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Entrevista a D. Marciano Tom� Alonso, Presidente de la Asociaci�n Nacional de Enfermer�a de Salud Mental.

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Presencia 2005 ene-jun; 1(1)

Manuscrito aceptado el 27.06.05

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Entrevista a D. Marciano Tomé Alonso,  Presidente de la Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental

Marciano Tomé Alonso
Presidente de la Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental
 

Por Germán Pacheco Borrella1

1Director de la Revista digital Presencia. Revista de Enfermería de Salud Mental

 

Cómo citar este documento:
Pacheco Borrella G. Entrevista a D. Marciano Tomé Alonso,  Presidente de la Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental. Presencia 2005 ene-jun; 1(1). Disponible en <https://www.index-f.com/presencia/n1/12articulo.php> [ISSN: 1885-0219] Consultado el

 

    D. Marciano Tomé Alonso es enfermero especialista en Enfermería de Salud Mental y, en la actualidad, preside la Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental (ANESM) desde que fuera elegido en la Asamblea General de socios celebrada el Cáceres el pasado día 9 de abril del presente año.

    El Sr. Tomé tiene una larga trayectoria como enfermero psiquiátrico, desde que obtuviera su titulación en la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS) Psiquiátricos de Sant Boi de Llobregat, adscrita a la Universidad de Barcelona, allá por 1980. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional en el campo de la salud mental, se puede destacar que se inició en este ámbito realizando actividad asistencial directa y, posteriormente, ha formado a especialistas (Decreto 3193/1970)), desarrollado gestión, participado en la puesta en marcha de unidades docentes para la formación de especialistas (Real Decreto (RD) 992/1987), etc. Cabe destacar que ha sido el representante de la ANESM en  la Comisión Nacional de la Especialidad de Enfermería de Salud Mental desde su constitución en julio de 2003. El  Sr. Tomé es un profesional de reconocido prestigio y desde hace tiempo es un referente importante para los profesionales de enfermería de salud mental.

Pregunta. Sr. Tomé, sabemos de su dilatada experiencia profesional como enfermero especializado en salud mental, pero ¿nos puede hablar más en detalle de su trayectoria profesional?

Respuesta. Se me hace difícil resumir una trayectoria profesional de más de 25 años, pero a grandes rasgos  puedo decir que siempre se ha desarrollado en el área de salud mental, y dentro de ella en los ámbitos de la asistencia, la docencia y la gestión. Inicié mi incursión trabajando como auxiliar psiquiátrico mientras realizaba los estudios de ATS. Una vez acabados los estudios continué trabajando en salud mental y, sin interrupción, realicé la especialidad de psiquiatría. Posteriormente, tras la entrada de la Enfermería en la universidad, obtuve la titulación de Diplomado en Enfermería. Compatibilicé la gestión con la docencia en la especialidad de psiquiatría hasta su desaparición en el año 1986 y posteriormente con la docencia en la Escuela �Emili Mira i López� (única en todo el Estado español que impartía estudios de Auxiliar Psiquiátrico con nivel de Formación Profesional). Desde el año 1990 hasta el 2004 estuve dedicado a la gestión, dirigiendo los servicios de enfermería de salud mental de la provincia de Girona, dependientes de la empresa pública �Institut d�Assistència Sanitaria� (IAS), poniendo en marcha también la unidad docente que se acreditó en esta institución para la formación de enfermeros especialistas en Enfermería de Salud Mental. Actualmente trabajo en la gestión de Sistemas de Información.     

P.¿Cuál es a su juicio la situación actual de los cuidados enfermeros de salud mental?

R. En general, han tenido un gran avance en los últimos diez años, pero fundamentalmente donde han tenido un mayor peso específico y donde han progresado más ha sido en el ámbito comunitario, con la implantación de programas de intervención específicos y ocupando espacios muy relacionados directa o indirectamente con la educación sanitaria en nuestro campo de actuación.

P. Con el paso del tiempo, a su entender ¿cuáles son los principales cambios que se han producido en el trabajo realizado por las enfermeras de salud mental en los distintos  ámbitos de su actuación y qué cosas siguen prácticamente igual que en sus orígenes?

R. Destacaría, entre muchas otras cosas, el incremento de las funciones y de las actividades  propias e independientes como profesión. Por otra parte, entre las cuestiones que posiblemente no han evolucionado al ritmo deseado, citaría la falta de integración real entre los diferentes niveles de atención (hospitalario, recursos especializados comunitarios y atención primaria) en general y del trabajo de enfermería en particular.

P. ¿Cree usted que la sociedad reconoce suficientemente la labor de los profesionales de enfermería de salud mental?

R. Para que se nos reconozca es preciso que primero se nos identifique adecuadamente en nuestro rol. Esto ha sido más o menos posible en el ámbito hospitalario, aunque no siempre se ha producido de manera correcta. Donde más trabajo queda por realizar para que este reconocimiento sea el deseado es en el campo comunitario (centros de salud mental, hospitales de día, etc.); y otro aspecto que se me antoja fundamental para conseguir ese reconocimiento es el trabajar conjuntamente con las asociaciones de familiares.

