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EVIDENTIA: ISSN 1697-638X 2016 n53 ev10202e

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Influencias en la elección del tipo de parto: perspectiva de las mujeres embarazadas

Eveline Franco da Silva,1 Simoni Dias,2 Elisiane Lorenzini3
(1) Enfermeira. Especialista em Enfermagem Obstétrica. Especialista em Saúde Pública com Ênfase em Saúde da Família. Mestra em Enfermagem pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS). Membro do Grupo de Estudos da Mulher e do Bebê (GEMBE/UFRGS). Docente do Curso de Enfermagem da Faculdade da Serra Gaúcha. FSG/Caxias do Sul, RS-Brasil. (2) Enfermeira assistencial do Hospital Pompéia (Caxias do Sul, RS-Brasil. Graduada pela Faculdade Nossa Senhora de Fátima. FÁTIMA/Caxias do Sul, RS-Brasil. (3) Enfermeira especialista em Gerenciamento em Enfermagem. Mestre em Ciências da Saúde pela Fundação Universitária de Cardiologia do Rio Grande do Sul (IC/FUC-RS). Doutoranda em Enfermagem pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul. UFRGS/Porto Alegre, RS-Brasil

Manuscrito recibido el 3.1.2015
Manuscrito aceptado el 28.4.2015

Evidentia 2016 ene-mar; 13(53)

 

 

 

Cómo citar este documento

Silva, Eveline Franco da; Dias, Simoni; Lorenzini, Elisiane. Influencias en la elección del tipo de parto: perspectiva de las mujeres embarazadas. Evidentia. 2016 ene-mar; 13(53). Disponible en: <https://www.index-f.com/evidentia/n53/ev10202e.php> Consultado el

 

 

 

Resumen

Objetivo principal: conocer las posibles influencias en la elección del tipo de parto, en la perspectiva de las mujeres embarazadas. Metodología: se trata de un estudio cualitativo descriptivo realizado en dos unidades básicas de salud en un municipio en el sur de Brasil. El estudio incluyó a 12 mujeres embarazadas. La recolección de datos ocurrió entre agosto y octubre de 2012. Se utilizó la técnica de análisis de contenido temático. Resultados principales: el análisis de los temas surgió: la recuperación del dolor y posparto; experiencias de parto; y profesionales de la salud. Conclusión principal: a la atención prenatal, en preparación para el parto tiene lagunas por cubrir por profesionales de la salud, para apoyar, responder preguntas y alentar un parto más natural, para el bienestar de la madre y el niño par.
Palabras clave: Parto/ Cesárea/ Mujeres embarazadas/ Salud de la mujer/ Enfermería obstétrica.

 

 

 

Introducción

    La elección por el parto normal (vaginal) o cesáreo (quirúrgico) consiste en un tema polémico planteado en la comunidad científica, en los medios de comunicación y en las redes sociales. El parto quirúrgico, indicado en situaciones de riesgo para las gestantes o el feto, en la actualidad es un procedimiento que en la mayoría de las veces es programado y sin identificación médica de riesgos.1

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la tasa ideal de partos cesáreos sea entre 10% y 15% del total de partos realizados en un servicio de salud. Sin embargo, Brasil ha presentado tasas de cesáreas superiores a las recomendadas, estando en la faja de los 35% en general y traspasando los 70% cuando se considera solamente el servicio de salud suplementario.2,3 Entre las Unidades Federativas brasileñas no existe ninguna que presente valores dentro de los parámetros deseables por la OMS. Datos extraídos de DATASUS indican que Amapá presenta la menor tasa proporcional de partos cesáreos (29,86%) en Brasil, mientras Rondonia es la Unidad Federativa con mayor proporción de cesarianas (64,07%) realizadas por el Sistema Único de Salud (SUS).4 Eso ha puesto a Brasil en posición de destaque en el panorama mundial, en lo que se refiere a la atención al parto y nacimiento.5

Con el trascurso del tiempo, la posibilidad de medicar el parto lo ha transformado en un parto con intervenciones. Actualmente, el parto normal se configura como el parto vaginal dirigido u orientado, en ambiente hospitalario, en el cual la tecnología médica presenta una necesidad de control, justificando el parto quirúrgico como un procedimiento seguro, indoloro, moderno e ideal para cualquier gestante, adaptándolo para que se insiera en la orientación general de la medicina occidental, que busca prevenir el dolor en la mujer.6

