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INTERIORIZAR LA EBE, ASUMIR LA PR�CTICA BASADA EN EVIDENCIAS

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Evidentia 2005 enero-abril; 2(4)

Manuscrito aceptado el 20.01.05

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Editorial
 

 

Interiorizar la EBE, asumir la práctica basada en evidencias

María Elena González Iglesias1
1 Enfermera clínica. Complexo Hospitalario de Ourense.

Cómo citar este documento: González Iglesias, María Elena.Interiorizar la EBE, asumir la práctica basada en evidencias. Evidentia 2005 enero-abril;2(4). En: https://www.index-f.com/evidentia/n4/101articulo.php [ISSN: 1697-638X]. Citado el

    Algo no va como debería ir o quizá es que queremos ir demasiado deprisa, no lo sé.  O quizá es que somos enfermeras y no olvidemos que a las enfermeras, siempre nos cuesta más conseguir cualquier meta, porque como dice Manuel Amezcua1 "La historia nos ha enseñado que las cosas que tocan a la Enfermería siempre han tenido un coste sobreañadido".

    Hace poco más de un año, leía un texto de Alberto Gálvez2 elaborado para un curso sobre investigación en Enfermería, en el que hablaba de los pasos que había dado la Enfermería española  con respecto a la Enfermería Basada en la Evidencia (EBE). Comentaba que ya se habían pasado las dos primeras etapas que llevaron a la definición de la EBE como "la búsqueda sistemática de una respuesta basada en la investigación, útil y pertinente para la práctica de las enfermeras, pero que considera un enfoque reflexivo e interpretativo que es el que permite hacer uso de los hallazgos de la investigación en la realidad particular de la enfermera".  Decía luego que ahora nos encontramos en la Etapa Aplicada (cómo lograr prestar unos cuidados basados en evidencias) pero adelantaba que es la más compleja de realizar y terminaba con estas palabras: "De qué manera, con los problemas que tienen las enfermeras en las Instituciones, la heterogeneidad de tipología de enfermeras que hay o con la hegemonía médica, vamos a lograr llevar a cabo una práctica basada en evidencias. Las evidencias ya las tenemos ¿cómo las llevamos a la práctica?"

    Si, como bien dice Manuel Amezcua3, la EBE nos propone un cambio de modelo de una Enfermería basada en la obediencia (inscrita en el modelo biomédico) a una Enfermería basada en la (con)ciencia  (modelo de cuidados); si el investigador es quien genera el conocimiento, pero es la comunidad profesional la que tiene que hacerlo práctico utilizando los resultados de la investigación: ¿estamos dando los pasos correctos para hacerlo posible?, o, por el contrario, ¿no estaremos provocando el efecto inverso?

    Me gustaría compartir unas frases que he leído u oído en los últimos meses, servirán como punto de partida para esta reflexión:

        "La rutina inútil... aparta a la enfermera de su cometido como gestora de cuidados para reducirla a la condición de administradora de la burocracia, generalmente generada por otros"3 (Manuel Amezcua en su artículo Mitos y falacias de la investigación en Enfermería).

    "...Existe una resistencia a reconocer nuevos discursos, nuevas estrategias, nuevas alternativas. Para una mayoría estas nuevas corrientes son interpretadas como una moda dictada desde el oportunismo de unos pocos y con ello tranquilizan su conciencia hacia la resistencia al cambio"4 (Marta Duran en su artículo ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Europa tan cerca y tan lejos).

        "Ser generalista hoy en día  significa la necesidad de tener una formación avanzada o superior, lo generalista ha dejado de ser básico en el sentido de sencillo o elemental..."5 (Carmen de la Cuesta en su artículo Estrategias de futuro para el desarrollo de la Enfermería Comunitaria).

        "Hay mil pegatinas en las hojas del Libro de Tratamientos y en todas partes,  escritas por mis compañeras (enfermeras),  con llamadas y anotaciones relativas al trabajo de otros (médicos) para que les recordemos que tal paciente está sin heparina  o que a tal otro no le han pedido una placa... Pero no hay un solo plan de cuidados actualizado, ni tengo forma de saber qué pacientes tienen curas y mucho menos con qué se le está curando, o qué grado de dependencia tienen. Para eso no les queda tiempo". (Una enfermera de una unidad de hospitalización).

    Efectivamente, las enfermeras españolas (sobre todo las enfermeras clínicas) vivimos una realidad compleja. Durante años, hemos sido formadas (yo diría que entrenadas) para ayudar a otros a curar y para realizar funciones técnicas.  Teníamos muy poca independencia (tan solo aquella que nuestros superiores estaban dispuestos a darnos),  pero a cambio, gozábamos de una posición relativamente cómoda, porque nada era de nuestra absoluta responsabilidad. Sin embargo, en pocos años la situación ha cambiado, tanto que muchas la viven con un rechazo frontal, porque se trata de desmontar todo aquello que tenían tan interiorizado sobre su profesión y buscan excusas para no asumir el cambio.