P. Según usted, ¿cuáles son los principales problemas o inconvenientes con los que se topan la enfermeras de salud mental a la hora de realizar su trabajo?

R. Generalmente y aunque sea un tópico repetitivo, uno de los más importantes es la escasez de recursos. Ello viene dado, entre otras cosas, porque desde los ámbitos de la planificación en las administraciones competentes se piensa mucho en el corto y cuando más en el medio plazo y la realidad es que las políticas más troncales de la atención a la población sana y no sana se deben realizar a largo plazo. A menudo se producen cambios importantes en los planes de salud que no obedecen a criterios técnicos.

P. ¿Existe formación suficiente en las Escuelas Universitarias de Enfermería como para que un recién diplomado entre a formar parte de un servicio sanitario con las características de los de salud mental?

R. Un profesional recién diplomado que se incorpore a un equipamiento especializado, como puede ser un servicio de hospitalización de pacientes en fase aguda de su trastorno mental o un centro de salud mental comunitario, difícilmente podrá afrontar este tipo de trabajo. Primero, porque no disponen de la formación práctica (en el mejor de los casos han rotado opcionalmente durante algún breve periodo de prácticas) ni teórica suficiente. Pero fundamentalmente, porque se trabaja constantemente con las emociones y ello requiere una formación previa, específica, y un trabajo en equipo que  proporcione seguridad a los nuevos profesionales.

P. ¿Se precisa un perfil específico o se necesitan unas características (aptitudes y actitudes) determinadas para trabajar en estos servicios? ¿Cuáles son éstas?

R. Se precisa de un buen equilibrio emocional previo. Posteriormente, es preciso desarrollar, entre otras habilidades, las capacidades de observación y escucha. La comunicación (verbal y no verbal) cobra una importancia fundamental a la hora de prestar cuidados especializados a los pacientes con trastorno mental. A todo ello en su conjunto debemos añadir las aptitudes adquiridas durante el periodo formativo.

P. ¿Qué les gustaría que cambiara, si fuese posible, en las unidades docentes acreditadas para formar especialistas?

R. Fundamentalmente, considero que falta una integración real del modelo formativo que, como bien se sabe, está fundamentado en el autoaprendizaje tutorizado. Existe todavía un importante grado de dispersión en la implementación de este modelo formativo. En algunas unidades docentes, todavía se arrastran vicios del modelo academicista tradicional. Además de ello, otro aspecto importante pendiente de normalización, es el de una adecuada definición de los perfiles de los profesionales que desarrollan el rol de tutores de los residentes. Después de más de siete años de la puesta en marcha de las primeras unidades docentes de salud mental, existe suficiente información y experiencias como para introducir propuestas en este sentido.

P. ¿Cuáles son las principales demandas de la enfermería de salud mental en este ámbito?

R. Existe consenso entre las unidades docentes y los profesionales que participan en la formación de los futuros especialistas en que el tiempo de formación actual se hace insuficiente. No tanto por el contenido formativo, sino por la imposibilidad de conocer los diferentes ámbitos de actuación del especialista y la necesidad de metabolizar e integrar los conocimientos. Anteriormente, cuando se formaban especialistas por el Decreto 3193/1970, aunque las horas de formación eran menores a las actuales, la formación se desarrollaba a lo largo de dos cursos académicos y ello ayudaba a integrar a un ritmo más adecuado tanto los conocimientos como las experiencias. Por tanto, se hace imprescindible proponer por parte de la nueva Comisión Nacional de la especialidad un nuevo programa formativo y que se desarrolle en dos años, como venimos reclamando desde la ANESM.

P. ¿Cree usted que es suficientemente eficaz el sistema de formación actual para los enfermeros especialistas?

R. Como cualquier modelo formativo es mejorable, pero en términos generales y teniendo en cuenta las limitaciones del modelo, se están formando buenos especialistas. Si se consigue cambiar su duración y incorporar aspectos más adecuados a las necesidades actuales, estaremos ante muy buenos especialistas. Prueba de ello es que países importantes como Inglaterra, reclaman nuestros especialistas.

P. ¿Cuántos enfermeros especializados en Enfermería de Salud Mental hay en España?

R. Actualmente es difícil disponer de esta información, porque debido a la situación por la que ha pasado la profesión con los diferentes decretos que regulaban la formación de especialistas, la actualización de los datos se ha hecho casi imposible. En los próximos dos años sabremos los especialistas existentes en el registro nacional, los que ejercen en los distintos ámbitos de la enfermería especializada, tanto los afectados por la Disposición Adicional Segunda, punto 3, c) y los nuevos especialistas, como los que pueden acceder al título acogiéndose a la Disposición Transitoria Segunda del nuevo RD 450/2005, de 22 de abril, sobre especialidades de Enfermería.

P. Aún así, por las  estimaciones que barajan desde la ANESM, ¿cree usted que son suficientes para cubrir las necesidades asistenciales de nuestro Sistema Nacional de Salud?

