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Enfermer�a Comunitaria (revista digital) ISSN: 1699-0641 2015 v11n2 ec11200e

 

 

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Desafíos y perspectivas en actividades educativas en la prevención y control de la hipertensión arterial*

Mariana de Almeida Moraes Gibaut, Andreia Santos Mendes, Cláudia Geovana da Silva Pires, Glicia Gleide Gonçalves Gama, Fernanda Carneiro Mussi
Escola de Enfermagem da Universidade Federal da Bahía. Bahía, Brasil

Manuscrito recibido el 21.1.2014
Manuscrito aceptado el
13.6.2014

Enferm Comun 2015; 11(2)
*Este trabajo fue presentado como comunicación en INVESCOM-13 III Reunión Internacional de Investigación en Enfermería Comunitaria, VII Encuentros Internacionales de la Casa de Mágina, celebrado del 18 al 20 de julio de 2013 en la Escuela de Verano de la Fundación Index - Casa de Mágina (Jaén, España)

 

 

 

Cómo citar este documento

Gibaut, Mariana de Almeida Moraes; Mendes, Andreia Santos; Pires, Cláudia Geovana da Silva; Gama, Glicia Gleide Gonçalves; Mussi, Fernanda Carneiro. Desafíos y perspectivas en actividades educativas en la prevención y control de la hipertensión arterial. Enfermería Comunitaria (rev. digital) 2015, 11(2). Disponible en <https://www.index-f.com/comunitaria/v11n2/ec11200e.php> Consultado el

 

Resumen

La hipertensión arterial (HA) es una condición clínica multifactorial, caracterizada por niveles elevados y sustentados de presión arterial. El tratamiento involucra medidas farmacológicas y no farmacológicas.  La mejor alternativa para  su control es la  promoción de estilos de vida saludables, mejorando la calidad de vida de personas hipertensas y promoviendo el tratamiento adecuado. La educación en salud se destaca en este contexto, siendo uno de los pilares para su control. Así, el presente estudio tuvo como objetivo reflexionar sobre los desafíos y perspectivas en actividades educativas en la prevención y control de HA. Esa reflexión se basó en la experiencia de las autoras como integrantes del Grupo Interdisciplinar sobre el Cuidado a la Salud Cardiovascular y en discusiones y reflexiones teóricas entre las mismas respaldadas en el análisis de la literatura. Las estrategias de educación en salud necesitan ser (re)organizadas, tomando en cuenta la forma de comunicación entre el profesional y el cliente, la cual debe ser basada en el intercambio de conocimientos entre los mismos y en el respeto a los saberes, creencias y costumbres del cliente. La relación dialógica es fundamental en el proceso de educación en salud una vez que posibilita de modo más efectivo poner el saber técnico científico a disposición de la necesidad y voluntad de los sujetos hipertensos.
Palabras clave: Enfermería/ Educación en salud/ Hipertensión/ Prevención & control.

 

 

 


Introducción

    La hipertensión arterial (HA) es una condición clínica multifactorial, caracterizada por niveles elevados y sostenidos de presión arterial (PA).1 Es considerado el principal factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.2

Es una enfermedad crónica y de gran importancia epidemiológica en Brasil.3 Aproximadamente 17 millones de los brasileños son hipertensos,3 lo que demuestra la relevancia de esta afección para la salud pública.

La HÁ está asociada a una variedad de factores de riesgo, de los modificables se destacan la alimentación inadecuada, el exceso de sal, el consumo abusivo de alcohol, la inactividad física, el exceso de peso y el tabagismo.4 El tratamiento involucra medidas farmacológicas (uso de medicación) y no farmacológicas (modificación del estilo de vida).3 Una alternativa fundamental para su prevención y control aún es la promoción de estilos de vida saludables, mejorando la calidad de vida de los individuos hipertensos y promoviendo el tratamiento adecuado de la enfermedad.5 Así, el tratamiento involucra cambios en algunos hábitos y costumbres, en relación a la alimentación, al uso de tabaco y de bebidas alcohólicas, así como recomienda la práctica de ejercicios físicos y el control de la obesidad.3,6