    Y es que hay cosas que debemos tener en cuenta. La mayor parte de los hospitales de nuestro país se construyeron en las décadas de los 60-70 del siglo pasado y sus plantillas de enfermeras tienen una media de edad que supera, a veces con creces, los cuarenta años. Muchas de estas enfermeras se han formado en las Escuelas de Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS), creadas por aquellos años, en los mismos hospitales en los que luego se han quedado a trabajar, junto a médicos que antes fueron sus profesores. No hace falta que recordemos el tipo de formación que se impartía en aquellas Escuelas. Los centros de salud se encuentran en una situación parecida. Estas enfermeras han tenido que vivir muchos cambios en los últimos tiempos y tienen que seguir asumiendo otros, pero necesitan contar con recursos (formación y motivación-estímulo) para hacerlo porque, recordémoslo, tienen por delante quince o veinte años de vida laboral.

    Por otro lado, todavía son muchas las Escuelas Universitarias de Enfermería (EUE) que tienen un porcentaje elevado de médicos entre sus profesores o, lo que es casi igual, de enfermeras-ATS que entienden la Enfermería como una profesión técnica y/o de servicio al médico. Y no olvidemos que los alumnos de Enfermería van a realizar sus prácticas a nuestros hospitales y centros de salud y aprenden de las enfermeras que allí trabajan.

    Y qué decir de las dificultades que encontramos las enfermeras para entendernos, para hacer un frente común. Las ansias de poder de unos, las distintas formas de entender la Enfermería (que no son tan dispares en el fondo) de otros, están entorpeciendo nuestra evolución y haciéndonos perder líderes, representantes y poder. Miremos sino el ejemplo de las direcciones de EUE: ¿cuántas han pasado de manos de enfermeras a otros profesionales (preferentemente médicos) en los últimos años? Seguro que conocemos más de un caso.

    Con este panorama, no basta con esperar el esfuerzo de las Instituciones para las que trabajamos, de las EUE, de las Asociaciones Profesionales. Todos ellos son importantes pero no únicos. Sin embargo, todas nosotras (las enfermeras) somos necesarias.

    La EBE nos propone dar un giro importante. Para ello es necesario acercar el conocimiento a la comunidad profesional y no veo el modo de hacerlo si no es con formación. Durante años se ha invertido en educar a las enfermeras en metodología de investigación, se les ha enseñado a investigar, pero es ahora cuando empezamos a ver la necesidad de enseñar a utilizar los resultados de la investigación.

    Hace unos meses Carmen de la Cuesta5 citaba el último informe de expertos de Enfermería de la OMS, recordando la necesidad de una estructuración de la carrera  que incluya condiciones para un ejercicio autónomo y una remuneración adecuada, para que los profesionales con educación superior permanezcan en la atención directa. Y terminaba ese artículo con estas palabras: "La educación es la clave, cambia la manera de pensar y por tanto de actuar". Posiblemente esté ahí el quid de la cuestión.

Bibliografía

1. Amezcua A. 25 años y un futuro por delante. A propósito de la integración de la Enfermería en la Universidad española. Index Enferm 2003; XII (40-41):9-10. [Enlace]

2. Gálvez Toro A. Enfermería Basada en la Evidencia. Ponencia: Curso Investigación y Enfermería, Complexo Hospitalario de Ourense. Ourense. 17 de diciembre de 2003.

3. Amezcua A. Mitos, retos y falacias de la investigación enfermera. Rev Rol Enf 2003; 26(9):36-44. [Cuiden]

4. Durán Escribano M. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Europa tan cerca y tan lejos. Rev Rol Enf 2004; 27(10):20-30. [Cuiden]

5. De la Cuesta Berjumea C. Estrategias de futuro para el desarrollo de la Enfermería Comunitaria. Metas de Enferm 2004; 7(2):60-63. [Cuiden]

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- Galao Malo, Roberto; Lillo Crespo, Manuel; Casabona Martínez, Isabel; Mora Antón, Mª Dolores. ¿Qué es la enfermería transcultural? Una aproximación etimológica, teórica y corporativista al término. Evidentia 2005 enero-abril;2(4). En: https://www.index-f.com/evidentia/n4/99articulo.php [ISSN: 1697-638X]. [Enlace

- García Fernández, Francisco Pedro. Quid pro quo.Evidentia 2004 sept-dic;1(3). En: https://www.index-f.com/evidentia/n3/64articulo.php [ISSN: 1697-638X]. [Enlace]

- Pedro Gómez, Joan Ernest de; Morales Asencio, José Miguel. La organizaciones ¿favorecen o dificultan? Index Enferm; 2004 primavera-verano, Año XIII(44-45):26-31. [Enlace

- Gálvez Toro, Alberto. Evidencias en línea: comentarios y resúmenes de evidencias en la Red. Evidentia 2004 sept-dic;1(3). En: https://www.index-f.com/evidentia/n3/81articulo.php [ISSN: 1697-638X]. [Enlace]