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ARCHIVOS DE LA MEMORIA (ISSN: 1699-602X)

 

 

EDITORIAL

 

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Cuidar, acompañar y ayudar a sanar con toda el alma

José Luis Bimbela Pedrola
Doctor en Psicología, Universidad de Barcelona. Profesor en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Granada, España

Correspondencia: Escuela Andaluza de Salud Pública. Cuesta del Observatorio 4, 18011 Granada, España

Archivos de la Memoria 2014; (11 fasc. 3)

 

 

 

Cómo citar este documento

Bimbela Pedrola, José Luis. Cuidar, acompañar y ayudar a sanar con toda el alma. Arch Memoria [en línea]. 2014; (11 fasc. 3). Disponible en <https://www.index-f.com/memoria/11/11300.php> Consultado el

 
 

 

 

    Hace ya muchos años, cuando estudiaba Psicología en la Universidad de Barcelona, ocurrió algo en clase de Fisiología que no he olvidado. La profesora estaba mostrándonos, mediante las entonces muy usadas diapositivas, distintas partes del cerebro, y algo falló en la secuenciación prevista (esos aparatos solían bloquearse con cierta frecuencia) que hizo que apareciera una pantalla totalmente en blanco. La docente, con unos reflejos admirables, no se inmutó y nos dijo al instante: "Y esto es el alma". Más recientemente, he vuelto a oír a hablar del alma a dos autores que admiro mucho, Carlos Boyero y Joan Garriga, y a los que he rendido humilde homenaje en sendas editoriales publicadas en esta misma revista en 20121 y 2013.2 Por otro lado, llevo unos cuantos años hablando del alma del counselling en ponencias, artículos y publicaciones;3 y compartiendo con mi colega y amigo Joan Carles March sesiones con directivos y directivas en las que trabajamos el liderazgo con alma, con corazón. Ha llegado pues el momento de escribir esta editorial para rendir tributo a una profesión, la enfermería, de la que todos y todas hemos aprendido a cuidar, acompañar y ayudar a sanar... con toda el alma. Eso sí, voy a permitirme una primera "licencia poética", que espero que el/la lector/a comprenda y admita: a partir de ahora, y en el resto del texto, escribiré la palabra clave "alma" con hache. Así: H-alma.

H-alma con hache de honestidad

    Para sorpresa de algunos, la comunicación honesta (la que me creo, la que es coherente con mis valores y creencias) resulta más eficaz y más exitosa que la falsa o la teatral (la que hace como si: como si me interesase lo que me cuentas, como si entendiera lo que sientes... pero la verdad es que no me interesa, y no te entiendo). La honestidad genera confianza (imprescindible en nuestra vida personal y profesional) y provoca honestidad en nuestro entorno (por la famosa ley de la reciprocidad: uno/a recoge, tarde o temprano, lo que siembra). La honestidad nos ayuda también a que lo que decimos y cómo lo decimos sean congruentes y, por tanto, facilita que el mensaje le llegue claro y nítido "al otro". En este sentido, regalarnos, antes de comunicarnos, tiempo para pensar con calma y reflexionar con tranquilidad puede resultar utilísimo. Buscando momentos de silencio que nos permitan oírnos mejor (sin ruidos ni interferencias, sin pensamientos tóxicos, sin huídas hacia el exterior). "Quien engaña no gana" cantaban Ojos de Brujo. Pierde él/ella y perdemos todos/as. Antes o después. En mayor o menor medida. Perdemos.

Una frase para recordar: "Engañarse a sí mismo es peor que engañar a los demás" (L. Tolstoi). Y una pregunta para reflexionar: ¿Cuáles son, honestamente, mis objetivos en mis ámbitos profesional, personal, familiar, y social?

H-alma con hache de humildad

    La humildad nos libera, la humildad nos ayuda a compartir (en lugar de competir), a facilitar (en lugar de imponer), a preguntar (en lugar de suponer), a escuchar (en lugar de oír), a empatizar (en lugar de juzgar), a apreciar (en lugar de despreciar), a aprender y sorprendernos (en lugar de ignorar y aburrirnos). La humildad nos evita sufrimientos propios (lo pasamos muy mal cuando nos sentimos "ninguneados/as" al pensar que el jefe no nos ha mirado en la reunión porque...) y sufrimientos ajenos (parece que el ego del capitán del buque Costa Concordia jugó un papel bastante relevante en el origen del accidente). Una humildad compatible con la autoestima y el autorrefuerzo, con la autodisciplina y la autocrítica; la que nos ayuda a tener activado, en todo momento, el maravilloso y revolucionario "PGP" (PGP = "Por favor", "Gracias", "Perdón"). Cada día estoy más convencido de que servir a los demás (cuidando, acompañando y ayudando a sanar) da sentido a nuestra vida. Y eso se lo agradezco cada día. Gracias.