La HA es líder como la principal causa de mortalidad global, siendo responsable por 13% de las muertes en el mundo, seguida del tabaquismo (9%), glicemia elevada (6%), inactividad física (6%), sobrepeso y obesidad (5%). Estos factores, cuando asociados a niveles de presión elevada, contribuyen para el aumento del riesgo cardiovascular.7

Se estima que solamente 1/3 de las personas acompañadas en servicios de salud tienen su presión arterial mantenida en niveles deseables.8 Eso porque, en general, el tratamiento es descuidado, por ser una enfermedad asintomática en la mayor parte de su curso.1 Sumado a eso, el conocimiento deficiente sobre la patología se presenta como un factor importante de falta de adhesión al tratamiento.1

La HA, por tratarse de una enfermedad crónica no transmisible, trae implicaciones económicas y sociales negativas para la vida de la persona en sociedad: jubilación precoces por invalidez; largo periodo de internación; alto costo para el tratamiento; aislamiento social; pérdida de la calidad de vida; reducción del poder adquisitivo; superposición de costos con otras patologías asociadas a las incapacidades, como depresión, infecciones paralelas, desnutrición, fracturas, entre otras.9

Frente a esto, la educación en salud se destaca como uno de los pilares para el tratamiento efectivo y consecuentemente, para el control de la enfermedad.

La educación en salud consiste en una estrategia importante para el suceso del tratamiento de personas con HA, pues presentase como la mejor manera de estimular el cambio de hábitos nocivos à saúde.1,3,6 La práctica educativa en la sociedad moderna se ha destacado como principal estrategia para la promoción de la salud.10 Todavía, esta estrategia presente un alto grado de complejidad, pues no se resume en ofrecer informaciones al individuo en relación a los cuidados de salud, pero debe facilitar la adaptación voluntaria de comportamiento y envolver una óptica amplia, en la cual deben ser considerados aspectos individuales y colectivos.11,12

Ya es conocida la importancia de las actividades educacionales en el proceso de construcción del conocimiento de la persona con HA, así como, en la consecuente mejora de adhesión al tratamiento, sea este farmacológico o no. Sin embargo, es necesario un (re)planeamiento de estrategias educativas en salud, con vistas al cambio de conocimientos entre profesionales de salud, clientes y familiares para el control de la HA, rescatando el saber de estas personas, así como valorizando su cultura,12 llevando a cambios duraderos de hábitos y de comportamientos para la salud.

Basado en lo expuesto, el presente estudio tuvo como finalidad reflexionar sobre los desafíos y perspectivas en actividades educativas en la prevención y control de la HA.

Metodología

    Esta reflexión fue basada en la experiencia de las autoras como integrantes del Grupo Interdisciplinar sobre el Cuidado a la Salud Cardiovascular y en discusiones y reflexiones teóricas entre las mismas, respaldadas en el análisis de la literatura. La revisión literaria fue realizada en el mes de junio de 2013 y ocurrió mediante búsqueda online de manuscritos publicados en los últimos cinco años en las bases de datos disponibles en la Biblioteca Virtual de Salud, incluyendo LILACS, MEDLINE y Biblioteca Cochrane, y en el Portal CAPES. Se realizó búsquedas por el modo integrado utilizando los descriptores: enfermería; educación en salud; hipertensión; prevención & control, en los idiomas portugués y español. La lista fue compuesta por 24 artículos, pero solamente cinco trataban de desafíos y perspectiva en actividades educativas para la prevención y control de HA después de la lectura del título, resumen y asunto. Se percibe que son incipientes los estudios que abordan la temática propuesta en este estudio.