Frente a este problema, anclada en el discurso feminista sobre el derecho de la mujer a la elección por el tipo de parto, la atención obstétrica se arraiga en eso para justificar el pedido de la gestante para la realización del parto quirúrgico. Todavía, la ilusoria libertad de elección otorgada a la gestante está impregnada por la falta de informaciones adecuadas sobre los posibles riesgos que están presentes en los procedimientos relacionados al proceso del parto y nacimiento.7

El nacimiento es uno de los hechos más notables de la vida, en el cual se debe ofrecer un atendimiento humanizado. En esta perspectiva, fue instituido en 2002 el Programa de Humanización Pré-Natal (PHPN)8 y recientemente (2011) la estrategia Red Cigueña fue puesta en ejecución.9 Dichos refuerzos contribuyen para el estímulo al parto normal, una vez que sus beneficios son reconocidos en la literatura.7

Se destaca que la calidad del atendimiento a la salud en el periodo del embarazo es importante para el proceso decisorio en relación al tipo de parto, debiendo el profesional estar a disposición para potenciales dudas y necesidades de cada mujer.10 Pues en todo parto hay riesgos, beneficios y necesidades, siendo esencial la formación de opinión de la gestante, para que pueda decidir lo que es mejor para si y su hijo.

Pero, la preferencia de las embarazadas por el medio de parto y los motivos expuestos no son totalmente desvelados en la literatura, tampoco es reconocido si esa preferencia está siendo correspondida o si las mujeres están satisfechas con el tipo de parto que hacen.11 La elección de la mujer por el medio de parto está asociada a varias influencias entre las cuales se presentan los significados del rol de la mujer en los escenarios socioculturales, el proceso histórico de medicación del cuerpo femenino y la comprensión familiar sobre el embarazo.12

La proximidad de las autoras a la temática ocurrió a partir de las experiencias de enfermería en el cuidado a la mujer, en las cuales, frecuentemente, se ponen frente a la alarmante diferencia entre el número de partos quirúrgicos y vaginales. Dichas experiencias indujeron a una búsqueda por conocimientos sobre la elección de la mujer en relación al tipo de parto, elaborándose la cuestión clave de este trabajo: ¿qué es lo que influencia a las embarazadas en la elección por el tipo de parto?

La Cúpula del Milenio sugiere la ejecución de actividades a favor de la mejora de la autoestima de las mujeres, promocionando la valoración y el respeto en todas las fases del ciclo vital, incluso durante el embarazo y la maternidad.5 En ese sentido, conocer las preferencias de las embarazadas sobre el parto normal puede auxiliar en los procesos de cuidados prenatales, dirigiéndolos para el contexto sociocultural de cada mujer y familia. Por lo tanto, el objetivo de este estudio ha sido conocer las influencias en la elección por el tipo de parto, desde la perspectiva de las gestantes.
 

Metodología

    Se trata de un estudio descriptivo con abordaje cualitativo. Decidimos por este tipo de abordaje, pues los estudios cualitativos contienen un universo de significados, motivos, aspiraciones, actitudes, creencias y valores, permitiendo la descripción de la vivencia de la realidad y de fenómenos que no pueden ser reducidos al funcionamiento de variables.13

La investigación fue hecha en dos Unidades Básicas de Salud (UBS), que contemplan la Estrategia Salud de la Familia (ESF), de un municipio de la Región Sur de Brasil. El estudio fue hecho en esas UBS debido a la indicación de la Secretaria de Salud del referido municipio, debido a un mayor número de gestantes.

Participaron de esta investigación 12 embarazadas. La selección de las participantes ocurrió por conveniencia, con base en los criterios de inclusión: hacer parte de la población adscripta de USB/ESF; y poseer edad de gestación igual o superior a 28 semanas. Los criterios de exclusión fueron: gestantes menores de 18 años de edad; ser nulíparas; tener algún problema de salud que imposibilite la realización del parto normal; tener una gestación actual de alto riesgo. Se ha considerado como gestación de alto riesgo aquella en la cual madre y/o feto poseen mayores posibilidades de agravio a la vida o a la salud de que las de la media de la población considerada.14

Para determinar el número de participantes, se ha utilizado el criterio de saturación de los datos, cuando las informaciones aparecen repetidas, se encierra la recolección de las informaciones.15

La recolección de datos ocurrió en el periodo de agosto a octubre de 2012, utilizándose la técnica de la encuesta semiestructurada. Las encuestas fueron realizadas en las instalaciones de las unidades de salud, en horarios anticipadamente acordados con las gestantes, siendo preservada su privacidad, evitándose interrupciones. Para mejor aprovechar los datos de las encuestas fueron audio-grabadas, después fueron transcriptas en el software Microsoft Word 2003 para posterior análisis.