Una frase para recordar: "Hay que dedicar la primera parte de la vida a crearte un ego fuerte, pero la segunda parte es para deshacerse del ego, porque sino la muerte es un asunto insoluble" (S. Pániker). Y una pregunta para reflexionar: ¿Cómo puedo gestionar saludablemente mi ego, optimizando beneficios y minimizando costes, tanto para mí como para los/as otros/as?

H-alma con hache de hechos

    Estamos en pleno siglo XXI. Y ya conocemos muchos de los qués, bastantes de los porqués, gran número de cómos, y, finalmente (¡gran noticia!), hemos identificado un magnífico "para qué", empoderador y saludable para todos y todas: mi bienestar y el bienestar del otro, mi salud y la salud de los demás, mi felicidad y su felicidad. Ha llegado pues el momento de pasar a la acción, de convertir los estupendos dichos en hechos concretos. Es la hora de hacer, de practicar, de poner en marcha. La buena intención es imprescindible (condición necesaria), pero no es suficiente. Leer libros sobre crecimiento personal, inteligencia emocional y coaching está muy bien, pero no basta. Ocurre como cuando los derechos (humanos, asertivos, de la infancia, de la mujer, de los inmigrantes, del consumidor, de los animales, etc.) no se ejercen; se convierten entonces en "papel mojado", en un superficial brindis al sol, en un bonito póster que adorna parlamentos, salones y despachos. Insuficiente.

Una frase para recordar: "La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Santiago 2:17). Y una pregunta para reflexionar: ¿Qué acciones voy a poner en marcha, hoy mismo, para cambiar el mundo, para cambiar mi mundo, para cambiarme?

H-alma con hache de humor

    Pese a lo que en algunos colegios decían (¿dicen?) a los niños, el esfuerzo no es incompatible con la alegría. Bien al contrario, la favorece, la facilita, la provoca. Una sociedad, un grupo, un colectivo, una familia, donde las malas caras, las caras largas, las largas quejas, y las quejas amargas aún tengan tirón, está emocional y socialmente enferma, y resulta extremadamente tóxica. Frente a cierta corriente de pensamiento cínico (muy cómodamente instalada en la negatividad) que nos invade, recordemos, con W. James, que el pesimismo suele conducir a la debilidad, y el optimismo al poder. Es más, la risa estimula los músculos, regenera el alma. La sonrisa abre las mentes y los corazones, aplaca las angustias y los miedos. Y si somos en buena parte lo que comemos, recordemos que nueces, plátanos, piñas y chocolates ayudan también lo suyo. Por dentro y por fuera. Al final van a tener (mucha) razón esas sabias abuelas que nos decían que la cara es el espejo del alma. Levedad frente a dramatismo, comedia frente a drama. Alegría frente a pesimismo. Y gozo frente a amargura. Y, claro, empezar por reírse (un poquito más) de uno/a mismo/a.

Una frase para recordar: "El corazón alegre hermosea el rostro" (Proverbios 15:13). Y una pregunta para reflexionar: ¿Cómo puedo aumentar el prestigio del optimismo y la alegría cuando cuido, cuando acompaño, cuando ayudo a sanar?

H-alma con hache de habilidad

    Me relajé mucho cuando oí a un gurú de los negocios afirmar que el talento se consigue después de diez mil horas de práctica. Más tarde, neurólogos de reconocido prestigio lo confirmaron. Respiré aliviado ante tanta evidencia: los/as que no nacimos geniales podemos (a base de trabajo y disciplina) acabar haciendo "cosas" realmente valiosas, talentosas, creativas y quizás casi geniales. Se nace un poco, se hace mucho. Con entrenamiento y esfuerzo se aprende y se mejora. La experiencia parece demostrar que la calidad como profesionales de la salud, como docentes, como directivos/as, como padres y madres requiere, entre otras condiciones, la de "sudar la camiseta". Y también la de explorar y descubrir/redescubrir las propias habilidades, capacidades y talentos.4 Profundizando en estudios recientes sobre el tema, como los que muestran que precisamente la autodisciplina resulta el doble de preciso que el coeficiente intelectual para predecir la nota media de los estudiantes.5

Una frase para recordar: "El talento es el nuevo petróleo del siglo XXI" (R. Samsó). Y una pregunta para reflexionar: ¿Qué puedo hacer para lograr y mantener una buena musculatura mental, emocional y social?

