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Revista INDEX DE ENFERMERIA (Edici�n digital) ISSN: 1699-5988

 

 

 

EDITORIAL

  

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Cuidado Invisible: donde los medicamentos no llegan

Isabel Huércanos Esparza
Licenciada en Enfermería, Universidad de Brighton, Reino Unido. Doctoranda por la Universidad de Zaragoza, España

Index de Enfermería [Index Enferm] 2013; 22(1-2): 5-6

 

 

 

 

 

 

 

Cómo citar este documento

 

 

Huércanos Esparza, Isabel. Cuidado Invisible: donde los medicamentos no llegan. Index de Enfermería [Index Enferm] (edición digital) 2013; 22(1-2). Disponible en <https://www.index-f.com/index-enfermeria/v22n1-2/0506.php> Consultado el

 

 

 

    En marzo del pasado año tuvo lugar en Zaragoza el Forandalus 2012 (VI Reunión Internacional de Investigación en Enfermería y I Reunión del Grupo de Investigación Aurora Mas), bajo el lema "El cuidado: una cuestión de identidad", en la que una de las principales líneas que se abordaron fue el Cuidado Invisible. Para muchos resultará ésta una expresión desconocida, pues ha sido un tema poco estudiado en nuestro contexto, no así en Latinoamérica, donde vienen investigando al respecto hace más de una década bajo el término Cuidado Humanizado. A pesar de ser un término poco difundido, todos podríamos identificar rápidamente situaciones cotidianas en nuestro entorno de trabajo en las que se precisa que dejemos a un lado el ajetreo habitual, la atención estandarizada, y nos detengamos para atender a personas que atraviesan un episodio de enfermedad que para nosotros puede ser común, pero supone una situación crítica para el paciente y su familia. ¿Cuántas situaciones de aprensión, inquietud, ansiedad o bloqueo nos encontramos habitualmente en los pacientes debidas a problemas de salud que desmoronan sus planes, su hasta entonces forma de vida y la sensación de seguridad que tenían? ¿Cuánto dificultan estos sentimientos una recuperación del bienestar y la salud de las personas? ¿En qué medida el cuidado de enfermería integral favorece o facilita dicha recuperación? ¿Y cuáles son esos cuidados?
    Son múltiples las definiciones que conciben el cuidado como un proceso más allá de las meras técnicas y acciones dirigidas a la resolución física de la patología. En esta línea se enmarca la definición de Cuidado Invisible (CI), entendiéndolo como un conjunto de intervenciones fruto de la observación atenta, la empatía, el conocimiento y la experiencia, que llevan a las enfermeras a la elaboración de juicios profesionales y éticos deliberados, altamente centrados en las necesidades de cada paciente. Dichas intervenciones a menudo no son registradas ni valoradas institucionalmente, sin embargo, ocupan tiempo de trabajo y tienen un impacto positivo en el bienestar, autonomía y seguridad de las personas, que debería ser considerado. Se trata de acciones como dar una tila, acomodar una almohada, cuidar la intimidad y el confort, mostrar disponibilidad, acompañamiento, presencia cuidadora, etc. O acciones que son consideradas "más profesionales" que las anteriores, pero que no se reflejan en ningún lugar, con lo que los propios profesionales las hacemos invisibles (actividades de drenaje emocional, asesoría de salud, capacitación para el autocuidado).
1
    Este fenómeno se enmarca dentro de lo que se ha denominado Investigación Aplicada a los Cuidados (IAC), que ha sido definida como un proceso de generación de conocimiento basado en metodología científica, cuyo objetivo es la mejora o conservación de la salud de las personas, desde el respeto a su manera de sentir y de vivir, teniendo en cuenta su participación efectiva.2 Esta vertiente investigadora, con enfoque fundamentalmente humanístico, surge de las limitaciones que la vertiente hegemónica actual, biomédica-tecnológica, nos presenta a la hora de abordar temas de investigación cuyo eje central es la persona y no la enfermedad. La metodología exclusivamente cuantitativa que presenta una visión fraccionada del sujeto y que persigue objetivar la acción cuidadora, resulta escasa e insuficiente a la hora de profundizar en fenómenos como el CI, el cual está fuertemente condicionado por las circunstancias históricas, educacionales, institucionales y sociales de la disciplina y de cada uno de los profesionales, así como por las circunstancias de las personas a las que cuidan.
    Los tres conceptos básicos de la IAC que nos están ayudando a explorar el CI son:
2
    a) Sujeto: alude a la persona en su contexto. La IAC trata de no perder la perspectiva del sujeto reconociéndole un papel activo y visible.
    b) Objeto: es el cuidado de la salud. El propósito de la IAC, como hemos comentado, es obtener conocimiento que contribuya a mejorar el estado de salud de las personas. El fin último de la investigación en Cuidados Invisibles es dar entidad y reconocimiento a una dimensión de la labor enfermera que estamos convencidos que contribuye significativamente al bienestar de las personas (sanas o enfermas); tratando de evitar que se convierta en una dimensión relegada a la "buena voluntad" o ética de las enfermeras debido a las barreras existentes en la actualidad, como son el predominio de la medicalización y tecnificación de la atención y por tanto del cuidado, el consecuente enfoque de la formación pre y postgrado en esa línea, etc.
    c) Saber: es la Enfermería. Ciencia aplicada que enriquece sus conocimientos a través de la investigación.