Educación en salud y los desafíos para la prevención y control de HA

    La HA es una enfermedad crónica no transmisible y, en su mayor parte, no presenta síntomas. Estos muchas veces aparecen ante las complicaciones en órgano blanco (corazón, cerebro, riñones, retina y miembros inferiores). Por ese motivo, es considerada una enfermedad invisible. Los dichos síntomas orgánicas pueden o no reflejar la condición de salud de la personal que tiene la enfermedad. El control de la enfermedad, requisita esfuerzos consistentes de las políticas públicas, a través de la creación de programas específicos para la notificación, estratificación del riesgo y control de la clientela. Demanda una atención constante para promoción de estilo de vida saludable, lo que implica en cambios en el contexto sociocultural, sin que las personas sean responsabilizadas o culpabilizadas por sus escojas.

Apenas 50% de los individuos con HA adhieren a las recomendaciones del tratamiento.13 Factores han sido apuntados como contribuyentes para la baja adhesión, algunos relacionados al individuo hipertenso, como, la falta de interés en aprender, la falta de capacidad de recordar las informaciones y la interpretación errónea de información;12 otros relacionados a la práctica profesional, como abordajes profesionales inadecuadas a la comprensión de los sujetos, caracterizadas por el carácter normativo, con informaciones verticales, prohibitivas y amenazadoras.

Tales factores pueden estar relacionados también al factor de que, en la gran parte de las consultas realizadas por los profesionales de salud, la acción educativa es secundaria y superficial, con recomendaciones.14 La conducción de la consulta enfatiza la medicalización Ay el control de la HA, y la narrativa de la persona es inhibida o interrumpida por la narrativa del profesional. Las informaciones son verticales y dictan los comportamientos a ser adoptadas. La relación es esencialmente asimétrica entre profesionales y usuarios: uno detiene el saber técnico-científico, con status de verdad, el otro necesita ser debidamente informado.15 Aún son escasos los abordajes de educación en salud bajo la óptica de la promoción de la salud, con una perspectiva emancipadora de los sujetos.16 La interacción profesional de salud y usuario ocurre en nivel desigual, visto que, en esa relación, el profesional detiene el poder y su discurso lleva la idea de que la enfermedad se debe principalmente al descuido del individuo con su propia salud, transmitiendo a la "victima" el sentimiento de culpa por su estado de salud.16

Al prestar el cuidado a las personas hipertensas y considerarlas como objeto de las prácticas educativas y carentes de un saber sobre la salud, se pierde de vista los comportamientos que son muchas veces orientados por creencias, valores, representaciones sobre su proceso salud-enfermedad.15

Es común la utilización de métodos basados en la coerción o aún en la tentativa de transferencia del conocimiento, como de un recipiente para el otro, aguardando que, a partir de ahí, el otro reaccione con cambios automáticos y imediatos.17 En el lugar de la información, la amenaza, en el lugar de la educación, la prohibición; bajo tales métodos no se consigue conquistar aliados, apenas se transfiere responsabilidades.17 Apenas informar el sentido y los beneficios del control de los factores de riesgo para una enfermedad puede no ser suficiente para ayudar las personas a cambiar en su modo de ser y de vivir, al contrario, pude ser visto como una restricción a su modo de vida, trabajo y relacionamiento con los amigos y familiares, dificultando la adhesión del tratamiento.17

Sin comprehender como las personas piensan y se sienten delante de sus problemas de salud, no se puede promover, y tampoco concretizarse un proceso educativo que vislumbre a cambios y la sustentación de un estilo de vida saludable.17 Finalmente, es necesario y posible investir todo el esfuerzo para incentivar y permitir la participación activa de la personal en su proceso de salud/enfermedad por medio de un abordaje interdisciplinar.17

"Si el cambio de estilo de vida es por si solo difícil debido a restricciones a placeres como comer lo que se quiere y gusta, no fumar, no beber y/o a la incorporación de hábitos no apreciados, como la práctica de actividad física, control médico, uso de medicamentos, entre otros, parecer más penoso ese cambio cuando el status económico y social es también precario, porque las posibilidades de aproximación de los deseos personales a las medidas terapéuticas son más limitadas".18 Así, quizás, variables relacionadas a barreras sociales y económicas puedan implicar en la percepción favorable o desfavorable para la adopción de las medidas de prevención y control de la enfermedad.18

La educación en salud tiene un rol importante en el contexto señalado. Se sabe que para todo y cualquier abordaje a la persona, principalmente que involucre construcción de habilidades y actitudes relacionadas al estilo de vida, se debe considerar su contexto social y económico, a parte de su conocimiento previo sobre la enfermedad.19 Considerar estos aspectos en la consulta de enfermería y en las actividades educacionales, sean ellas individualizadas o en grupos, puede incentivar a la personal e tornarse un multiplicador de estos conocimientos y sujeto activo en el proceso del cuidar.

