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EVIDENTIA: ISSN 1697-638X

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Metodología, diseño y credibilidad de los resultados de investigación: Un conflicto a debate

Begoña Martín Muñoz
Enfermera asistencial. Unidad de coloproctología. H.G.U. Carlos Haya. Málaga, España

Evidentia 2009 oct-dic; 6(28)

 

 

 

Cómo citar este documento

Martín Muñoz, Begoña. Metodología, diseño y credibilidad de los resultados de investigación: Un conflicto a debate. Evidentia. 2009 oct-dic; 6(28). Disponible en: <www.index-f.com/evidentia/n28/ev0728.php> Consultado el

 

 

 

    Hace unos días asistí al curso "Nuevas tendencias de escritura científica: redacción de manuscritos y proceso editorial", organizado por la Fundación Index en Cabra de Santo Cristo, un pequeño y entrañable pueblo de Jaén. Tanto la materia impartida como la experiencia de un curso donde primaban las relaciones interpersonales entre asistentes y docentes, a mí me resultaron instructivas y enriquecedoras. Sólo puedo señalar un momento en el que no me encontré cómoda, el debate que surgió en los últimos minutos del curso entre defensores y detractores de la investigación cualitativa. Por fortuna, la premura del tiempo no permitió ahondar en el interrogante que se abre siempre: la validez o no de este tipo de investigación para generar conocimiento científico. Digo por fortuna porque mi experiencia me dice que el debate no logra ni entender ni acercar posturas, únicamente consigue dejar en algunos investigadores un sabor amargo a incomprensión. En estos debates se suele reproducir siempre el mismo discurso en el que, desde el paradigma más positivista de la ciencia, se alzan voces que exponen su opinión sin ningún pudor ni respeto hacia el trabajo desarrollado por un gran número de profesionales de reconocido prestigio. Los argumentos que exponen suelen aludir a cuestiones como la subjetividad, la imposibilidad de generalizar los resultados o de generar leyes que predigan los fenómenos, calificándola de esta manera de acientífica. Lo que nunca había escuchado es reducir a la calificación de "anécdota" algún tipo de estudio cualitativo como el relato biográfico, la historia de vida o la narrativa clínica.

Trato de comprender este comentario que se hizo en Jaén reflexionando acerca de la manera en la que la comunidad científica clasifica la validez de los estudios y el grado de recomendación que se confiere a una intervención. Esto se hace aplicando escalas en las que el criterio fundamental es el diseño utilizado. El diseño que aporta más evidencia, el que arroja resultados más fiables, es el ensayo clínico aleatorio y controlado, a partir del cual se presentan una serie de diseños de investigación en orden decreciente hasta llegar al último escalón donde están el caso clínico, la opinión de expertos y todo tipo de investigación cualitativa.1 Si a este escenario de calificaciones añadimos que el relato biográfico o la historia de vida guardan cierto paralelismo con el caso clínico de la investigación cuantitativa, se explica un comentario de este tipo.

Resulta evidente que este tipo de escalas están diseñadas desde el paradigma más positivista de la ciencia y que, al menos en las ciencias de la salud, se descalifica y desprestigia a la investigación cualitativa dando poca credibilidad a los resultados que arroja.

Considero que la metodología utilizada, cuantitativa o cualitativa, y el diseño que se elija, están sobre todo en función de los objetivos del estudio, y que éstos, metodología y diseño, no son más que la herramienta que el investigador utiliza para dar respuesta a la pregunta de la que parte. Lo que sí parece importante en este punto es elegir la herramienta adecuada para llevar a cabo la investigación de forma idónea.

Está lejos de mi intención convencer a ningún investigador sobre el uso, bondades o diferencias de la investigación cualitativa con respecto a la cuantitativa, ya que numerosos autores de incuestionable prestigio ya lo han hecho.2-6 Lo que pretendo es exponer mi experiencia en un trabajo de investigación que estoy llevando a cabo ya que considero que ilustra perfectamente el tema de la elección de la metodología y diseño de investigación así como el estéril debate entre ambas metodologías.