El tratamiento y análisis de los datos fueron basados en la técnica de análisis de contenido temático. Este método sigue tres fases operacionales: la ordenación de los datos, momento en que se transcriben las encuestas, fue hecha la relectura del material y la organización de los relatos; clasificación de los datos, fase que exigió una lectura exhaustiva y repetida de los textos, con el objetivo de identificar cuales informaciones son pertinentes en los relatos de los sujetos, habiendo emergido tres categorías temáticas; y análisis final, que consistió en buscar establecer las interrelaciones entre las categorías y la literatura, respondiendo a la cuestión de la investigación con base en el objetivo que la fundamentó.13

Esta investigación fue autorizada por la Secretaria de Salud del referido municipio, aprobada por el Comité de Ética en Investigación Asociación Cultural y Científica Virvi Ramos, con el Parecer número 78.072 y Certificado de Apresentação para Apreciação Ética (CAAE): 05034912.5.0000.5523 y contempló la Resolución del Consejo Nacional de Salud número 466/2012. Todas las participantes fueron aclaradas sobre los objetivos de este estudio y las implicaciones de su participación, recibiendo garantía de la posibilidad de renunciar del estudio a cualquier momento. Tras la aceptación para participar del estudio, firmaron el Termo de Consentimento Livre e Esclarecido en dos vías, en la cual una estuvo en posesión de la participante y la otra de la investigadora. Con el fin de garantizar el anonimato las participantes fueron identificadas por la letra G, de gestante, seguida de un número (G1, G2, ., G12), según el orden cronológico de la realización de las encuestas.


Resultados y discusión

    En la caracterización de las participantes del estudio se comprobó que la edad de las gestantes era entre 19 y 35 años y sobre la escolaridad la mayoría poseía enseñanza básica incompleta. La ocupación/profesión de la mayoría eran amas de casa o poseían actividades laborales de baja remuneración. Solamente una gestante era soltera, las demás eran casadas o convivían en unión estable. En lo que se refiere a la historia obstétrica, participaron de la investigación secundigestas y multigestas (hasta diez gestaciones), con más de cinco gestaciones.

El análisis de datos producidos a partir de las encuestas posibilitó la emersión de las categorías temáticas: dolor y recuperación pos parto; experiencias sobre el parto; profesionales de salud.

Dolor y recuperación pos parto

    El dolor es uno de las principales señales clínicas del desenlace del inicio del trabajo de parto; pero muchas mujeres le tienen miedo. Una de las encuestadas mencionó que sintió miedo del dolor en el proceso de parto.

Tengo miedo [del parto normal] [...] Es el dolor... Creo que hay dolor peor, como dice mi madre: dolor de diente es peor [...] Pero tengo miedo del dolor. (G2).

El dolor durante el trabajo de parto ocurre en consecuencia de la contracción uterina asociada a las modificaciones plásticas del colo uterino, a la tracción de adjuntos y al peritoneo, la presión en la uretra, la vejiga y en otras estructuras pélvicas y raíces del plexo lumbosacra.16 Aunque durante el proceso de parturienta haya un ciclo previsible de picos y niveles, cada parturienta tiene una percepción de dolor diferente, personal y única.

La percepción del dolor posee contribución cultural. Por eso, es importante considerar en el prenatal la herencia cultural de cada mujer, pues ella influencia directamente las actitudes y comportamientos durante el trabajo de parto y parto. Muchas veces, madres y abuelas influyen de algún modo en las preferencias de las hijas por el tipo de parto. Esa herencia cultural posee fuerzas muy antiguas, que ejercen influencias sobre la predilección por el tipo de parto, así como en el proceso de parto.17

Sin embargo, pese a que las gestantes se refieren a este aspecto sobre la concepción del dolor pasado por sus madres, algunas participantes dicen no importarse con el dolor, por entender que es un dolor momentáneo y previsible:

