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Enfermer�a Comunitaria (revista digital) ISSN: 1699-0641

 

 

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El papel de la enfermería en Promoción de la Salud en el ámbito escolar

Rosa María Rodríguez Muñiz
Enfermera del EBAP de San Bartolomé de la Torre, Huelva (España)

Correspondencia: 2 C/ Gregorio Marañón nº 1, Aljaraque, 21120, Huelva (España)

Manuscrito aceptado el 14.05.2007

Enferm Comun 2007; 3(2)

 

 

 

Cómo citar este documento

Rodríguez Muñiz, Rosa María. El papel de la enfermería en Promoción de la Salud en el ámbito escolar. Enfermería Comunitaria (rev. digital) 2007, 3(2). Disponible en <https://www.index-f.com/comunitaria/v3n2/ec1407.php> Consultado el

 

Sr. Director. En un artículo de Amezcua1 se afirma que en la actualidad tenemos suficientes evidencias de que la mayoría de los problemas de salud que más morbilidad y mortalidad producen (AVC, algunos cánceres, accidentes, etc), están asociados a ciertos estilos de vida y que se puede actuar sobre ellos de manera eficaz con estrategias preventivas y educativas. Pese a los enormes costes económicos que estos estilos de vida suponen para el sistema sanitario, la mayor parte de los recursos se invierte en tratamientos y en la infraestructura del propio sistema. Pero ¿por qué seguimos así en pleno siglo XXI, si ya en la Carta de Ottawa de 1986 se advierte sobre la necesidad de reorientar los servicios sanitarios para primar la promoción y prevención sobre el tratamiento?

Según Amezcua1, al sistema médico dominante no parece interesarle nada intervenir sobre prevención de los problemas de salud, fomentando con ello una creciente dependencia del médico y el debilitamiento de saberes y habilidades cuidadoras en la familia.

El concepto de Promoción de la Salud ha ido evolucionando a la par que los conceptos de salud y Salud Pública. Desde la Conferencia de Alma-Ata, 1978, hasta la 6ª Conferencia de Promoción de la Salud de Bankok, 2005, la promoción de la salud ha pasado de ser el concepto de bienestar ideal y casi inalcanzable preconizado por la OMS en 1946, a representar un recurso real para la vida diaria, con el cual mejorar nuestra autonomía en el entorno en que vivimos.

La importancia de la Promoción de la Salud reside en que supera la transmisión de conocimientos e intenta fortalecer las habilidades y capacidades del individuo y modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas. Va más allá de la prevención y de la labor educativa y es un gran reto para el sistema sanitario y para la enfermería en particular.

Por otro lado, en los centros educativos y bajo el marco de la LOGSE, de 1990 y la LOE, de 2005, se definen las enseñanzas que deben ser impartidas en todas las áreas y niveles. Son los llamados temas Transversales, entre los que destaca la Educación para la Salud. En esta misma línea, la ley general de Sanidad de 1986 considera como pilar básico del sistema sanitario la educación y promoción de la salud.

Ha aparecido el concepto de Escuela Promotora de salud, que afronta la responsabilidad de mejorar su entorno y que pretende facilitar el acceso de los ciudadanos a una mejor calidad de vida. Se debería pasar de la mera transmisión de información a generar actitudes y motivaciones que faciliten la modificación de las conductas. Es un intento de educar la responsabilidad que cada uno tiene con su propia salud.

En este contexto se encuadra el programa Forma Joven, como un ejemplo de cooperación entre centros educativos y centros de salud. Es una experiencia de intervención comunitaria en el ámbito de la salud que se centra en proporcionar asesoramiento y formación a jóvenes adolescentes. Sus funciones consisten en servir de consulta en temas de alimentación, relaciones sexuales, consumo de drogas, etc.

Este programa inició su andadura en el curso 2001-02 impulsado por la Junta de Andalucía, y enmarcado dentro del Plan de Atención a los problemas de Salud de los Jóvenes en Andalucía, aprobado por el Parlamento Andaluz en el 2001. Se pretende que la población adolescente y juvenil desarrolle capacidades y habilidades de respuesta saludables ante situaciones de riesgo o interrogantes que se presentan en esta etapa de su vida. Se trabaja potenciando la cooperación entre profesionales de educación, salud y otros sectores y asociaciones.

Como profesional de enfermería participo en el programa desde principios de año y me gustaría animar a otras enfermeras para que, si tienen la oportunidad, se incluyan en él, ya que es un campo nuevo y muy gratificante para realizar promoción de la salud, para intervenir y para investigar. Cuando mi Instituto de referencia se inscribió en el programa, contactaron conmigo para trabajar en la Asesoría. La propuesta me atrajo y, sin pensarlo demasiado, dije que sí. A partir de ahí comencé a leer y a formarme sobre el programa. A medida que se acercaba el día de la puesta en marcha crecían el temor y la incertidumbre ante el abordaje de un tema tan desconocido. Nosotros no somos educadores, pero en nuestro trabajo hacemos educación y promoción de la salud, y además lo hacemos muy bien. ¿Por qué no hacer esto mismo en la escuela?

La experiencia nos dice que todo es empezar, que el camino se hace andando y que por poco que hagamos siempre será mejor que no hacer nada. Además, en este campo podemos recibir importantes satisfacciones. En mi opinión es interesante nuestra participación porque:

-Los jóvenes y adolescentes se acercan al sistema sanitario sólo cuando están enfermos, cuando son víctimas de las drogas, etc. Desde su visión de invulnerabilidad, creen que la enfermedad es algo lejano y que a ellos no les va a tocar.
-La inversión económica que se dedica a este programa es mínima en relación a lo que se maneja en el sistema sanitario general y, sin embargo, la relación coste/efectividad de estas estrategias puede ser muy buena.
-La situación actual es la de un programa abierto, que se está configurando cada día con el trabajo de los propios equipos y donde la enfermería tiene un papel determinante.
-Salimos de la rutina del trabajo cotidiano, aprendemos, nos formamos, e incluso a veces nos sentimos más jóvenes al trabajar con adolescentes.

Bibliografía

1. Amezcua M. Mitos, retos y falacias de la investigación enfermera. Rev. Rol Enf. 2003; 26(9):608-616.

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