito comunitario. Luego, estos pacientes mentales se unieron a los nuevos pacientes, que nunca habían ingresado; y esto hizo que se produjera un considerable aumento de la demanda. Tampoco estábamos preparados para afrontar tal demanda. No obstante, en la actualidad en nuestro servicio de salud mental no sólo se atiende a pacientes diagnosticados de psicosis (como antaño), sino que también a pacientes con neurosis, o con depresión, o con trastornos de la personalidad. Estos últimos, quizás, son los que causan mayores dificultades, porque no suelen aceptar los tratamientos que se les ofrecen y generan problemas de convivencia familiar y social. Y a pesar de los recursos que disponemos, tenemos carencias económicas importantes. De tal manera que, en nuestro Servicio de Atención a la Salud Mental de Roma, para atender a una población de entre 500.000 y 600.000 habitantes, sólo contamos con 28 camas hospitalarias (en hospitales generales), repartidas entre el Hospital San Filippo Neri (Norte de Roma) y el Hospital Santo Spirito (cerca de San Pedro); además de tres comunidades terapéuticas, cuatro centros de día (ambulatorios); unas 10 "comunidades de familia" y ocho servicios de salud mental (ambulatorios abiertos 12 horas al día y que solo se cierran el domingo). Sin embargo, abogamos por el encuentro terapéutico en las cercanías del paciente mental, de la familia y la comunidad.

P: Desde su punto de vista, Dr. Riefolo, ¿cuáles son los retos que tienen planteados actualmente?
R: Desde mi punto de vista, no se está dando una respuesta adecuada al sufrimiento psíquico; toda vez que son muchas las personas que piden ayuda, hay un gran aumento de la demanda, y la oferta de atención es insuficiente. Se realiza muy poca psicoterapia. Todavía son insuficientes las camas hospitalarias para atender a pacientes (agudos) en situación de crisis y existe un déficit importante de plazas residenciales para pacientes que se han cronificado y que no tienen recursos familiares. Si a esto le unimos que en Italia existe un exceso de burocracia, que impide la autonomía y la responsabilidad de los profesionales, tenemos que se realizan muchas intervenciones inútiles; cuando lo deseable es que cada profesional debiera responsabilizarse de lo que hace, y contar con mayor autonomía profesional para dar respuestas terapéuticas más eficaces y eficientes que consoliden la relación terapéutica.

P: ¿Qué modelos de comprensión de los fenómenos mentales siguen teniendo vigencia?
R: El modelo social ha sido muy politizado y yo pienso que está en crisis. No ha sido capaz de incorporar otros modelos. De hecho, en Italia, se han rechazado otros modelos durante casi 20 años. Se ha sido muy rígido. Esta rigidez ha llevado a oponerse al modelo psicológico (o psicosocial) y al biológico, lo que ha generado algunos conflictos. No obstante en la actualidad, estamos ante la rigidez del modelo biológico, con la supremacía de la industria farmacéutica; quien, a su vez, está subvencionando las reuniones científicas de los profesionales. Por otra parte, tenemos que existe una separación importante entre los servicios de salud mental (con una supremacía del modelo biológico) y la universidad, salvo en Verona o Bolonia o Chieti donde hay una mayor coordinación entre ambos. Pienso que la cooperación entre las universidades y los departamentos de salud mental es el mejor modelo que podemos tener para los cuidados en salud mental si no tenemos hospitales psiquiátricos.

P: ¿Se vislumbran nuevas estrategias terapéuticas para suprimir o paliar el sufrimiento psíquico?
R: No creo que, a corto plazo, aparezcan nuevas estrategias terapéuticas. Sin embargo, en nuestro servicio de salud mental, debe cambiar el modelo de gestión actual y conceder una mayor responsabilidad a los profesionales de salud mental sobre el trabajo que realizan y promover un trabajo eficaz en equipo. Por ejemplo, le puedo decir que de los seis enfermeros de salud mental que trabajan en nuestro equipo (éste es uno de los ocho equipos de los servicios de salud mental en el Departamento de Salud Mental de Roma), dos de ellos no realizan visitas de atención domiciliaria, y no es posible obligarlos a realizarlas.

P: ¿Existen diferencias entre la atención domiciliaria y la atención en el centro de salud mental comunitario?
R: Creo que son diferentes, porque en el domicilio debes aceptar la situación del paciente y de la familia. Pero en el hogar del paciente puedes trabajar su vinculación, que hace posible que él acepte las reglas terapéuticas e implicarle en su proceso terapéutico. Es un proceso de relación que, además, permite llevar a la persona desde su casa a la atención ambulatoria. Para conseguir esto, el proceso de autenticidad en las relaciones es muy importante. No es una característica de la persona o de la situación, sino de un proceso. Si eres un profesional auténtico, tendrás una respuesta positiva del paciente. Entiendo la autenticidad como una herramienta para conseguir vincular al paciente con el centro de salud mental comunitario.

P: Usted, además de psiquiatra, es cineasta. Ha rodado algunas películas documentales. ¿Cómo surge su interés por el cine en relación con la atención a la salud mental?
R: A mí el cine me ha ayudado y me ayuda mucho. Es una pasión y una afición. Y pienso que a través del cine, como es el documental que hemos proyectado durante este congreso, se puede transmitir a los pacientes y familias el esfuerzo que realizan los profesionales dedicados a su atención. También tiene un valor formativo, porque sirve al profesional de la salud mental para valorar los logros de determinadas intervenciones; y también se puede discutir un caso clínico a partir de la grabación de un vídeo. Pero para mí, lo más importante, es que me sirve para reflexionar acerca de lo que hago, porque cuando se graba la actividad que se realiza habitualmente se convierte en algo especial, que te permite reflexionar acerca de las intervenciones terapéuticas que realizas. También es verdad que, a veces, utilizo trozos de películas para explicar casos o experiencias profesionales concretas en algunas reuniones o para presentar casos psiquiátricos a alumnos.

P: ¿Cree usted que existe alguna relación entre el lenguaje cinematográfico y el lenguaje de la locura?
R: No sé si existe alguna relación o no. Aunque creo que el lenguaje del cine y el lenguaje de los sueños pueden tener cierta similitud, porque puedes llegar a ver imágenes para promover algunas soluciones a los problemas de la vida cotidiana. Fíjese, por ejemplo, que cuando se estrena una película muchas personas hablan sobre ella; pero no sucede lo mismo cuando se edita un libro o se expone una ponencia; no se genera el mismo tipo de debate social que con una obra cinematográfica, ésta tiene mayor trascendencia social. Por tanto, el cine es una buena herramienta para mover la mente de los actores sociales, ya que la imagen posee y ejerce un gran poder sobre los individuos.

P: Una última cuestión. ¿Considera usted la importancia de los cuidados que presta la enfermera de salud mental?
R: Efectivamente, los cuidados que prestan las enfermeras de salud mental son muy importantes; sobre todo, por la cercanía que tienen con las personas que padecen trastornos mentales. Esto les permite llevar a cabo acciones concretas que promuevan la salud de los pacientes mentales. Sin embargo, en Italia, a mi entender, falta todavía un mayor trabajo interdisciplinar. Como le decía anteriormente, la burocracia es excesiva y nos falta tiempo para llevar a cabo una coordinación efectiva entre los distintos profesionales que forman parte del servicio de salud mental.

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