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BIBLIOTECA DE ACTUALIDAD COMENTADA

Hablando con los hijos de Caín

Un sol maligno, SIDA
Enzo Biagi
Omnibus Mondadori, Milán. Mondarori España, SA
Madrid, 1988, 214 págs.

Autor del comentario: M.P. Salido Moreno
Index de Enfermería [Index Enferm] 1999; 26: 52

En 1348 en la egregia ciudad de Florencia tres mozos y siete doncellas huyen al campo para evitar ser víctimas de la Peste Negra, que allá por donde pasa deja muerte y desesperación. Desde entonces muchas  epidemias han asolado nuestros pueblos (sífilis, cólera, malaria). Ahora, a las puertas del próximo milenio la sombra de una nueva enfermedad, el Sida, amenaza nuestra civilización. Muchos han coincidido en llamarla la "Peste del 2000" y, como aquella otra, a quien lleva su sello se le repudia y aísla. Como la peste, ha devuelto al hombre el miedo inconsciente y colectivo, el pavor de la peste de Camus, porque el Sida también lleva la marca de la muerte y del mal, y los señalados son los Hijos de Caín, los apestados.
     Enzo Biagi escribe este libro al principio de la epidemia, cuando peste y Sida caminaban cogidos de la mano. El autor elige la entrevista y la narración para dar forma al horror de su viaje. Habla con los enfermos del Sida, hombres y mujeres, ADPV, homosexuales, prostitutas, heterosexuales, bisexuales, hemofílicos, etc, también con los médicos que tratan a los enfermos, sus madres y sus amigos. La narración aparece en el texto cuando describe las andanzas y aventuras del virus.
     Julio, Rita, Sergio, Clara, Salvador, Mónica, Carlos, son los nombres anónimos de la muerte anticipada, pobres que luchan o se dejan ir sin esperanza. Rock Hudsom, Michael Bennet (el Rey de Broadway), Rudolf Nureyev (el Divo del Ballet), Perry Ellis son las víctimas públicas de la enfermedad. Y parece decirnos el Sida: no distingo entre grandes y pequeños.
     El texto de Enzo Biagi, desarrollado en cinco capítulos, refleja el desconcierto de nuestra sociedad ante la aparición de una enfermedad  asociada a conductas y personas marcadas por males sociales (sexo, droga, prostitución). Efectivamente, como puede apreciarse en algunos de los títulos de sus capítulos, él es observador de una realidad que describe sin esconder su miedo: Las puertas cerradas, Como un sol maligno, Viaje por el horror, La última interpretación. Esto es precisamente lo que hace del libro un material muy interesante desde el punto de vista social, científico y humano, la descripción fresca y espontánea de la vivencia de los distintos actores del Sida. Los protagonistas, personas vivas entrevistadas por Enzo Biagi, nos hablan del dolor, del prematuro final de sus vidas, del aislamiento social, de la esperanza y la tristeza, de la terrible marca del Sida. Al tiempo, nos cuenta el rechazo social que sufren los enfermos, el horror de su último viaje, lleno de obstáculos y puertas cerradas.
     Al recapacitar sobre el libro desde nuestra perspectiva actual, me doy cuenta del calvario pasado aquellos primeros enfermos de Sida, el miedo que debieron sufrir al conocer la noticia de su mal, las preguntas sin respuestas que debieron hacerse. No hay duda, en aquellos momentos pudimos ver la reacción desmedida de nuestra sociedad, lo malo y lo peor del hombre. Por suerte, cuando la desesperación alcanza su máximo nivel, surge la luz y la esperanza, la humanidad de la que Dominique Lapierre nos habla en Más grandes que el amor, que nos devuelve al ser humano que ha superado el miedo al horror.
     Recomiendo la lectura de Un sol maligno, Sida,  por que es un documento social y humano de primera mano, escrito cuando todo comenzó, en la cabecera de la cama, dentro de la realidad del momento. Es un viaje al "pasado".

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