    Lamentablemente, encontramos con cierta frecuencia que las condiciones laborales precarias, la inexperiencia, la inseguridad o la desmotivación nos llevan a centrarnos en tareas más técnicas y tecnológicas, aquellas que se nos demandan desde la gestión, que nos proporcionan mayor reconocimiento general y que no requieren un sobreesfuerzo.
    Algunos autores achacan este hecho a una situación de crisis de identidad de la profesión enfermera; informes como el realizado por Hernández Yánez,
3 refieren que la Enfermería debe asegurarse un futuro de "renovado crecimiento profesional". Para ello, el autor considera que la disciplina debe enfrentar sus dos almas, por un lado, la que considera que debe explorar territorios profesionales nuevos (hasta ahora propiedad de la Medicina) y por otro lado, la que considera, curiosamente, propia de la élites enfermeras (intelectuales, sindicales y colegiales), cuyo objetivo es mantenerse fiel a la identidad tradicional del cuidado como eje de la profesión. El autor propone que la Enfermería abandone la centralidad del cuidado como humanista, afectivo, intuitivo, por ser éste el origen de la falta de motivación, reconocimiento y del deterioro de la imagen social de la profesión. Sin embargo, los usuarios lo que más valoran es el trato humano, la empatía, la comunicación y relación basada en la confianza.4 No deberíamos obviar este hecho y resignarnos a buscar otros caminos que nos den más prestigio, más aún cuando el objeto de la Enfermería es el mantenimiento de la calidad de vida relacionada con la salud a través de la excelencia en la atención, excelencia que sólo puede ser evaluada por el cliente.
    En este sentido, la IAC también nos aporta una perspectiva esperanzadora proponiendo desplazar el laboratorio de investigación al escenario de lo cotidiano, evitando dejarnos llevar por la visión positivista y economicista, cada vez más legitimada, de la investigación en salud, donde actualmente se pone el énfasis en la generación de conocimiento patentable.
2,5 ¿Pero podría pensarse que la inclinación de buena parte de los profesionales enfermeros hacia intervenciones de carácter más técnico puede deberse a que no comparten o no se identifican con la visión del cuidado humanizado como esencial en la atención enfermera? Al contrario, varios estudios acerca de las expectativas de las enfermeras ponen de manifiesto que lo que más les satisface en el ámbito laboral son la competencia profesional (que no sólo técnica), las relaciones interpersonales con los pacientes6 y demostrar sus habilidades creativas en el trabajo.
    Mucho se ha estudiado sobre las causas de insatisfacción laboral en la profesión enfermera, y evidentemente la falta de reconocimiento es una de ellas, pero no la única. Según un informe de la Universidad de Alicante los principales estresores para las enfermeras son: la falta de tiempo, la sobrecarga de trabajo, tener que realizar tareas que no son de su competencia y la falta de apoyo de los superiores.
7,8 También las relaciones altamente jerarquizadas a las que se ha visto sometida la Enfermería tienen mucho que ver con la insatisfacción laboral, no obstante, asumir nuevos retos competenciales no nos garantiza nuevos nichos de poder, pues al aceptar un rol más especializado y técnico corremos el riesgo de que se nos asignen funciones y tareas que la Medicina no quiera.
    El trabajo del filosofo francés Michael Foucault está empezando a ser utilizado por las enfermeras en nuestro contexto para sustentar estudios que problematizan lo cotidiano. Foucault plantea la necesidad de poner nuestro punto de mira en los gestos que se dan en el día a día sin aparente importancia, para una construcción de conocimiento desde una perspectiva crítica en la que se analicen la disciplina y las redes de relaciones de poder/saber que se establecen en la interacción entre las personas.
5,9 Como exponen Amezcua y Hernández Zambrano, la práctica cotidiana enfermera es una fuente inagotable de experiencias que posibilita el desarrollo de una investigación acorde a la realidad del espacio donde se ejerce el cuidado;9 un espacio en el que aparentemente no sucede nada pero donde en realidad ocurre todo: la salud, la enfermedad, el padecimiento, la necesidad, la relación terapéutica, el cuidado, la cultura, etc.5
    Merece la pena averiguar, a través de la IAC, si el sentido original de los cuidados cotidianos e invisibles debe ser recuperado y conservado en beneficio de la profesión y fundamentalmente de los pacientes y sus familias. Aunque nos encontramos en un momento crucial, no deberíamos renunciar a uno u otro camino (vertiente humanística del cuidado-vertiente técnica) para obtener reconocimiento profesional y social.
10 Si los pacientes y profesionales coincidimos en que el cuidado humano, integral, hasta ahora más invisible, es fundamental, deberíamos aprovechar que han desaparecido las barreras académicas que hasta hace bien poco habían impedido a la Enfermería acceder a la investigación. Investigar acerca de los cuidados, su relevancia, singularidad y repercusión en las personas, nos ayudará a definir nuestro papel y nos dará argumentos para debatir en los espacios de toma de decisiones. Estamos en el buen camino gracias a pioneras investigaciones como las de Aiken,11 Voogdt-Pruis12 o Martín,13 pero resulta primordial continuar exponiendo el impacto de los cuidados en indicadores de calidad de vida, estancia hospitalaria, infecciones, morbilidad y mortalidad y satisfacción con la calidad de la atención.
    Para terminar, una reflexión de una paciente que espero que anime a las enfermeras a recuperar y visibilizar el cuidado que nos identifica y diferencia: "La humanidad, la amabilidad, el cariño, la delicadeza, la empatía, llegan donde no llegan los medicamentos".