En el año 2007 decido abordar el tema de los pacientes ostomizados desde el punto de vista del afrontamiento. Desde mi puesto de trabajo, una unidad quirúrgica de coloproctología, había observado cómo, a pesar de una extensa educación sanitaria, los resultados con estos pacientes no eran los esperados. Esto me hizo reflexionar sobre el hecho de que tal vez estuviésemos obviando el momento tan peculiar en el que se encuentran estas personas, que quizás hubiera que profundizar en aspectos más personales y conocer la respuesta humana que desencadena el cambio originado en su organismo. ¿Qué está pasando en ese momento en el que la persona toma conciencia de su nueva realidad física?, ¿cómo se está adaptando a ella?, ¿qué estrategias cognitivas y comportamentales está desarrollando para afrontar el cambio?, ¿realmente nuestras intervenciones se ajustan a las necesidades tanto físicas como emocionales de los pacientes en ese momento? Partiendo de estas preguntas inicio un estudio cualitativo de tipo fenomenológico cuyo objetivo es explorar y conocer ese complicado proceso de afrontamiento, tanto en su vertiente psicológica y emocional como del comportamiento, teniendo como marco de referencia la teoría sobre afrontamiento de Lázarus.7

Como todo investigador conoce, el primer paso es documentarse adecuadamente, recurrir a la bibliografía y revisar el estado del conocimiento acerca de la materia objeto de estudio. Encontré diferentes estudios sobre afrontamiento de corte cuantitativo, esto me sorprendió, lo que me llevó a profundizar en la forma en que los autores habían recogido los datos, interesándome entonces en los diferentes cuestionarios.

La medición de atributos psicológicos ha sido un reto para muchos científicos.8 Con respecto al afrontamiento, partiendo del cuestionario elaborado por Lázarus en 1984 (cuestionario de Modos de Aforntamiento),9 se han ido diseñando otros muchos tratando de mejorar las características psicométricas del previo. La mayoría de ellos están constituidos por un gran número de ítems los cuales definen en una frase las diferentes estrategias de afrontamiento añadiendo además una escala Likert que indica la frecuencia de utilización de cada estrategia.10-12

El cuestionario, como herramienta para medir procesos como el afrontamiento impone límites insalvables. Entre ellos podemos señalar:13-15

-Muchos de los ítems enunciados pueden ser asignados a diferentes estrategias de afrontamiento en función de la de la situación y de la interpretación que haga el sujeto de ella.
-La consideración del afrontamiento como proceso implica el uso sucesivo de diferentes estrategias, lo que no queda reflejado en los cuestionarios.
-Se descontextualiza la respuesta al no aportar información sobre el hecho estresante, la percepción que hace cada sujeto del problema y las circunstancias que lo envolvieron.
-La rigidez del cuestionario obliga a ajustarse a los items descritos pudiendo haber conductas no contempladas en éstos.
-El tiempo transcurrido desde que acontece el hecho estresante hasta que se realiza la evaluación introduce sesgos de memoria (memoria selectiva y olvidos).
-Como todo cuestionario, está sujeto a sesgos de cumplimentación como el "error de tendencia central" en el que se tiende a elegir las opciones centrales en la escala tipo Likert; el sesgo de "deseabilidad social" que se produce cuando se responde en función de lo que se considera socialmente aceptable o el "sesgo de aprendizaje" que induce a contestar de forma similar a las respuestas anteriores. Todos estos restan validez a la prueba.

Pese a las limitaciones que impone este tipo de herramientas, han sido y son ampliamente utilizadas ya que permiten de alguna manera estudiar desde la investigación cuantitativa un fenómeno tan complejo como el afrontamiento. Las palabras de las personas constituyentes de la muestra se transforman en cifras pudiéndose de esta forma cuantificar, comparar, manipular; y la sociedad científica, desde la postura positivista reinante, mira, considera y evalúa los resultados de estos trabajos dotándolos de algún grado de evidencia.

Lo más paradójico, es que la elaboración de estos cuestionarios se hace recurriendo a métodos cualitativos como la entrevista en profundidad o la tormenta de ideas en el grupo focal para, en función de las respuestas, definir los ítems de los que se compondrá.3,6,12

Esto suscita una serie de interrogantes como ¿por qué no acudir directamente a la fuente de la información?, ¿por qué no analizar directamente el discurso de las personas?, ¿es preciso entrevistar - reducir a ítems - reducir a cifras?, ¿el abordaje cuantitativo del afrontamiento es realmente la forma idónea de estudiar un fenómeno secuencial, ligado al campo de la emociones y multifactorial?

