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EDITORIALES

Lactancia Artificial. La punta del iceberg

Silvia Martín
Vicepresidenta de "Vía Láctea", Grupo de apoyo a la Lactancia Materna, Aragón

Index de Enfermería [Index Enferm] 1998; 22: 8-9

Cómo citar este documento

     La leche Materna  es el mejor y más nutritivo de los alimentos. Contiene casi tantas células como la misma sangre. Los descubrimientos científicos acerca de su composición y propiedades no hacen sino avalar este recurso fundamental para la vida, como el primer y más completo alimento que la humanidad produce de forma natural desde hace millones de años. Entonces...
     ¿Qué factores influyen para que una madre decida entre su propio pecho y el biberón a la hora de alimentar a su hijo recién nacido?. ¿Qué factores mueven a un profesional de la salud mientras decide apoyar sin reservas la lactancia materna, para aconsejar ante la primera dificultad, una marca de leche determinada?
     En la aparente intrascendencia que supone tomar una decisión u otra, está la punta del iceberg: un gran negocio con fuertes intereses en juego por parte de la industria, que dedica muchas horas de trabajo a sus clientes para conseguir así grandes beneficios económicos. Sólo en España, si las madres prolongaran una semana más la lactancia materna, las industrias de alimentos infantiles perderían alrededor de 800 millones de pesetas.
     Así pues, "manos a la obra" (Informe mundial sobre el Código: "Violando las Reglas, eludiendo las Reglas", IBFAN 1998):
     -Promociones y Concursos ofreciendo todo tipo de regalos -sillitas, lotes de juguetes y de alimentos infantiles, pijamas, botitas, mochilas, medallas de plata- se suceden en los anuncios a través de los medios de comunicación.
     -Muestras gratuitas a las madres: de leches de fórmula, de infusiones, de papillas...
     -Carísimos materiales "informativos" de bonitos colores, así como calendarios, relojes y autoadhesivos con las marcas de los productos bien visibles, abundan en las instituciones de salud.
     -Teléfonos de "información  nutricional" y mensajes que, sobre todo, proporcionan "tranquilidad":  "al lado de la mamá desde el primer día" o "en un mundo en el que todavía te pierdes, estamos para ayudarte".     -También los regalos a los agentes de salud -portaplumas, calendarios, abrecartas, objetos decorativos..., con la marca del producto, son utilizados por la industria como incentivo para promocionar sus artículos (la presentación de dichos objetos en las instituciones de salud, puede suponer que existe un respaldo a los mismos por parte de los profesionales. Además, hay regalos que van destinados a ser pasados a las madres. Un regalo crea una relación entre el donante y el beneficiario, que se siente con cierta  obligación de corresponder).
     De este modo, el padre y la madre, recién estrenados en su papel, tienen que tamizar mitos, desinformación y mensajes confusos o ambivalentes  respecto a la lactancia. La intensa promoción y publicidad de fórmulas infantiles muchas veces determina una única versión sobre el tema, induciéndoles a su consumo y haciéndoles creer que eligen lo mejor para su bebé y para ellos mismos.
     Por si fuera poco, hay otro marco que garantiza todas las facilidades para su exposición y venta, como son los establecimientos farmacéuticos, los pequeños comercios y las grandes superficies, que ofrecen llamativos expositores y continuas ofertas y descuentos sin ningún control.
     Pero realmente ¿no hay ningún control?. En los años 70, la OMS y UNICEF, junto con otras organizaciones de carácter social fueron los artífices de acciones que, en los años siguientes, marcarían la protección de la lactancia materna en la agenda mundial (Declaración conjunta OMS/ UNICEF: "Alimentación del lactante y el niño pequeño", 1979). Después de reiteradas advertencias en la 34ª Asamblea Mundial de la Salud sobre el descenso generalizado de la lactancia materna en muchas partes del mundo, y en un intento posterior de controlar las prácticas inadecuadas de comercialización de alimentos infantiles, se aprueba en 1981 un proyecto definitivo elaborado por las partes interesadas: representantes de los gobiernos, instituciones, profesionales de la salud, representantes de la industria, y de UNICEF, IBFAN (Coordinadora Internacional Pro-alimentación Infantil) e IOCU (Organización Internacional de Consumidores y Usuarios).
     Así, el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, es aprobado por una mayoría aplastante. Es un texto jurídico que equilibra  la balanza y protege los derechos de las madres a amamantar. El Código obliga moralmente a los profesionales de la salud, a los fabricantes y a los gobiernos y afecta a los preparados para lactantes y a los de continuación, así como a todos los productos que se recomiendan para niños menores de seis meses (zumos, papillas, infusiones...) y a los biberones y tetinas, prohibiendo la publicidad y las muestras gratuitas de todos estos productos.
     Desde entonces, los gobiernos de cada país han ido adaptando dicho texto a su legislación. En Europa, la última reglamentación adaptada al Código es la Directiva 96/4/CE. En España, las últimas reglamentaciones que han recogido parcialmente las recomendaciones de la OMS, datan de 1992 (RD1408/1992), 1996 (RD46/1996) y la más reciente, el RD72/1998 del 23 de enero.
     En estos últimos años se ha notado cierta presión social que ha llevado al resurgir de la lactancia materna, mientras que las ventas de leche de fórmula experimentan un ligero descenso. La respuesta de los fabricantes no se ha hecho esperar. Las actuales estrategias van siempre un paso delante de los responsables de la política:
     Primero fueron las leches de inicio, luego la de seguimiento, antialérgica, antirregurgitación, para la lactancia mixta, de crecimiento... y ahora, leche para madres, con mensajes tan escandalosos: "Aumenta la producción de leche materna".
     El último informe sobre el cumplimiento del Código de la OMS, así lo apunta: las Compañías no sólo violan las reglas, sino que también las eluden, para volver a incumplir nuevamente las recomendaciones internacionales y las de su propio país. Porque la industria, aún cuando niega, por ejemplo, la existencia de muestras gratuitas en los Centros de Salud- "No nos consta" viene a decir un alto directivo de una importante compañía-, puede opinar con absoluta impunidad: "En todo caso, tendrá que ser el gobierno quién lo haga cumplir" (EL PAIS, 13 de Mayo de 1994). Y lo peor es que tiene razón.
     Y si la legislación existe, ¿qué papel juegan las autoridades sanitarias y los agentes sociales?. Porque en realidad, toda la sociedad es responsable de ejercer esta protección sin reservas, a la lactancia materna:
     -Cuando los gobiernos no sólo legislen los límites de la promoción sino también su cumplimiento,
     -Cuando los agentes de salud nieguen la entrada de publicidad y de regalos en sus hospitales y consultas, dejando de ser así agentes de ventas,
     -Cuando los medios de comunicación conozcan y apliquen también la legislación sobre publicidad de sucedáneos,
     -Cuando las asociaciones de consumidores y grupos de apoyo ejerzan mecanismos de respuesta rápida ante actitudes que interfieran en la lactancia materna...
     Entonces, el objetivo no será el beneficio económico, sino, como persigue la OMS y UNICEF para el año 2000, la cultura de la lactancia materna.
     Entonces veremos con naturalidad que las mujeres amamanten a sus hijos e hijas en los parques, en los lugares de trabajos, en los centros comerciales, en los aeropuertos.  Ese sería el mejor anuncio publicitario de un producto gratuito, disponible en todo momento; un producto que nadie comercializa, pero que curiosamente es inimitable: la leche materna. 

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