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EVIDENTIA ISSN1697-638X 2014 n47-48 ev9486

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Oxigenoterapia hiperbárica en el tratamiento de una úlcera de etiología hipertensiva

Ignacio Couselo Fernández
Centro de Saúde Caranza. Ferrol (A Coruña), España

Correspondencia: CS Caranza, C/ Juan de Austria s/n, 15406 Ferrol (A Coruña), España

Manuscrito recibido el 12.9.2013
Manuscrito aceptado el 28.2.2014

Evidentia 2014 jul-dic; 11(47-48)

 

 

 

Cómo citar este documento

Couselo Fernández, Ignacio. Oxigenoterapia hiperbárica en el tratamiento de una úlcera de etiología hipertensiva. Evidentia. 2014 jul-dic; 11(47-48). Disponible en: <https://www.index-f.com/evidentia/n47-48/ev9486.php> Consultado el

 

 

 

Sr. Director: La úlcera de etiología hipertensiva arterial, también llamada úlcera de Martorell, es un tipo de lesión de prevalencia baja, se estima que un 3-4% del total de úlceras de la extremidad inferior se relacionarían con esta etiología con una incidencia de 4-6 casos por cada mil habitantes al año.1 La lesión es más común en mujeres entre 55-65 años. La base fisiopatológica de la úlcera hipertensiva consiste en la afectación de la arteriola, produciéndose un engrosamiento de la misma y obstrucción por acúmulo de fibrina. Estas alteraciones de la arteriola se consideran secundarias a una hipertensión arterial de larga evolución.2

El principal factor desencadenante suele ser un mínimo traumatismo que da lugar a una lesión cuyas características clásicas son:2

-Localización: cara anterior o anterolateral del tercio inferior de la pierna.
-Morfología: bordes necróticos planos e irregulares con presencia de cianosis.
-Lecho ulceral: presencia de abundante fibrina.
-Tejido perilesional: indemne o presencia de eritema.
-Dolor: de moderado a severo, aumentando con el decúbito.

Para su diagnóstico, además de estos hallazgos, observaremos la presencia de pulsos tibiales y un índice tobillo-brazo mayor de 0.75. Todo ello junto con una hipertensión de más de 10 años de evolución.

La úlcera de etiología hipertensiva no tiene un tratamiento específico que haya demostrado su eficacia. Entre las alternativas de tratamiento que encontramos en los pocos estudios que hay en la bibliografía, se encuentra la oxigenoterapia hiperbárica (OHB).

Los efectos terapéuticos de la OHB se basan en el aumento del transporte de oxígeno plasmático junto a una mejor disponibilidad tisular. Entre las indicaciones de la OHB se encuentra el retraso en la cicatrización. La OHB aumenta la presión tisular de oxígeno, restaurando y mejorando los procesos de angiogénesis, autorreparación y autodefensa abolidos por la hipoxia mantenida, lográndose en muchos casos la cicatrización del tejido.3

El caso que se nos presenta en el centro de salud es el de María G., una mujer de 88 años que sufre un traumatismo leve en la pierna izquierda, lo que le provoca una herida superficial a la que no da mayor importancia, realizando ella misma en su domicilio curas locales con antiséptico. Tras realizar curas diarias durante una semana acude al centro de salud porque tiene dolor y la herida no evoluciona bien.

Tras una primera valoración los datos obtenidos son los siguientes:

-Paciente de 88 años, viuda sin hijos. Vive sola. Independiente para todas las actividades de la vida diaria.
-Como patologías presenta: infarto agudo de miocardio, hipertensión arterial y anemia ferropénica.
-Alergias: Penicilina, tramadol. Intolerancia a AINES.
-Tratamiento farmacológico: Omeprazol, Termalgin codeína, enalapril, ácido acetilsalicílico y nebivolol.
-Constantes: TA: 135/88 mmHg, FC: 61 lpm, Tª: 36.2ºC.

Al inspeccionar la lesión nos encontramos una herida de escasa profundidad de unos 4 cm de diámetro y forma oval, situada en la cara anterolateral externa de la pierna derecha. En el lecho de la lesión se observa presencia de fibrina y bordes con presencia de tejido necrótico y ligera cianosis. La piel perilesional está intacta y la presencia de exudado es escasa. Refiere dolor moderado. No se observan signos de infección. La coloración y temperatura de la piel es normal. Se palpan pulsos tibial y pedio.

