ENTRAR            

 


 

Etica de los Cuidados

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CARTAS AL DIRECTOR

 

Comentar este articulo

 Documentos relacionados

 Sumario

Documento anterior

Documento siguiente

Enviar correo-e a autor 

 

 

Cuando una enfermera enferma

Manuela García Reina
Hospital de Alta Resolución de Puente Genil, Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir. Puente Genil (Córdoba), España

Manuscrito recibido el 3.9.2013
Manuscrito aceptado el 22.11.2013

Ética de los Cuidados 2013 jul-dic; 6(12)

 

 

 

Cómo citar este documento

García Reina, Manuela. Cuando una enfermera enferma. Ética de los Cuidados. 2013 jul-dic; 6(12). Disponible en <https://www.index-f.com/eticuidado/n12/et9463.php> Consultado el

 

 

 

    "La enfermera, educada y adiestrada para paliar, no está preparada para buscar alivio en otras personas, pues es la cuidadora por excelencia."

Miedo, así definiría el sentimiento de una compañera cuando comenzó a reconocer que sus síntomas iban más allá de los de una hernia discal.

Pacientes que acudieron al hospital con Esclerosis Múltiple (EM) por los famosos "brotes" o recaídas de la enfermedad, a los que había que administrarle "bolos" de corticoides, hablaban de fatiga e inestabilidad. Se sentía identificada.

Solo conocíamos de la Esclerosis Múltiple (EM) que es una afección crónica, y que puede producir discapacidad, pero no todos los pacientes mostraban la misma sintomatología ni la misma progresión de la enfermedad.

Coincidían en su juventud y en que se encontraban en etapa laboral, la cual ella había labrado con perseverancia y dedicación plena durante años, a esta profesión, a la Enfermería.

La evitación fue su arma tras conocer el diagnóstico. Pretender trabajar al ritmo de siempre, no comentar el problema con familia ni compañeros, no investigar a cerca de la enfermedad y esquivar las preguntas sobre su estado físico y emocional con un "bien, tu sabes...". Tres palabras repletas de incertidumbre, tristeza e impotencia; incertidumbre por no conocer la evolución de la enfermedad. El hecho de haber visto procesos tan diferentes y experiencias de personas que parecían no padecer la misma enfermedad, la dejaban saturada de inseguridades. Tristeza e impotencia por la dificultad a la hora de planificar su vida y de tomar decisiones las cuales no pudiera afrontar.

Deambular con apoyo, una frase muy utilizada en el lenguaje enfermero, que forma parte de nuestra jerga al cambio de turno o relevos y en valoraciones iniciales de enfermería. Hace un tiempo hubiera significado simplemente llevar un dispositivo para caminar; muleta, andador, bastón, etc. Hoy, para mí, significa protección. Mirar a los demás intentando conocer sus necesidades, saber que antes de utilizarlos ha existido una negativa por no parecer enfermo y, a la vez, el pensamiento de que ya sería para siempre.

Quizás sea difícil identificar un déficit de movilidad en una persona de la que no conocemos su estado anterior o de base, pero puedo asegurar que se hace igual de difícil, o incluso más, detectar cambios progresivos en una persona a la que ves cada día. Por eso, cuando un enfermo de esclerosis múltiple (EM) te pregunta "¿Cómo me ves? dime la verdad", no te sientes capacitado para contestar, pues ya no recordaba como caminaba hace un mes. Son tan pequeños los cambios, tan graduales, tan progresivos, que contestar sería mentir.

La enfermera, educada y adiestrada para paliar, no está preparada para buscar alivio en otras personas, pues es la cuidadora por excelencia. Nuestro rol, que consiste en cubrir necesidades que el paciente no sabe, no quiere o no puede realizar por sí mismo, ha de ser invertido en alguna etapa de nuestra vida. Sí es cierto, que en ocasiones, antes de lo esperado.

Talento, temple, aptitud, vocación, destreza, sutileza y, lo más importante, constancia; este el arte de cuidar. Cuidar como ella lo hace, aplicando el sentido del humor al conocimiento, haciendo sonreír al enfermo y a la familia cuando lo único que habita sus cerebros es la preocupación y siempre, siempre, con empatía.

Cuando enfermemos guardaremos uniformes, zapatos, fonendoscopio, libreta con anotaciones, bolígrafo de colores, tijeras y rotulador indeleble, esparadrapo, tarjeta, NANDA, guías rápidas y otros materiales que tan solo nos identifican. Las demás cualidades antes mencionadas, aunque se deje de ejercer en el hospital, las conservaremos y emplearemos en nuestra vida diaria contribuyendo a la salud de nuestra familia, amigos y personas con semejantes necesidades, aportando así, una vez más, ciencia al cuidado.

Principio de p�gina 

error on connection