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ARCHIVOS DE LA MEMORIA (ISSN: 1699-602X)

 

 

EDITORIAL

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La cualidad en el texto
Redacción y difusión del informe de investigación cualitativo

Angélica Gómez Martínez
Enfermera y Antropóloga, Técnico de Vigilancia Epidemiológica. Delegación Provincial de Salud y Bienestar Social de Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Albacete, España

Correspondencia: Plza. de la Mancha 11-1ºY, 02001 Albacete, España

Manuscrito aceptado el 15.12.2010

Archivos de la Memoria 2011; (8 fasc. 2)

 

 

 

Cómo citar este documento

Gómez Martínez, Angélica. La cualidad en el texto: redacción y difusión del informe de investigación cualitativo. Arch Memoria [en línea]. 2011; (8 fasc. 2). Disponible en <https://www.index-f.com/memoria/8/8200.php > Consultado el

 

 

 

   Uno de los muchos mitos que rodean la investigación cualitativa invita a su uso en base a criterios de simplicidad: su enfoque y desarrollo parece sencillo y natural, hasta obvio y por ello fácil de llevar a cabo. Es evidente que esto no es así. La complejidad de conceptualizar un estudio cualitativo, de conducir la investigación, de analizarla y de redactarla conlleva, como mínimo, el mismo nivel de dificultad que los enfoques cuantitativos y aunque todos esos pasos, virtualmente inseparables, son centrales, quizás no estén de igual modo valorados a la hora de fundamentar la relevancia de los enfoques cualitativos. El hecho de resaltar los procesos relacionados con la redacción y difusión del informe de investigación, implica llamar la atención hacia una de las principales responsabilidades del investigador, la comunicación. Esta importante tarea permite, además de avanzar en el conocimiento y aplicar los resultados a la práctica profesional, dar a conocer aquellos aspectos peculiares que la investigación cualitativa imprime en el proceso de investigación y que posibilitan una base fundamental para la construcción de la cultura científica actual.

Investigar implica involucrarse en una actividad intelectual, continua, organizada y creativa que nos ofrece productos o resultados concretos, parciales o totales, que deben constituir contribuciones significativas para el avance científico del campo que se trate y en definitiva que generen beneficios humanos y sociales. La producción de conocimiento pasa por la redacción de un texto que podrán consultar todas aquellas personas a las que la problemática investigada interese. Hay que ser conscientes de que el principal producto de la investigación son textos: documentos, informes, artículos, libros. y que, por obvio que resulte, ningún trabajo de investigación finaliza hasta que no se presenta el informe y se le da difusión.

Más allá de la modalidad específica que adopte el informe, como vehículo de comunicación, debe dar cuenta de cuál ha sido el proceso de investigación y de todas sus implicaciones en cuanto a los elementos que presenta (método, instrumentos, sujetos, resultados...). Proceso y producto informan uno sobre otro. Sin embargo, de los dos, el proceso ha recibido más atención de los investigadores y de otros críticos, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, primando el diseño tecno-metodológico frente al estético-textual, como si ambas facetas no formaran parte de la misma dimensión científica. No obstante, recientemente el producto de la investigación, en forma de relato escrito, ha surgido con derecho propio y, aunque la relación entre las palabras y los mundos no es fácil ni transparente, cada vez más somos conscientes de que un mal informe puede invalidar un buen proceso de investigación.

A pesar de todo, la elaboración del informe suele ser una de las tareas más molestas para el investigador cualitativo. Junto al análisis de datos, es el momento en el que se requiere un mayor esfuerzo creativo. El proceso de investigación cualitativa es flexible, emergente e iterativo y por ello poco dado a la estandarización de formas y procedimientos. La expresión de estas cualidades en el informe requiere un esfuerzo añadido, máxime cuando partimos de esquemas, de tradición mayoritaria cuantitativa, que entienden la actividad investigadora de manera diferente. Por ejemplo, hemos aprendido a secuenciar las investigaciones de un modo ordenado y lineal: primero se formula la investigación, luego se diseña, después se efectúa la recolección de información, posteriormente se procesa y analiza y solo al final se elabora el informe. Sin embargo, en la investigación cualitativa lo característico es la simultaneidad de prácticamente todos los procesos que la vuelven realidad. La linealidad se sustituye por el multiciclo, es decir, que varias veces pasamos por la etapa de formulación, otras tantas por las de diseño-rediseño y varias veces gestionamos o ejecutamos los procesos de recolección de información y análisis. Desde el comienzo de la investigación se da inicio a los primeros acercamientos a lo que al final constituirá el informe de investigación. El informe deja de ser una fracción final de la investigación para constituir una necesidad dentro del proceso de investigación cualitativa.