R. En la actualidad, quedan por cubrir muchos de los puestos de trabajo que se convocan en los dispositivos de atención a la salud mental y se están cubriendo con profesionales sin la experiencia ni la formación necesaria. Es evidente que existe un déficit de especialistas. En cualquier caso, cuando sepamos los datos reales de los profesionales que están ejerciendo la enfermería de salud mental, conoceremos el déficit existente de profesionales especializados para igualarnos a las recomendaciones dictadas por los diferentes organismos internacionales.

P. ¿Desde cuándo existe la especialidad?

R. La especialidad de Psiquiatría apareció por primera vez con el Decreto 3193/1970, de 22 de octubre, y estuvo vigente hasta quedar derogado por el ya conocido RD 992/1987, que como es sabido por todos, contemplaba la especialidad de Enfermería de Salud Mental. Sin embargo, esta nueva especialidad no fue desarrollada hasta el año 1998; es decir, los profesionales de enfermería de nuestro ámbito han tenido que estar once años sin la posibilidad de obtener el título de especialista. Recientemente, se ha procedido a regular de nuevo las especialidades de Enfermería con el mencionado RD 450/2005, que entró en vigor el pasado mes de mayo y viene a regular de nuevo la obtención de los títulos de enfermeros especialistas, entre ellos el de especialista en Enfermería de Salud Mental.

P. ¿Qué cambios puede suponer para su especialidad la promulgación de este nuevo RD sobre las especialidades de Enfermería?

R. Debería de conllevar una adecuada identificación de puestos de trabajo de especialistas en los diferentes ámbitos de la salud mental. Si esta premisa no se cumple, la población no entendería que el Sistema Nacional de Salud (SNS) esté gastando recursos en la formación de los mismos y que después deban ejercer en ámbitos diferentes porque el SNS no identifica de manera diferenciada esos puestos de trabajo de especialistas. En lo referente a la adaptación de las unidades docentes al nuevo RD, convendría buscar fórmulas para vincular a las Escuelas de Enfermería en las estructuras formativas de los futuros especialistas, potenciando la capacitación profesional con el uso de herramientas propias, así como la formación interdisciplinar  y evitando la formación medicalizada.

P. ¿Cómo ve usted el futuro de su especialidad?

R. En general, le diría que con optimismo. La publicación de la nueva normativa, supone el final de un cúmulo de años de paralización, al no haberse desarrollado en su día las Disposiciones Transitorias del RD 992/1987. Hemos de tener muy presente que se da la circunstancia de que a lo largo de estos años ha sido cuando más se ha avanzado en la atención a la salud mental y por tanto se han incorporado a los nuevos dispositivos asistenciales un gran número de profesionales, la mayoría de los cuales no han tenido la posibilidad de realizar la especialidad.

P. ¿Hasta qué punto la ANESM está arraigada entre los profesionales?

R. Nuestra Asociación ha conseguido convertirse en un referente claro entre los profesionales de enfermería de salud mental. En este sentido, uno de los indicadores que avalan esta apreciación es el aumento progresivo de asistentes a los últimos congresos nacionales. Actualmente se están superando los setecientos congresistas y ello hace cada vez más complejo su organización, teniendo en cuenta además que la misma es asumida directamente por la propia ANESM, los colaboradores de las sedes seleccionadas cada año y un grupo de voluntarios de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Alcalá de Henares. Cabe destacar igualmente la implantación que está teniendo el Premio de Investigación instaurado por nuestra Asociación, y del que ya está convocada la 4ª edición. Todo ello ha sido posible gracias al rigor con que han trabajado los compañeros de la Asociación durante los últimos ocho años.

P. ¿Cuál es la principal preocupación que les han trasladado los profesionales en estos momentos?

R. Por un lado, el reconocimiento de la especialidad a través de la identificación de puestos de trabajo de especialista; y por otro, valorar la situación en la que quedan un buen número de profesionales que vienen desarrollando su trabajo con carácter  especializado de manera continuada entre 1998 y 2005 y  con la formación adecuada, pero que  no podrán acceder al título de especialista según la normativa vigente.

P. ¿Cuáles son los logros que cree usted que han conseguido las enfermeras de salud mental españolas en la última década?

R. Cabe citar entre otros, la utilización cada vez mayor de herramientas propias de la profesión (planes de cuidados, trayectorias clínicas, protocolos, etc.). También destacaría la disminución de la �estigmatización� tanto por parte del resto de profesionales de enfermería como de la sociedad  en general.

P. ¿Cuáles son los retos que les quedan por afrontar de forma inminente en los próximos años?

R. Probablemente bastantes todavía, pero permítame citarle dos que considero imprescindibles: el de incrementar la presencia de las enfermeras de salud mental en los foros de decisión de las políticas de planificación de la atención de la salud mental y el de potenciar la colaboración con las asociaciones de familiares.

P. ¿Añadiría alguna cuestión que no le haya preguntado y considere usted de interés?

R. Quisiera agradecer a los compañeros de las anteriores Juntas Directivas de la ANESM el prestigio y la credibilidad conseguidos. Igualmente dar las gracias a los que han confiado en mí para liderar nuestra Asociación en unos momentos cruciales para la profesión y que espero no defraudarles. Vamos a intentarlo entre todos y lucharemos por hacer nuestra profesión cada vez más grande y con un mayor reconocimiento.

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