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PRESENCIA revista de enfermer�a de salud mental ISSN: 1885-0219

 

 

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Los locos no somos así. Violencia y esquizofrenia, todo un mito

Fátima Cano Bravo
Terapeuta Ocupacional. Comunidad Terapéutica de Salud Mental. Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Servicio Andaluz de Salud (SAS). Almería, España

Correspondencia: CPE Bola Azul. Comunidad Terapéutica. Ctra de Ronda 226-5ªPlanta, 04009 Almería, España

Manuscrito aceptado el 8.11.2010

Presencia 2010 ene-jun; 6(11)

 

 

 

Cómo citar este documento

Cano Bravo, Fátima. Los locos no somos así. Violencia y esquizofrenia, todo un mito. Rev Presencia 2010 ene-jun, 6(11). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n11/p7500.php> Consultado el

 

Sr Director: Aún recuerdo aquel trágico suceso ocurrido en Murcia hace algo más de dos años y en el que un joven con diagnóstico de esquizofrenia degollaba a su madre, paseando la cabeza de ésta envuelta en una toalla por toda la ciudad. Lo recuerdo por dos razones: una, por la polémica que volvió a suscitarse respecto a la violencia en personas que padecen trastornos mentales; y dos, porque estaba allí. Al año de aquello comencé a trabajar en la Comunidad Terapéutica del Hospital Torrecárdenas (Almería), un dispositivo para el tratamiento de personas con trastorno mental grave. Supongo que a consecuencia de esta experiencia es la indignación que siento, y cada vez más, cuando escucho, veo o leo todas las barbaridades que se dicen de esas personas con las que yo trato todos los días.

En las últimas décadas hemos asistido al avance científico, tanto en la noción como en el tratamiento del trastorno mental. Claro ejemplo de ello fue el cierre de los antiguos hospitales psiquiátricos, la creación de nuevos dispositivos de atención a la salud mental y la publicación de la Ley General de Sanidad de 1986, según la cual las actuaciones sanitarias en el ámbito de la salud mental se basan en "la plena integración de las actuaciones relativas a la salud mental en el sistema sanitario general y de la total equiparación del enfermo mental a las demás personas que requieran servicios sanitarios y sociales".1 Sin embargo, el estigma que acompaña a alguna de estas enfermedades, como la esquizofrenia, aún persiste en nuestros días. Un estigma derivado de la ignorancia sobre el tema y con consecuencias tan negativas para las personas que la sufren como la etiquetación y la discriminación, que se añaden a las que directamente ya tienen los trastornos mentales.

Es frecuente ver un suceso en la televisión, o un titular en la prensa en el que aparezca:

    -"Condenan a seis años de cárcel al esquizofrénico que lanzó a su hija por la ventana". (ABC.es - 28/04/2010).
    -"Un joven esquizofrénico asesina a su padrastro en un barrio de Sevilla". (La Razón -30/04/2010).
    -"Un esquizofrénico está imputado por golpear a un hombre con una pala". (La Opinión A Coruña - 12/05/2010).

Obviamente son hechos que suceden, pero mi pregunta es: ¿son las personas con trastornos mentales tan violentas como cree la gente "de a pie"? ¿Se deben estas acciones exclusivamente al trastorno mental que padecen? ¿Por qué solo se menciona el diagnóstico médico-psiquiátrico (con la consiguiente falta ética al principio de confidencialidad) del sujeto que las comete cuando se trata de un trastorno mental?

Para intentar dar algunas respuestas comenzaré señalando que, según un estudio publicado el pasado año en la revista médica Schizophrenia Bulletin, "la probabilidad de ser asesinado por un extraño que sufre esquizofrenia es de una entre 14 millones".2 Las personas con trastornos mentales graves no son más agresivas -en su conjunto- que el resto de la población. Una gran mayoría de ellas tampoco llegará a cometer delitos, pero sí serán víctimas de ellos; no recibirán un golpe con una pala, ni probablemente sean arrojados por una ventana; pero estarán sometidos cada día de sus vidas a la marginación y discriminación por parte de prácticamente toda una sociedad. Una gran responsabilidad de este hecho la tienen los medios de comunicación, a los que les resulta más morboso decir que un navajazo es producto de una alucinación antes que decir que fue en defensa propia, contribuyendo con su actitud a incrementar y perpetuar la estigmatización de la persona con diagnóstico de esquizofrenia.

Y siguiendo con los medios de comunicación, hay algo que nunca he entendido (ni creo que llegue a hacerlo): ¿por qué nunca leemos ni escuchamos: "hombre hipertenso quema a su mujer" o "joven diabético detenido por propiciar una paliza a un joven sudamericano" o "mujer de 40 años que sufre anemia en prisión condicional por robo con arma blanca"? A lo que me refiero es que los medios, como ya he señalado, con ello solo empeoran la situación en nuestra sociedad de un grupo de personas que, como un alto porcentaje de la población, tienen una enfermedad, alteración o trastorno de la salud, aunque ésta se llame esquizofrenia.

También debería tenerse en cuenta que hay personas cuya violencia es innata, siendo esa la razón de que agredan; personas que te encuentras en el bar de la esquina, en la cola del supermercado, en urgencias, etc., y que no son pacientes de ningún servicio de salud mental. Con esto no quiero decir que no existan hechos violentos derivados de síntomas del trastorno mental como pueden ser un delirio o un problema de control de impulsos, etc., a lo que me refiero es que es más esporádico e infrecuente de lo que se cree y que hay que saber diferenciar.

Mi intención con esta carta no es otra que intentar hacer saber que a día de hoy la esquizofrenia es un trastorno mental perfectamente diagnosticable y tratable, lo que conlleva la detección y control de una posible violencia asociada. También señalar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "cinco de las diez enfermedades que suponen mayor carga para la sociedad son psiquiátricas",3 de manera que lo que haría falta es más conciencia social, más recursos, menos miedo y menos estigmatización de las personas con trastorno mental, porque solo son eso: personas.

Bibliografía

1. Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad (BOE 101/1986 de 29-04-1986). Título I. Del Sistema de Salud. Capítulo III. De la Salud Mental. Artículo 20.
2. D.R. Madrid. La violencia de los enfermos mentales está mitificada según un estudio. Periódico La Razón [Edición en línea]. 14 de Octubre de 2009. Disponible en https://www.larazon.es/noticia/la-violencia-de-los-enfermos-mentales-esta-mitificada-segun-un-estudio [Consultado el 24 de Mayo de 2010].
3. Calvo Estopiñán P, Soler González C, y cols. Prevalencia de trastornos psiquiátricos en pacientes ingresados pos el Servicio de Psiquiatría en el Módulo Penitenciario del H.U.M.S. Revista Española de Sanidad Penitenciaria. 2008; 10(3): 11-14.

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