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EVIDENTIA: ISSN 1697-638X 2017 v.14 e1401

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Enfermera de práctica avanzada para la asistencia finalista en urgencias hospitalarias

Carolina Salas Rodríguez,1 Sergio R. López Alonso1,2
(1) Centro Universitario de Enfermería San Juan de Dios. Universidad de Sevilla. Sevilla, España. (2) Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias. Distrito Sanitario Málaga. Málaga, España

Evidentia 2017; vol. 14

 

 

 

Cómo citar este documento

Salas Rodríguez, Carolina; López Alonso, Sergio R. Enfermera de práctica avanzada para la asistencia finalista en urgencias hospitalarias. Evidentia. 2017; vol. 14. Disponible en: <https://www.index-f.com/evidentia/v14/e1401.php> Consultado el

 

 

 

 

 

 

Actualmente las demandas de asistencia sanitaria por parte de la población han cambiado y aumentado, destacando la atención en urgencias, lo que requiere nuevos ajustes en el Sistema Sanitario para responder a esta situación.1 Entre estos ajustes, se puede nombrar la creación de la Enfermera de Práctica Avanzada (EPA) en urgencias. Son numerosos los países en los que, a pesar de las barreras encontradas, ha demostrado ser una solución eficiente en tiempos donde contrasta el incremento de la demanda frente a la escasez de recursos y servicios,2 dada su capacidad para atender a un amplio abanico de problemas de salud de forma segura y efectiva.3,4

El crecimiento del número de asistencias en los servicios de urgencias ha sido una constante desde hace 30 años.5 Esta situación puede verse agravada cuando la capacidad de respuesta de Atención Primaria y Especializada ven mermados sus recursos, como sucede hoy en día, con el consiguiente incremento de sus listas de espera.5 A su vez, la falta de médicos es un hecho patente y actual, sin solución inmediata, que ha superado las predicciones del estudio realizado por el Ministerio de Sanidad en el año 2011,6 especialmente para los médicos de familia que ocupan puestos en Atención Primaria y muchos de los existentes en Urgencias hospitalarias y extrahospitalarias,7 dada la ausencia de esta última especialidad.  

Para hacer frente a dicho crecimiento asistencial en urgencias, en la literatura se encuentran distintas estrategias, como son la coordinación socio-sanitaria dado el envejecimiento de la población atendida, el copago sanitario para demandas no urgente tras un triaje adecuado y la mejora de los flujos de pacientes desde y hacia urgencias en el ámbito de la mesogestión.5  

Otros países, como pueden ser Australia, Estados Unidos o Reino Unido con similares contextos de aumento de la demanda asistencial y reducción de efectivos médicos, han optado, además, por crear el rol de la EPA en distintas especialidades médicas, dando respuesta simultáneamente a ambos condicionantes. En este sentido, esta enfermera ha demostrado que es competente para proporcionar una atención finalista, sin necesidad del médico, prestando una asistencia segura y rápida a los pacientes, a la vez que plantea una oportunidad de desarrollo profesional y personal.8,9

Concretamente en el área de urgencias hospitalarias, la EPA es una figura estratégica en el triaje hospitalario y la coordinación de la sala de urgencias,10 influyendo en los tiempos de atención y de administración de tratamientos.8 Igualmente, ha demostrado competencias para la atención finalista y autónoma de exacerbaciones agudas y de otras patologías, en principio leves, pero que han ido ampliándose a más severas como pueden ser: dolor precordial, disnea, dolor abdominal y lesiones del aparato locomotor, entre otros.9,11 Esta enfermera goza de una posición ideal para llevar a cabo una práctica clínica basada en evidencias.12,13

De este modo, la EPA está contribuyendo a la mejora asistencial en distintos aspectos entre los que se puede destacar la disminución del tiempo de espera en las salas de urgencias,14 priorización de la asistencia, mejora de los recursos disponibles y descenso tanto de la estancia hospitalaria como la tasa de reingresos, lo cual repercute directamente en la reducción del gasto sanitario.12 Asimismo, han logrado una alta satisfacción y han reducido la hiperfrecuentación de pacientes.8,14

En España, este impacto positivo de la EPA en tantos aspectos de la atención urgente hospitalaria contrasta con el escaso desarrollo formal, en relación a la falta de regulación actual y de consenso sobre sus competencias y formación.2,15,16 En este sentido, las barreras para su implantación son múltiples como son las de tipo conceptual, reguladora, organizacional, formativa y competencial.17 Del mismo modo, estas barreras son variables entre Comunidades Autónomas, pudiendo repercutir en el precario interés y lentitud del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para dotar de un marco legal que ampare sus actuaciones. Por último, no puede olvidarse que esta corriente de la EPA coincide con la creación de las especialidades enfermeras en España, lo cual está ocasionando también dificultades a la hora de diferenciar las ocupaciones y el impacto en el ámbito de la gestión y planificación.17

A modo de conclusión, se podría afirmar que dado el contexto socioeconómico y profesional venidero, es prioritaria y necesaria la implantación de la EPA en consultas finalistas de urgencias hospitalarias, más allá del triaje, que permita agilizar y dar respuesta de manera eficiente las demandas de asistencia urgente, sin mermar la seguridad, tal como ha demostrado en las urgencias extrahospitalarias para determinados grupos patológicos.18,19 No obstante y para ello, el impulso de las administraciones sanitarias y la coordinación interterritorial se torna fundamental para una implantación efectiva y extensiva, que diversifique la provisión de la atención y limite el cuello de botella al que están sometidos los pacientes, resultando en tiempos de espera que conllevan riesgos y consecuencias adversas que pueden ser evitables.
 

Bibliografía

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7. Confederación estatal de Sindicatos Médicos. La falta de médicos preocupa a profesionales y ciudadanos. 23 septiembre de 2017.
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