El carácter procesual de la investigación cualitativa incorpora otros elementos diferenciales a nivel de la propia construcción teórica que en cuantitativa solo tiene dos momentos: al comienzo, cuando se plantea el "marco teórico", y al final, cuando se hace la discusión de los resultados. En cualitativa todo el proceso es analítico y por lo tanto susceptible de generar teoría. La construcción de objetos de conocimiento dentro de las diversas tendencias de investigación cualitativa obedece a un proceso de esclarecimiento progresivo en el curso de cada investigación particular. Esto significa que el proceso se alimenta continuamente, de y en, la confrontación permanente de las realidades intersubjetivas que emergen a través de la interacción del investigador con los actores de los procesos y realidades socio-culturales y personales objeto de análisis, así como del análisis de la documentación teórica, pertinente y disponible.

El informe tiene tanto del tema como de la improvisación, y muestra tanto lo teórico como lo práctico, porque está escrito en relación con el medio que lo produce y lo influye. La lógica de base deja lugar a un margen de improvisación, una especie de creación que también afecta al creador: es un producto del investigador y por tanto, debe "vivir" con su expresión durante algún tiempo.

Es un hecho probado que las diferencias entre los paradigmas que sustentan las investigaciones de tipo cuantitativo y cualitativo inciden sustancialmente en todas y cada una de las etapas de una investigación y aunque el resultado final de la misma pueda "encajarse" en los apartados normalizados de un informe científico (introducción, marco teórico, material, métodos, resultados y discusión), los procesos, las bases epistemológicas y teorías que han seguido son tan diferentes, en algunos casos, que necesariamente debe repercutir en la presentación y publicación del estudio.

El reconocimiento de estas diferencias ha motivado la búsqueda de espacios propios identitarios que marquen su especificidad científica a la hora de plasmar y difundir su manera de entender y cuestionar la realidad estudiada. Muestra de ello es que cada vez más, revistas especializadas del ámbito sanitario,1 reconocen explícitamente el papel de la investigación cualitativa en las ciencias de la salud e incorporan en las "normas de publicación" un apartado específico de recomendaciones para los/as autores/as que deseen remitir trabajos basados en métodos cualitativos. Sin duda es un gran avance en el reconocimiento de la pertinencia y viabilidad de la investigación cualitativa, máxime cuando se "penetran" ámbitos de conocimiento e instituciones que, quizás por la tradición, han sido exponentes de una concepción puramente biomédica. Sin embargo, también son objeto de duras críticas cuando se intenta "normalizar" la investigación cualitativa de manera que encaje en los modelos cuantitativos bajo la forma de rigurosos requisitos en los procedimientos, que como plantea Anselmo Peinado: "proporcionan el aspecto de la seriedad científica aún antes de haber intentado un mínimo de reflexión sobre lo que se está haciendo y sobre aquello a lo que se aplica" (2002:392). Una reflexión que debería estar presente también a la hora de redactar los productos sobre datos cualitativos para aumentar la credibilidad y comunicabilidad del informe del estudio, compromisos que siempre debe asumir el investigador científico y que están directamente relacionados con la comunicación eficiente. El objetivo de los documentos cualitativos es "representar el mundo de los entrevistados en forma exacta, vivida y convincente" (Rubin y Rubin, 1995). Los resultados serán importantes si el informe es leído e influye en quienes toman las decisiones. El documento tiene el potencial de motivar a los lectores a modificar prácticas, explorar nuevas vías para la investigación, inspirar actividades de defensa de la salud o impulsar a las comunidades a la acción. La responsabilidad del investigador es hacer que el informe del estudio sea tan accesible, creíble e interesante como sea posible. La cualidad del informe de investigación cualitativo le debe hacer interesante de leer.

Para ello, además de prestar atención a los elementos básicos de la buena redacción, es importante asegurarse de la pertinencia que la investigación tiene para los presuntos lectores y conocer las necesidades del público que llegarán a definir detalles tan prácticos como la densidad conceptual, el volumen y la extensión del informe. No debemos olvidar que quien determinará la calidad y utilidad del trabajo es el lector, que interactúa con lo que el investigador ha comunicado y decide si lo integrará en su labor y su visión del mundo o lo desechará. La credibilidad y comunicabilidad del informe influirán en gran medida que los lectores usen o no los resultados o que estos causen impactos sobre las políticas, prácticas y comportamientos en materia de salud.

También en la validación de los hallazgos es importante la redacción del informe, en las dos vías: el consenso intersubjetivo (interpretación y sentidos compartidos) o la interpretación de evidencias con exhaustividad (análisis detallado y profundo). La primera implica someter el texto a las personas entrevistadas u observadas -al menos a algunas de ellas-. No es un criterio de validez absoluta de los resultados de la investigación, pero los participantes pueden ofrecer informaciones valiosas así como hacerles partícipes de lo que se ha hecho con su trabajo. El investigador toma los datos, intenta comprender, pero también debe devolver. El proceso de producción continua del informe cualitativo se lo permite.

