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Revista INDEX DE ENFERMERIA (Edici�n digital) ISSN: 1699-5988

 

 

 

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Compartir las malas noticias

Paloma Calero Martín de Villodres
DUE. Fundación Index. Granada, España

Index de Enfermería [Index Enferm] 2011; 20(1-2): 130

 

 

 

 

 

 

 

Cómo citar este documento

 

 

Enfermería. Index de Enfermería [Index Enferm] (edición digital) 2011; 20(1-2). Disponible en <https://www.index-f.com/index-enfermeria/v20n1-2/130130.php> Consultado el

 

 

 

Sr. Director. Es difícil encontrar una definición que refleje todas las situaciones que puedan implicar dar una mala noticia a una persona. Ocasionalmente, los profesionales de la salud tendemos a dar importancia a lo que es importante para nosotros y no dársela a lo que consideramos trivial, pero quien debe decidir si es o no una mala noticia debe ser la persona a la que afecta esa información. Lamentablemente esta evidencia es frecuentemente olvidada en nuestra práctica. En los últimos años la transmisión de esta información ha ido evolucionando desde una actitud paternalista a una relación basada en el consentimiento informado, que recoge nuestra Ley General de Sanidad.
    El hecho de dar malas noticias a un paciente va ligado a una de las funciones más difíciles que tiene el personal sanitario en la actualidad. El médico es, habitualmente, quien aporta un porcentaje más elevado a la hora de decidir cómo, cuándo y cuál es el mejor momento para decirlo; mucha bibliografía y expertos opinan que es cierto, ya que él es el primero en saber su diagnóstico y en estar capacitado para aventurar un pronóstico.
    Por otro lado, todo individuo desarrolla sus propios mecanismos para enfrentarse a sus desgracias, con miedos que se manifiestan en comportamientos muchas veces difíciles de llevar, no solo por el propio paciente que observa como mero espectador como su vida se le escapa de las manos, sino también a sus familiares, que ven como van perdiendo a su ser querido sin poder hacer nada para impedirlo.
    Tengo la percepción de que en algunos momentos el papel de las enfermeras es olvidado. Pienso que el personal de enfermería está al lado del paciente durante todo su proceso de aceptación, educando, concienciando, explicando muchas veces la situación, intentando dar respuestas o simplemente sirviéndole de apoyo.
    Soy enfermera y he trabajado en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de San Rafael en Granada, donde las malas noticias se intentan dar entre todos, no concibo que todavía exista personal sanitario que opine que dar malas noticias es solamente una cuestión médica. Nunca querré asumir el papel que en la mayoría de veces se encuentran estos profesionales cuando tienen que decir este tipo de desventuras, pero si me gustaría que se nos tomara en cuenta, que se aceptara que formamos una parte importante de toda la adaptación del paciente y su familia ante la nueva y futura situación.
    Dicen que en la Facultad de Medicina no se enseña a dar malas noticias, una cuestión que se me plantea es ¿quién enseña a las enfermeras a afrontarlas en el diario del paciente? Durante los tres años que pasé en la Universidad me hablaron del equipo multidisciplinar, pero después de trabajar en muchos otras unidades del Servicio Andaluz de Salud donde las malas noticias eran parte del día a día, ¿qué posición adoptamos el personal de enfermería? En muchas ocasiones, no estamos presentes en un hecho tan importante que marcará al paciente en todo el afrontamiento de la enfermedad; no cabe duda que muchos son los profesionales que se apoyan en la enfermera para mostrar una visión más cercana y humana a cuestiones tan delicadas como es decirle a un paciente: "te estas muriendo" o "no se puede hacer nada más", o aquellas que no siendo tan dramáticas, como es el caso de las enfermedades crónicas, obligan a la persona a cambiar determinados aspectos cotidianos de su vida, catalogándolos como enfermos.
    El paciente, cada vez más, necesita hablar y ser escuchado, al médico algunos lo consideran un ser divino, omnipotente, a un ser así cuesta expresarle los sentimientos.
    Decimos que estamos evolucionando, progresando, pero horroriza observar como por error de algunas personas que se hacen llamar profesionales, damos marcha atrás retrocediendo en nuestra historia como profesionales de la salud pertenecientes a un equipo multidisciplinar, donde los cuidados de calidad son el objetivo del mantenimiento y el equilibrio de toda la esfera biopsicosocial del individuo.

 

 

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