Educación en salud: perspectivas

    El proceso educativo es un proceso político, así sus métodos y técnicas deben favorecer la desalienación, la transformación y la emancipación de los sujetos involucrados.16 En ese proceso, es fundamental que los individuos sean llevados a reflexionar sobre las bases sociales de su vida, pasando a percibir la salud no más como una concesión, sino como un derecho social.16

Así, se torna imprescindible en el proceso educativo en salud, conocer actitudes, creencias, percepciones, y prácticas desarrolladas en el cotidiano por el individuo; incentivarlo para una participación activa en su tratamiento;12,15 orientarlo para el auto cuidado, con vistas a disminuir las tajas de no-adhesión al tratamiento;3 el cambio de conocimiento entre profesionales de la salud, clientes y familiares;12,15 ver el individuo como parte integrada a la familia, al domicilio y a la comunidad;3 tratar los individuos como agentes/coproductores de un proceso educativo, siendo, al mismo tiempo, objetos de trabajo de los agentes educativos y sujetos de su propia educación.15,16

El establecimiento de una relación abierta con la persona hipertensa así como la identificación de su conocimiento y de sus preferencias, pude permitir mayor adhesión al tratamiento. Es importante que los profesionales despierten el sentido crítico de sus clientes a fines de que tomen consciencia de la importancia del control de la enfermedad en sus vidas y, de las implicaciones del no seguimiento de la terapéutica establecida.3

Se evidencia, por lo tanto, que las prácticas educativas, aparte de fornecer informaciones necesarias a la terapia anti-hipertensiva, deben estimular la autopercepción de la enfermedad y la corresponsabilidad del individuo con su proprio cuidado, estimulando así la autonomía.13

Autores16 defienden que el acto de enseñar y el acto de aprender solamente se tornan verdaderamente posibles cuando el pensamiento crítico e inquieto del educador no frena la capacidad del educando de también pensar críticamente; cuando el individuo es reconocido como portador de un saber, el cual no debe ser deslegitimado por los servicios15,16,20 y cuando existe incentivo a la autonomía de escoger de los sujetos y transformación de saberes existentes.15,16,20

Con esto, para atingir la efectividad de las acciones educativas, se hace necesaria una relación dialógica entre el profesional de la salud y la persona que padece de su cuidado. El modelo dialógico de educación en salud ha sido asociado a cambios duraderos de hábitos e de comportamientos para la salud, una vez que posibilitan la construcción de nuevos sentidos y significados individuales y colectivos sobre el proceso salud-enfermedad-cuidado.15 Os sujetos del diálogo deben conservar y mantener su identidad posibilitando que crezcan conjuntamente.16

Consideraciones finales

    Las estrategias de educación en salud para la persona hipertensa necesitan ser (re)organizadas, llevándose en consideración la importancia de prácticas en carácter individual y colectivo y la necesidad de cambios en la forma de comunicación entre profesional y cliente, la cual debe ser basada en el cambio de conocimientos entre los mismos y en el respeto a los saberes, creencias y costumbres del cliente. Se observa en la práctica clínica que la relación terapéutica entre la persona hipertensa y el profesional de salud se restringe, muchas veces, a un monólogo, no habiendo abertura para el diálogo, o sea, para un interés auténtico en escuchar y ser escuchado. Se resalta que ese diálogo es fundamental en el proceso de educación en salud visando la prevención y el control de HA una vez que posibilita de modo más efectivo colocar el saber técnico científico a disposición de la necesidad y de la voluntad de los sujetos hipertensos.
 

Referencias

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