La segunda vía está directamente relacionada con la evaluación de la calidad. Se atribuye importancia especial a la escritura en el proceso de investigación porque los "nuevos criterios" para evaluar la investigación cualitativa en conjunto, parten de las maneras en las que se muestran los procesos y los resultados. El informe de investigación con todas sus actuaciones metodológicas, sus narraciones y actividades, documentos, observaciones, conversaciones, interpretaciones, inferencias y reflexividad, es la única base para responder a la pregunta de la calidad de la investigación. La significación del informe final reposa en buena parte en el cumplimiento de unos requisitos éticos y técnicos, que van a hablar de la transparencia y el rigor observados desde la formulación hasta la cumplimentación del proceso investigador.

Todo ello son pruebas que amplían el debate sobre la fundamentación de la investigación cualitativa. En todas, el texto se sitúa en un primer plano, tanto como medio preferente para visibilizar aspectos ético-formales como aquellos que contribuyen a crear un argumento sólido y persuasivo, que más bien proceden de la habilidad, adiestramiento y sobre todo creatividad del autor.

La investigación de corte cualitativo ha introducido algunos problemas nuevos, especialmente entre los investigadores que no se habían dado cuenta de que escribir se convertiría en una parte tan integral de su trabajo. El estilo empleado debe ser claro y a la altura de todos aquellos que se interesan por el tema. Una idea brillante, mal desarrollada y presentada de manera obscura, tendrá menos efecto que una idea simple pero argumentada agradablemente.

La cultura científica nos ha acostumbrado a una escritura severa que cada vez es más criticada; la aridez ya no es sinónimo de objetividad. Actualmente, la escritura interesante, creativa, variante y cautivante no es incompatible con la ciencia en general. Las últimas tendencias reclaman la necesidad de un nuevo estilo que debe producir informes concretos, complejos y empáticos. Estas corrientes, post-positivistas o post-científicas, critican el discurso científico cerrado que se basta a si mismo y se justifica por su propia lógica, independientemente de la realidad definida por los sujetos.

El uso de argumentos retóricos, contemplados con sospecha en los círculos de la ciencia más esencialistas por incitar hacia una supuesta persuasión ilegítima al lector, pueden ser solventados y aprovechados ya que la orientación reflexiva del enfoque cualitativo parte del supuesto de que cualquier texto se asienta en convenciones comunicativas. El modo de conjurar el peligro de una persuasión ilegitima es precisamente aumentando nuestra conciencia de las artes constructivas del discurso, haciéndolas explícitas hasta donde sea posible. No debe entenderse de manera peyorativa.

Para terminar, una última autoreflexión. Uno de los mayores retos que presenta la redacción y comunicación de la investigación cualitativa puede que resida en nosotros mismos y en la idea que tenemos de nuestras funciones como investigadores/as y de la propia investigación. Es evidente que ambos procedimientos reflejan el proceso más amplio de investigación y dan cuenta de sus fortalezas y sus debilidades. El incidir precisamente en el producto es porque es el medio práctico sobre el cual el lector auditará el trabajo, el autor y el enfoque desde el que se proyecta la realidad estudiada.

Podemos y debemos ser capaces de desmitificar algunos tópicos que acompañan a la investigación cualitativa por medio de argumentos sólidos que den cuenta del complejo y peculiar proceso de investigación que el informe debe reflejar. Aunque en apariencia esto se reduzca a algo tan simple -o complicado- como es la redacción, el primer paso no es escribir sino creernos lo que escribimos.

Notas

    1. Gaceta Sanitaria, Atención Primaria, British Medicaournal, RECIEN,...

Bibliografía

    Denzin, N.K, Lincolnln, Y.S. (2005). Handbook of qualitative research (3 ed.) Thousand Oaks, CA: Sage Publications.
    Flick, U. (2007). Introducción a la investigación cualitativa. Ed. Morata. Madrid.
    Hammersley, M; Atkinson, P. (1994). Etnografía. Métodos de investigación. Editorial Paidos. Barcelona.
    Peinado, A. (2002). La investigación cualitativa en España. Rev.Esp. Salud Pública, Vol.76, nº 5.
    Rubin, H.J, Rubin, I.S. (1995). Qualitative interviewing: The art of hearing data. Thousanf Oaks, CA; Sage Publications.
    Sandoval Casilimas, C.A. (2002) "Investigación Cualitativa". Módulos de Investigación Social: Módulo 4. Universidad de Antioquía. Colombia.
    Strauss, A. (1987). Qualitative analysis for social scientist. Cambridge. Cambridge University Press.
    Taylor, S.J; Bogdan, R (1994) Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Editorial Paidos. Barcelona.
    Ulin, P.R., Robinson, E.T., Tolley, E.E. (2006). Investigación aplicada en Salud Pública. Métodos Cualitativos. Publicación científica y Técnica nº 614. Organización Panamericana de la Salud. Washington.
    Wolcott, H.F. (2003). Mejorar la escritura de la investigación cualitativa. Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia. Contus. Colombia.

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