H-alma con hache en vehemencia

    Cierto, vehemencia no empieza por hache. Pero es de las pocas palabras relacionadas con el concepto clave que aquí quiero comentar que, al menos, tiene una hache en su composición. Permítaseme pues esta segunda, y última, "licencia poética". El concepto en cuestión es "pasión". Aquello que, al hacerlo, nos llena de energía y hace que el tiempo nos pase volando ("fluya" dirían los más modernos). Aquello, probablemente ligado a alguno de nuestros grandes objetivos vitales (¿misión? ¿vocación?), que nos produce ilusión y placer, satisfacción y deleite. Lo sabemos: la pasión y el entusiasmo nos vigorizan, nos rejuvenecen, nos regeneran; nos dan fuerza y entereza, resistencia y resiliencia. Y ayudan a que dolores varios (físicos, emocionales, sociales) desaparezcan o asuman mucho menos protagonismo. Además, la experiencia nos dice que cuando desarrollamos nuestros talentos y lo hacemos con pasión nuestra economía también mejora.6 Lógico: hacemos más, lo hacemos mejor y, encima, lo "vendemos" de maravilla. Hacer lo que nos gusta y degustar lo que hacemos: ¡fascinante!

Una frase para recordar: "Un lugar clave es aquel en el que convergen lo que me gusta con lo que hago especialmente bien" (K. Robinson). Y una pregunta para reflexionar: ¿Qué me gusta, qué me entusiasma, qué me apasiona, qué es lo que realmente hace que me levante cada mañana para seguir... viviendo?

H-alma con hache de heroísmo

    Hablo de ese heroísmo discreto que anuncia Vargas Llosa en su última novela. Creo que la discreción en este tema es fundamental, pues como Nick Nolte ya nos recordaba, en su papel de Sócrates, "Un guerrero actúa mientras que un tonto sobreactúa".7 Valentía para llevar a cabo, para ejercer y practicar, las 6 haches anteriores: honestidad, humildad, hechos, humor, habilidad y vehemencia/pasión; en tiempos de miedos y angustias. Coraje para desaprender y cambiar, para innovar y crear, en tiempos de mediocridad y conformismo. Valor para pensar y reflexionar, para intentar y errar; en tiempos de incertidumbres y desconfianzas. Atrevimiento para salir de la rutina y de la zona de comodidad. Y entereza para asumir nuestras emociones y las consecuencias de nuestros hechos. Y, desde luego, fortaleza para pagar el precio que sea necesario a la hora de ejercer libertades y derechos, vocaciones y pasiones, coherencias y bondades.

Una frase para recordar: "Dios, dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar; valor para cambiar las cosas que puedo; y sabiduría para conocer la diferencia". (R. Niebuhr). Y una pregunta para reflexionar: ¿Qué voy a hacer, en cuanto acabe de leer este escrito, para vencer mis miedos como profesional, como familiar, como ciudadano?

Con todo el agradecimiento a una profesión, la enfermería, con la que estoy colaborando y aprendiendo desde hace más de treinta años, y sin la cual no hubiera sido capaz de cuidar, acompañar y ayudar a sanar a mis "clientes" (internos, externos y domésticos) con h-alma. Y sigo aprendiendo.
 

Bibliografía-Filmografía

1. Bimbela, J. L. ¿Me quieres? Arch Memoria [en línea]. 2012 [Consultado 15 de enero de 2014]; (9 fasc. 3). Disponible en <https://www.indexf.com/memoria/9/9300.php>.

2. Bimbela, J. L. Misterios de gozo. Arch Memoria [en línea]. 2013 [Consultado 15 de enero de 2014]; (10 fasc. 2). Disponible en <https://www.indexf.com/memoria/10/10100.php>.

3. Bimbela, J. L. Yo decido. La tecnología con alma. Desclée de Brouwer, Bilbao: 2014.

4. Robinson, K. El Elemento. Debolsillo, Barcelona: 2012.

5. Coyle, Dan. Las claves del talento. Planeta, Barcelona: 2009.

6. Samsó, Raimon. Dinero feliz. Obelisco, Barcelona: 2013.

7. Salva, Victor. El guerrero pacífico. Lions Gate Films, Estados Unidos-Alemania: 2006.

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