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PRESENCIA salud mental, investigaci�n y humanidades ISSN:1885-0219 p10899

 

 

EDITORIAL

 

 

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El papel de la Inteligencia Emocional en enfermería

María José Aguilera Moreno
Complejo Hospitalario Universitario de Granada. Granada, España

Rev Presencia 2016 ene-jun; 12(23)

 

 

 

Cómo citar este documento

Aguilera Moreno, María José. El papel de la Inteligencia Emocional en enfermería. Rev Presencia 2016 ene-jun, 12(23). Disponible en <https://www.index-f.com/p2e/n23/p10899.php> Consultado el

 

    El conocimiento de sí mismo, la autoregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales son los cinco fundamentos que delinean la inteligencia emocional. Este constructo se ha relacionado con una mayor satisfacción laboral, bienestar físico y emocional en las enfermeras y un menor burnout. A continuación se pretenden dar algunas de las claves para asegurar un éxito personal y profesional mediante el desarrollo de la inteligencia emocional.

El concepto de Inteligencia Emocional (IE) fue descrito por primera vez en 1990 por Salovey y Mayer, dos psicólogos americanos con gran tradición científica en el campo de las emociones. Entonces se definió como el resultado de una interacción adaptativa entre las emociones y la propia cognición, incluyendo la habilidad para percibir, asimilar, entender y manejar las emociones propias y las de los demás.1

No fue hasta 1995 cuando Daniel Goleman popularizó este término con su libro "Inteligencia Emocional", en el que difundió este concepto de forma tan espectacular, que llegó a ser un bestseller en todo el mundo.2 Desde entonces se combinó la primera aproximación a la IE con otras capacidades como la motivación, la empatía, y otras habilidades sociales.3

Después de aquellas declaraciones, este constructo ha sacudido al mundo de los negocios y desafiado a los líderes y empleados de decenas de carreras para trabajar de manera diferente. Tras cientos de estudios de investigación, varias docenas de ellos en la enfermería, algunos resultados son claros. La inteligencia emocional se ha correlacionado con una mayor satisfacción laboral, bienestar físico y emocional en las enfermeras y un menor burnout.4,5

Pero ¿qué importancia puede tener para los trabajadores de la salud el desarrollo de este tipo de inteligencia? En un estudio reciente, los pacientes fueron entrevistados sobre su experiencia con la compasión de las enfermeras. Aunque sabían lo ocupadas que las enfermeras estaban, incluso los más pequeños gestos de compasión afectaron a su forma de ver los cuidados integrales de enfermería recibidos.6 Se ha comprobado que los usuarios de los pacientes también demandan cada vez más que los profesionales sanitarios ofrezcan un soporte emocional afectivo, además de una solución a sus problemas de salud.7 Por parte de los profesionales también ha quedado patente que los enfermeros generan conductas evitativas originadas en los conflictos emocionales.8

Por todo ello y para ser más efectivos, más productivos y estar más satisfechos, regular nuestras emociones ya no es una opción, se ha convertido en una necesidad. Saber manejar nuestros estados de ansiedad, encauzar nuestras emociones, lidiar con nuestros miedos, afrontar nuevos desafíos, etc., son, en definitiva, las claves para el éxito personal y profesional.

¿Y podemos aprender a regular nuestras emociones y de este modo modificar nuestros estados emocionales? La respuesta es indudablemente sí. Para ello, es preciso que desarrollemos nuestro propio autoconocimiento, que exploremos nuestras emociones, que seamos capaces de ponerles nombre, de comprender sus causas y cómo influyen en nuestro pensamiento y en nuestro comportamiento. La enfermera profesional debe saber autoevaluar sus fortalezas y debilidades, generando así sentimientos de autoconfianza a partir de sus valores y capacidades. Que aprendamos y pongamos en marcha técnicas y herramientas que favorezcan la autorregulación de nuestras emociones (positivas o negativas) de forma que aprendamos a dirigirlas de manera eficaz y a ser capaces de generar emociones positivas que faciliten el logro de nuestros objetivos. Saber manejar emociones perturbadoras e impulsos arrebatados, así como el mantener estándares adecuados de honestidad, integridad y desarrollo de una conciencia de responsabilidad en su propio desempeño laboral. Que dispongamos de herramientas que nos ayuden a mejorar nuestra motivación personal, manteniendo el impulso hacia el cumplimiento de metas y estándares de excelencia laboral mientras se mantiene una actitud positiva. Y que mejoremos nuestra competencia social, reconociendo las emociones de los demás y mejorando nuestra habilidad para establecer relaciones a través del desarrollo de la empatía; de saber escuchar abiertamente los mensajes y al mismo tiempo elaborar respuestas convincentes; el manejo de conflictos, lo cual nos permite negociar y resolver los desacuerdos que se presentan dentro del equipo de trabajo; así como el liderazgo, para inspirar y guiar a los individuos sanos o enfermos a fomentar y recuperar la salud. En el ejercicio de estas competencias, pueden apoyar el trabajo en equipo, cultivar la pasión en sí mismos y sus compañeros y en última instancia, avanzar en la profesión de enfermería.

Según Licea Jiménez, en su artículo sobre la inteligencia emocional en los trabajadores sanitarios, la enfermera debe aprender a ser un catalizador del cambio, iniciador o administrador de las situaciones nuevas, ser un constructor de lazos con el fin de alimentar y reforzar las relaciones interpersonales del grupo de trabajo, al propiciar un sistema de colaboración y cooperación para trabajar con otros en el logro de metas compartidas relacionadas con los cuidados y sustentados en las relaciones e interacciones con los pacientes.7

Como hemos visto, las habilidades de la inteligencia emocional ofrecen formas sencillas para transformar los retos de la atención al paciente, del trabajo en equipo y del concepto de uno mismo. La próxima vez que usted se encuentre molesto, confundido o incomodo ante una situación, piense en poner una de estas habilidades en marcha y vea lo que la inteligencia emocional puede hacer por usted.
 

Bibliografía

1. Mayer JD, Salovey P. What is emotional intelligence? En P. Salovey y D. Sluyter (Eds.), Emotional development and emotional intelligence: Implications for educators. New York: Basic Books, 1997; pp. 3-31.
2. Goleman D. Emotional intelligence. New York: Bantam Books, 1995.
3. Bar-On R. Emotional intelligence and self-actualizacion. En J. Ciarrochi, J. P. Forgas y J.D. Mayer (Eds.), Emocional intelligence in everyday life. Nueva York: Psychological Press, 2001; pp. 82-97.
4. Berrios MP. Augusto JM. Aguilar MC. Inteligencia emocional percibida y satisfacción laboral en contextos hospitalarios. Un estudio exploratorio con profesionales de enfermería. Index de Enfermería. 2006; 15 (54):30-34.
5. Freshman B. Rubino L. Emotional intelligence: a core competency forhealth care administrators. HealthCare Manager. 2002; 20:1-9.
6. Bramley L, Matiti M. How does it really feel to be in my shoes? Patients' experiences of compassion within nursing care and their perceptions of developing compassionate nurses. Journal of clinical nursing. 2014; 23 (19):2790-2799.
7. Licea ML. La inteligencia emocional: herramienta fundamental para el trabajador de la salud. Revista enfermería. 2002; 10(3): 121-123.
8. Aradilla-Herrero A, Tomás-Sábado J. The Role of Emotional Intelligence in Nursing. In: C.E. Wergers (Ed). Nursing Students and Their Concerns. New York, NY: Nova Sciences Publishers, 2011; Vol 1: 131-154.

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