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RESUMEN

Introducción: Representar las formas del cuerpo humano ha sido la temática más antigua y constante en la historia de las artes plásticas. En el Renacimiento y también durante el periodo Barroco la figura humana se alza como objeto decisivo del arte, presentando en muchas ocasiones personajes infantiles de aspecto vital pero obeso.
Material y métodos: En el presente trabajo se recogen obras de Pedro Pablo Rubens, Andrea Mantenga, Carpaccio, Julio Ribera, Tiziano Vecellio, Japoco Bassano, Filippo Lipi y José Vergara.
Resultados: Todas las obras pictóricas representan niños varones gordos, algunos de ellos con obesidad extrema. En otras ocasiones no guardan las proporciones infantiles reales.
Conclusiones: Los modelos corporales infantiles que se muestran en el presente trabajo están representados mediante formas anatómicas generosas que reflejan la exuberancia y la sensualidad característica de la época. La plenitud social de las familias favorecidas de este periodo de la historia fue aprovechada por los artistas que recibian encargos pictóricos para representar en sus lienzos a los angelitos como alegres niños de carnes abundantes que vuelan por los aires con sus cuerpecitos desnudos. Ese patrón de belleza corporal hoy podríamos considerarlo como patológico y como un modelo infantil a no imitar.

Conclusión principal. La representación del cuerpo humano ha sido una constante durante las diferentes etapas de la historia del arte. Cada periodo manifiesta sus cánones de belleza corporal propios. El Renacimiento y sobre todo el Barroco nos enseña unas masas corporales infantiles excesivas, acordes con la opulencia social y económica de las familias que realizaban los encargos a los artistas, cuerpos que hoy asumimos como no saludables.

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