A mí me parece bien [el parto normal porque es mi primera [hija] yo no sentí ningún dolor. El dolor no es un bicho, aún mi madre me decía que yo iba a sentir mucho dolor, pero no sentí nada. (G11).
Por el dolor no me importó, porque tú sabes el porqué de aquel dolor. (G7).
El dolor es solo en la hora, después que nace el dolor pasa. (G11)

Cuando la mujer posee preparo físico y psicoemocional para el parto es posible la vivencia de una experiencia gratificante, en el cual se puede percibir su participación activa en el nacimiento de su hijo. Además de eso, se ha estimulado el uso de métodos de alivio del dolor en trabajo de parto y parto, que auxilian a la mujer.18

El dolor del parto es como una recompensa por tener el hijo, según se dice en el siguiente testimonio:

¡Vale la pena sentir dolor! Yo digo que cuando miro el rostro del bebe me olvido del dolor. Es un dolor que tiene recompensa. Por eso prefiero el parto normal. (G7).

Este informe se encuentra con otro estudio sobre la temática, que afirma que el proceso doloroso del nacimiento marca el inicio de la maternidad, por emerger el sentimiento de ser madre y por la proximidad del encuentro con su hijo.19

En este estudio las participantes también mencionaron que la recuperación pos parto es un factor de influencia sobre la preferencia por el tipo de parto. Según los testimonios, tener una recuperación más breve representa para la mujer la autonomía en lo que se refiere al auto cuidado.

[...] Es por el hecho de la recuperación [...] rápida, media hora tú estás allá parada y luego después tú ya estás caminando, puedes levantarte sola, bañarte sola. (G3)
En el parto normal uno se recupera enseguida. (G8)
Normal. El [parto] normal es mejor. [...] Es más rápido para mejorar, no necesita estar solo dentro de casa, mucho mejor. (G6)

Estos datos reafirman lo que otros estudios sobre la preferencia de gestantes y madres sobre el tipo de parto, en los cuales esas mujeres, de diferentes estratos socio- económicos, dicen sobre las ventajas para el parto normal, la recuperación en el puerperio, que permite mayor autonomía y el protagonismo de la mujer.11

El puerperio se caracteriza por ser un hecho en el cual ocurren múltiplos fenómenos de naturaleza hormonal, psíquica y metabólica. Por ser un momento vulnerable, en el cual la mujer pasa a tener alguna dependencia para el auto cuidado y cuidado del recién nacido, se entiende que, para algunas mujeres, la elección por el tipo de parto puede ser influenciada con base en la recuperación pos parto.

Experiencias sobre el parto

    Las participantes de este estudio demostraron en sus hablas que sus experiencias se configuraron como importantes factores que ejercen influencia directa en la preferencia y elección por el tipo de parto. Algunas mujeres contaron experiencias negativas en los partos anteriores, que fueron marcadas por el dolor y sufrimiento y que en el momento influencian en el tipo de parto.

Prefiero cesárea. [...] Porque de las otras chicas yo sufrí un poco. (G5)
El parto normal es bastante dolorido, yo sufrí bastante. (G10)
Sufrí mucho [en el parto normal], puede pasar del tiempo o el niño enfermarse. (G12)

Las experiencias de vida poseen importante influencia en las decisiones. Se entiende que la vivencia del parto sea un hecho singular, que se configura en una experiencia única y significativa en la vida de la mujer. Por eso, la experiencia adquirida en partos anteriores, así como las experiencias de las mujeres del círculo de convivencia de la gestante pueden influir de forma positiva o negativa su vivencia en el próximo parto.20

El escaso dominio de las gestantes sobre la fisiología del proceso de parto parece ser una cuestión cultural, eso genera inseguridad y muestra que las mujeres son muy poco preparadas para el parto. Esa falta de preparo y falta de dominio contribuye para diseminar la cultura que defiende la práctica de cesarianas que no son necesarias en la búsqueda por evitarse el sufrimiento provocado por la dinámica uterina durante el parto.20

Además de eso, estudios muestran que las gestantes relacionan el fracaso de la evolución del parto normal anterior con la falsa impresión de que la cesárea es el medio de nacimiento más seguro y capaz de evitar complicaciones.21 Pero, estudios recientes prueban que el parto cesáreo posee más riesgos cuando comparado al parto normal. Aunque la tasa de infección de cesáreas haya disminuido en los últimos años, esta tasa de infección es mayor que la relacionada a los partos normales.22