Para la corriente ideológica imperante, cargada de positivismo, sería más válido un estudio sobre afrontamiento abordado con metodología cuantitativa que cualitativa. Sin embargo, en la actualidad, no todos los autores defienden esta postura y es el propio Lázarus, el que manteniendo los aspectos esenciales de su teoría, ha dado un giro epistemológico y metodológico hacía posiciones constructivistas y cualitativas respectivamente, abogando por la técnica de la narrativa como forma de entender y estudiar aspectos ligados a la interioridad de las personas16. Igualmente, se han empezado a introducir en algún cuestionario sobre afrontamiento, elementos cualitativos (la narración) que permiten, entre otras cosas, profundizar en el significado individual de la situación, aclarar la naturaleza del estresor o descubrir nuevas formas de afrontamiento no previstas en los cuestionarios.12-14

Se podría hacer la reflexión de que la metodología, el diseño del estudio o las herramientas metodológicas de los que nos sirvamos, han de estar al servicio de la ciencia y de la verdad, nunca se les puede conferir un valor en sí mismo.

Igualmente podríamos afirmar que el debate y la distinción entre metodología cualitativa y cuantitativa habría que comenzarlo en el objeto de estudio y los objetivos de la investigación a la que cada una de ellas se dirige. Este planteamiento supone aceptar que hay determinados objetos de estudio que requieren ser abordados por una metodología cualitativa si deseamos que los resultados sean válidos, mientras que otros requieren de un tratamiento cuantitativo para lograr el mismo fin.

En base a lo expuesto podríamos concluir diciendo que ninguna de las dos metodologías puede erigirse en referente de la otra. Ambas son necesarias para sumar conocimientos y acercarnos un poco más a eso que es la verdad de la realidad.
 

Bibliografía

1. Marzo Castillejo M, Montaño Barrientos A. El sistema GRADE para la toma de decisiones clínica y la elaboración de recomendaciones y guías de práctica clínica. Aten Primaria. 2007; 39(9): 457-60.
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3. Rodríguez Salvador MM, Portero Salmerón E, Martínez Díaz JD, Rodríguez Camero ML, Rodríguez Díaz CD, Ferré Pérez MA. El debate entre investigación cualitativa y cuantitativa y su impacto en la práctica enfermera basad en la evidencia. TEMPUS VITALIS. Revista Electrónica Internacional de Cuidados (rev. Digital) 2008, 8(1). Disponible en https://www.tempusvitalis.com/pral.html [consultado el 4 de agosto de 2009].
4. Sarrado JJ, Clèries X, Ferrer M, Kronfly E. Evidencia científica en medicina:¿única alternativa? Gac Sanit. 2004; 18(3): 235-44.
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8. Seda Diestro J, López Rodríguez L, Garrido Díaz-Malaguilla IM, Rodríguez Hurtado A, Aparcero Bernet L, Rodríguez Morillas F. El problema de la medicion científica. La medición de atributos psicológicos. Evidentia. 2008 may-jun; 5(21). Disponible en: </evidentia/n21/458articulo.php> [ISSN: 1697-638X] [Consultado el 5 de octubre de 2009].
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10. Londoño NH, Henao López GC, Puerta IC, Posada S, Arando D, Camino D et al. Propiedades Psicométricas y validación de la Escala de Estrategias de Doping Modificada (EEC-M) en una muestra colombiana. Univ Psicol. Bogotá (Colombia). 2006; 5(2): 327-349.
11. Sandín B, Chorot P. Cuestionario de afrontamiento del estrés (CAE): desarrollo y validación preliminar. Rev Psicopatología y Psicología clínica. 2003; 8(1): 39-54.
12. Cano garcía FJ, Rodríguez Franco L, García Martínez J. Adaptación española del Inventario de Estrategias de Afrontamiento. Actas Esp Psiquiatr. 2007; 35(1): 29-39.
13. Bulbena Vilarrasa A, Berrios GE, Fernández de Larrinoa Palacios P. Medición clínica en psiquiatría y psicología. Madrid: Elsevier; 2000.
14. Aliaga Abad F. La medida del afrontamiento: revisión crítica de la "escala de Modos de Doping" (Ways of Doping). Ansiedad y estrés. 1996; 2(1): 17-26.
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