Bibliografía

1. Huércanos Esparza, Isabel. El cuidado invisible: una dimensión de la profesión enfermera. Biblioteca Lascasas 2010; 6(1). Disponible en https://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0510.pdf [acceso: 14/06/2012].
2. Amezcua, Manuel. Investigación Aplicada en Cuidados de Salud. Index de Enfermería 2010; 19(4): 237-9.
3. Hernández Yánez, Juan F. La enfermería frente al espejo: mitos y realidades. Fundación Alternativas; 2010. Disponible en https://www.falternativas.org/laboratory/documentos/documentos-de-trabajo/la-enfermeria-frente-al-espejo-mitos-y-realidades [acceso: 10/06/2012].
4. Bonill de las Nieves, Candela. La importancia de las habilidades comunicativas en la humanización de los cuidados. Index de Enfermería 2008; 17(1): 74-75.
5. Amezcua, Manuel. Foucault y las enfermeras: pulsando el poder en lo cotidiano. Index de Enfermería 2009; 18(2): 77-9.
6. Del Río Moro O, Perezagua García MC, Villalta Sevilla MT y Sánchez Donaire A. Satisfacción personal de enfermería ¿Se cumplen nuestras expectativas? 4º Congreso Virtual de Cardiología. Federación Argentina de Cardiología. 30 noviembre de 2005. Disponible en https://www.fac.org.ar/ccvc/llave/tl014/tl014.pdf [acceso: 20/012013].
7. Ribera D, Cartagena de la Peña E, Reig Ferrer A, Romá Ferri MT, Sans Quintero I, Caruana Vañó A. Estrés laboral y salud en profesionales de enfermería. Alicante: Secretariado de publicaciones, Universidad de Alicante, 1993.
8. Huércanos Esparza, Isabel; Orkaizagirre Gómara, Aintzane; Ferrer Arnedo, Carmen; Germán Bes, Concha; Hueso, Fabiola; Marín, Lara. Cuidados Invisibles vs. Gestión de Calidad (simposio). Conferencia del Consejo Internacional de Enfermería y CRN. Malta, 2-8 de mayo de 2011 (en prensa).
9. Amezcua, Manuel; Hernández Zambrano, Sandra Milena. Investigación sobre el Cotidiano del Sujeto: oportunidades para una ciencia aplicada. Texto Contexto Enferm, 2012 Jul-Set; 21(3): 675-83.
10. De la Rosa Eduardo, Rosanna; Zamora Monge, Gerardo. Cuidados invisibles: ¿son suficientemente reconocidos? Index de Enfermería 2012; 21(4): 219-223.
11. Aiken L, Clarke SP, Sloane DM, Lake ET, Cheney T. Effects of hospital care environment on patient mortality and nurse outcomes. Journal of Nursing Administration 2008; 38(5): 223-229.
12. Voogdt-Pruis HR, Beusmans GH, Gorgels AP, et al. Effectiveness of nurse-delivered cardiovascular risk management in primary care: a randomised trial. Br J Gen Pract 2010; 60: 40-6.
13. Martín Martínez, Mª Auxiliadora; Carmona Alférez, Rocío; Escortell Mayor, Esperanza; Rico Blázquez, Milagros; Sarría Santamera, Antonio. Factores asociados a reingresos hospitalarios en pacientes de edad avanzada. Aten Primaria 2011; 43: 117-24.

 

 

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