En vista de los datos clínicos parece que nos hallamos ante una úlcera de etiología hipertensiva. Se comienzan curas locales cada 48 horas con pomada desbridante y apósito hidropolimérico de baja adherencia. Para controlar el dolor se pauta metamizol cada 8 horas.

Tras un mes realizando curas en ambiente húmedo y habiendo descartado infección de la lesión se deriva a cirugía vascular para valorar la utilización de OHB, ya que la lesión no mejora y no se logra un buen control del dolor a pesar de la analgesia pautada.

Un mes después, tras valoración por la unidad de cirugía y de medicina hiperbárica se acepta su inclusión para OHB, tres sesiones semanales hasta un total de 50. Las curas locales se continúan realizando cada 48-72h, siguiendo los principios de la cura en ambiente húmedo, tal y como recomienda las guías clínicas.

A las tres semanas de comenzar el tratamiento de OHB se comienza a observar mejoría de la lesión, disminuye la presencia de fibrina en el lecho y mejora la coloración de los bordes ulcerales.

Dos semanas después se observa disminución del tamaño de la lesión que pasa a tener unos 3 cm de diámetro. Mejora también el control del dolor, apareciendo episodios ocasionales de dolor leve-moderado sólo por la noche.

La evolución de la úlcera continúa siendo favorable y cicatriza totalmente a los tres meses de iniciar el tratamiento de OHB.

La úlcera de etiología hipertensiva es una lesión poco frecuente si tenemos en cuenta el elevado número de sujetos diagnosticados de hipertensión. No hay un tratamiento específico para este tipo de lesión y su respuesta a las curas en ambiente húmedo es escasa.4,5 La OHB ha demostrado mejorar la cicatrización de los tejidos al aumentar el aporte de oxígeno a nivel tisular, a pesar de esto la OHB no es una de las primeras opciones terapéuticas en el tratamiento de la úlceras.6

La decisión de plantear la OHB en nuestra paciente se basa en los datos de buenos resultados de distintos estudios en relación a la cicatrización de lesiones.7

En el caso de nuestra paciente, la OHB ha demostrado ser un método eficaz, que nos hace plantear la OHB como una alternativa a tener en cuenta en el tratamiento de estas lesiones.
 

Bibliografía

1. Marinelo J. Úlceras de la extremidad inferior. Barcelona: Glosa; 2005.

2. Verdú J, Marinelo J, Armans E, Carreño P, March JR, Soldevilla J, et al. Conferencia nacional de consenso sobre úlceras de la extremidad inferior, CONUEI. Barcelona: Edikamed s.l.; 2009.

3. Desola J, Crespo A, García A, Salinas A, Sala J, Sánchez U. Indicaciones y contraindicaciones de la oxigenoterapia hiperbárica. JANO/medicina 1998; 54(1260): 5-11.

4. Frada G, Di Chiara A, Nicolosi G, Alleto M, Barbagallo Sangiorgi G. Sobre un caso de ulcera de martorell: Consideraciones sobre el empleo de oxigenoterapia hiperbárica. Angiología. 1989. 41(3): 93-95.

5. Aguilar Rebolledo F, Millan Reveles C. Oxigeno hiperbárico. Actualidades en las enfermedades vasculares y pie diabético. Plast y rest neurol. 2006; 5(1): 18-24.

6. Duran Pinilla E, Buitrago Salinas A, Baquero Sastre G. Resultados de un programa de oxigenoterapia hiperbárica para el tratamiento de úlceras arteriales. Revista med. 2012; 20(2): 21-29.

7. Kranke P, Bennett M, Martyn-St James M, Schnabel A, Debus S. Tratamiento con oxígeno hiperbárico para las úlceras crónicas. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2012 [Actualizado 2012; citado 10 septiembre 2013], Disponible en: https://www.bibliotecacochrane.com/BCPGetDocument.asp?SessionID=%208587679&DocumentID=CD004123.

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