Sin embargo, no es apenas la experiencia propia que ejerce alguna influencia en la preferencia y elección por el tipo de parto. Las experiencias de familiares y amigas también influyen en las decisiones. Según relata G6, la preferencia por el parto cesáreo está relacionada a experiencias mal exitosas del parto normal de amigas:

Mis amigas ya tuvieron varices en la vagina, tuvieron que hacer cesárea, y una tuvo rompimiento de la vena a la hora del parto, y ella sufrió bastante. Por eso, sería más seguro para mí hacer cesárea. (G6)

Este relato reafirma los resultados de un estudio sobre la concepción de nulíparas sobre el trabajo de parto y parto, en el cual se constata que debido a la insuficiencia de informaciones que las gestantes reciben de los profesionales de salud, terminan buscando informaciones en otras fuentes, muchas veces conversando con amigas que pasaron por la experiencia de parto. Pero, ni siempre se oyen relatos de experiencias positivas, y eso, termina influenciando negativamente en la opinión de las gestantes.18

Por otro lado, se sabe que las experiencias de partos anteriores exitosos pueden influenciar positivamente en la elección por otro parto vaginal. En ese sentido, algunas gestantes contaron experiencias positivas en el proceso de parto que vivieron anteriormente.

Tuve una experiencia buena del a otra vez [primera gestación]. [...] Yo prefiero el parto normal. (G11)

Este relato posee como base otro estudio sobre la temática, en la cual se constató que las experiencias positivas pueden ser determinantes en la elección de las gestantes con relación al parto.20 La experiencia positiva y exitosa de parto anterior puede mostrarse como una de las importantes determinantes de la potenciación de la mujer con impacto en su protagonismo y en su autonomía sobre la forma de parto.

Además de las experiencias vividas, que son permeadas por las culturas que las mujeres poseen, hay otros factores que influyen en la preferencia por el tipo de parto. Las expectativas, los conocimientos sobre el proceso de parto y el propio cuidado y atención que las mujeres reciben de los profesionales de salud, son factores que influyen en la preferencia por el tipo de parto.11 Por eso es importante que durante todo el prenatal la mujer reciba de los profesionales que la acompañan un preparo adecuado para el parto. Pues sin este apoyo, resta a las mujeres que confíen en los medios de comunicación, familia y amigos para obtener informaciones, que puede no ayudar en la formación de expectativas realistas.23

Profesionales de la salud

    Algunos participantes del estudio dijeron que intentarían el parto normal, aunque no hubiera ese consejo médico para dicha conducta.

Voy a intentar [parto normal], el médico dijo que no es aconsejable porque ya tuve tres cesáreas. Pero, voy a intentarlo. [Parto normal]. (G9)

Ese testimonio demuestra que no hay buena comunicación entre el profesional de la salud y la gestante, en lo que se refiere a las condiciones para un parto normal. El profesional necesita aclarar la indicación del tipo de parto,11 orientando a la mujer sobre su condición clínica y física, para que no crea expectativas que no pueden lograrse y no genere frustraciones.

Los profesionales de salud que acompañan el prenatal son responsables por garantizar que todo sea aclarado a la gestante y a su familia sobre el proceso del parto. La posición del profesional debe ser articulada como un facilitador del preparo para el trabajo de parto y el parto.18 En esa perspectiva, se entiende que las orientaciones de los profesionales de salud son indispensables para la formación de opinión, preparación para el parto y el conocimiento sobre los límites y posibilidades del protagonismo de la mujer en su proceso de parto. Por eso, las orientaciones necesitan ser claras y adecuadas para cada mujer.

Se entiende que sea importante que el profesional discuta con la mujer sus preferencias, expectativas y el plan de parto. Pero, se constató en las entrevistas que, aunque todas las gestantes estuvieran en el tercer trimestre gestacional, dicha discusión aún no había ocurrido en la atención prenatal:

Aún no le pregunté al médico cuál es el tipo de parto que será mejor. (G8)
El médico no me dijo aún si va a ser parto normal o cesárea. (G12)

En la práctica prenatal muchas veces la forma de realizar el parto no es discutida entre el profesional y la gestante. Un estudio sobre las vivencias de las mujeres durante el trabajo de parto muestra la sumisión de las mujeres frente a los profesionales de salud.18 Estas mujeres, de forma general luego de pasar por la experiencia de partos anteriores como coadyuvantes, se sienten en las manos de los profesionales, que por su vez decidirán la forma de parto.18

La orientación por el profesional de salud sobre los tipos de parto es muy importante a la información y formación de opinión de las mujeres. Además de eso, se recomienda que en el tercer trimestre de gestación sea discutido entre el profesional y la gestante las condiciones para cada tipo de parto, los riesgos y beneficios, complicaciones y repercusiones futuras. Se evidencia que el incentivo al parto normal y la reducción de partos cesáreos sin necesidad son criterios establecidos por el Ministerio de la Salud y la OMS, por eso deben hacer parte de las orientaciones prenatales.2

Se constató que existe una inseguridad y miedo en lo que se refiere al parto y a las consecuencias del atendimiento no adecuado, especialmente al feto/recién nacido, conforme se muestra en el habla de G2:

[...] con tanta cosa que anda sucediendo, con tanto problema que anda dando, que a veces pasa de la hora, que os médicos esperan [...] termina por pasar de la hora, y eso termina por el niño tener algún problema [...] Tengo más medo de suceder alguna cosa con el nene. (G2)

Se entiende que el profesional de la salud contribuye para disminuir las sensaciones de miedo, dolor, angustia y pánico a través de la comunicación y cuando promueve la participación de la mujer en el parto. Eso influencia en cambios en el comportamiento de la gestante, de ese modo, proporciona una experiencia menos aterradora, que genera sentimientos de confianza y seguridad. Al recibir las informaciones correctas sobre el parto la parturienta puede sentirse más confiada. Por eso, las seguridad de la mujer depende indirectamente del preparo a lo largo de la gestación, principalmente de las orientaciones recibidas por el prenatalista.24

Durante el proceso de parto la mujer pasa por diversos tipos de sentimientos y emociones. La inseguridad de como irá a ser el trabajo de parto y los testimonios ajenos, puede desarrollar la inseguridad y temores muchas veces no enfocados durante el prenatal. De esa manera, los profesionales de salud, al realizar los cuidados, deben estar atentos al escuchar a la mujer, manteniendo un atendimiento humanizado y respetuoso, para que mejoren las expectativas de la gestante y que puedan prepararlas para el proceso de parto y nacimiento.24
 

Consideraciones finales

    Este estudio permitió comprender que el dolor aún es un factor más de grande validez en el proceso de decisión por el tipo de parto. Se percibió que, aunque haya mujeres que consideren el dolor como parte del proceso de hacerse madre, muchas de las gestantes encuestadas tienen su preferencia y elección por el parto quirúrgico influenciada por el miedo del dolor durante el proceso de parto, lo que puede mostrar la falta de informaciones sobre el parto y nacimiento.

 Otro aspecto que puede influenciar en la elección por el tipo de parto es el hecho de que la recuperación pos parto sea más rápida en el parto normal, dándole autonomía para al autocuidado y para el cuidado de su bebe. Sin embargo, se percibió que el proceso decisorio a través del parto está relacionado a muchos factores tales como: miedo, creencias, influencia de otras personas, entre otros. Por eso, el profesional pre-natalista tiene un rol fundamental en la aclaración de las dudas y puede contribuir significativamente para que la mujer tenga conocimiento sobre el proceso de parto y esté preparada para vivir este momento.

 A partir de lo expuesto, dejamos como desafío a los profesionales de la salud la reducción de los huecos en lo que se refiere a la información, educación, orientación, aclaración de las dudas de las gestantes sobre el trabajo de parto y el parto. Por eso, es importante comprender la gestante y su familia en un modelo de atención humanizada, considerando sus experiencias, creencias, expectativas, miedo, angustias y anhelos, una vez que el parto consiste en una experiencia única, inolvidable y tan excepcional en la vida de la mujer.

 No hubo límites que comprometieran los resultados de este estudio. Sin embargo, se sugiere que para la reducción de esos huecos sean realizadas durante el atendimiento prenatal, acciones de educación, informaciones y aclaración de las dudas de las gestantes, pertinentes al proceso de parto, para que las mismas estén más preparadas y tengan una fundamentación científica al momento de la elección por el tipo de parto. En ese sentido, se considera importante el desarrollo de otros estudios sobre esta temática para que se puedan repensar las prácticas de atendimiento en el prenatal, parto y nacimiento.

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